Un oscuro misterio entre los olivos
Tensi¨®n entre inmigrantes y vecinos de Villacarrillo tras la extra?a desaparici¨®n de un joven de Mali
¡°Claro que tenemos miedo. La gente ahora nos mira de otra forma¡±. Gauso Traor¨¦, un joven inmigrante de Mali, admite que las relaciones con los vecinos de Villacarrillo (Ja¨¦n, 11.442 habitantes) se han deteriorado desde la manifestaci¨®n del pasado 6 de enero. Ese d¨ªa, m¨¢s de un millar de malienses llegados desde todos los rincones de Espa?a exigieron que se aclare la desaparici¨®n de un compatriota suyo, Tidiany Coulibaly, del que no se sabe nada desde el 17 de diciembre pasado. La protesta se descontrol¨® desde el inicio y acab¨® con importantes destrozos en el mobiliario urbano y en veh¨ªculos y la quema de contenedores en medio de una espiral de odio y de rabia contenida.
Gauso y su colega Muasu fueron de los pocos malienses que, la noche del pasado mi¨¦rcoles, se atrevieron a merodear por las inmediaciones de la plaza del Ayuntamiento de Villacarrillo, donde cerca de un millar de vecinos, desafiando la prohibici¨®n de la Subdelegaci¨®n del Gobierno, se concentraron para rechazar la alborotada manifestaci¨®n de ¡°los negros¡±, como ellos les llaman. La protesta fue pac¨ªfica, pero eso no impidi¨® que muchos villacarrillenses increpasen y abuchearan a inmigrantes que, como Gauso y Muasu, llegan todos los a?os a Ja¨¦n en busca de trabajo en la recolecci¨®n de la aceituna. Muchos a?os de convivencia pac¨ªfica que ahora puede perturbase por culpa de una desaparici¨®n, tan extra?a como llena de mutismo.
Junto a otro hermano menor y otros colegas suyos, Tidiany Coulibaly, de 22 a?os, trabajaba como temporero en el olivar. Por tercer a?o consecutivo lo hac¨ªa con el mismo empresario de Villacarrillo, Gin¨¦s Vicente, cuyos familiares estuvieron en la concentraci¨®n vecinal para reprochar los disturbios de los malienses. El 17 de diciembre, Coulibaly y el resto de temporeros tuvieron una discusi¨®n con el patr¨®n, a quien le recriminaron que les pagara 20 euros el jornal, cuando el convenio del campo de este a?o lo estipula en 50,37 euros. ¡°Tidiany le dijo que as¨ª no pod¨ªan seguir, y el jefe les contest¨® que eso es lo que hab¨ªa y que se fueran¡±, se?ala Abdoulaye Sissoko, secretario general del Alto Consejo de Malienses en Espa?a (ACME), la asociaci¨®n que flet¨® 13 autobuses para la manifestaci¨®n del d¨ªa 6 en Villacarrillo.
¡°La lucha va a seguir¡±
Mor, David y Moussa son tres j¨®venes senegaleses que llevan varias semanas acampados en los exteriores de la estaci¨®n de autobuses de Villacarrillo, sin m¨¢s cobijo que la le?a y los alimentos que reciben de los vecinos del pueblo. Pero, al mismo tiempo que valoran esa solidaridad, no escatiman cr¨ªticas hacia la situaci¨®n de los inmigrantes en la campa?a de la aceituna. ¡°Muchos empresarios explotan a los inmigrantes y otros ya solo prefieren espa?oles, olvid¨¢ndose de que hace unos a?os solo nos ten¨ªan a nosotros¡±, se?ala Mor, mostrando la pintada garabateada en el muro exterior de la estaci¨®n: ¡°Africanos, no somos animales¡±. Entre los miles de inmigrantes que han llegado a la campa?a olivarera de Ja¨¦n hay magreb¨ªes, de Costa de Marfil, Burkina Fasso, Senegal y Mali. Aunque la mayor¨ªa sigue trabajando con normalidad con sus patrones, la confianza con los espa?oles se ha resquebrajado tras la enigm¨¢tica desaparici¨®n de Tidiany Coulibaly. ¡°La lucha va a seguir. Nosotros no vamos a parar¡±, proclama Abdoulaye Sissoko, secretario del Alto Consejo de Malienses en Espa?a, un colectivo que representa a los 14.000 ciudadanos de este pa¨ªs asentados en Espa?a. Las pr¨®ximas manifestaciones para aclarar la desaparici¨®n de Coulibaly podr¨ªan celebrarse en Ja¨¦n o en Madrid.
Poco despu¨¦s de aquella bronca con el empresario, la mayor¨ªa de malienses se fue a llevar a un colega a la estaci¨®n de autobuses de Villacarrillo. Coulibaly se qued¨®, pero de ¨¦l ya no se supo nada m¨¢s desde entonces y ya no contest¨® a ninguna llamada telef¨®nica. Se sabe que tambi¨¦n falta un bolso con sus pertenencias que ten¨ªa en la casa que compart¨ªa con otros temporeros. Tampoco el empresario que le ten¨ªa contratado estaba en su casa cuando los colegas del joven maliense fueron a pedir informaci¨®n. Su familia les dijo que a Vicente lo hab¨ªan llevado al hospital de ?beda. ¡°?Qu¨¦ ocurri¨® para que este empresario estuviera en el hospital?¡±, se pregunta el responsable del Alto Consejo de Malienses, que no oculta que la opini¨®n generalizada entre todos sus colegas es que ¡°a Coulibaly podr¨ªan haberlo matado y haberlo hecho desaparecer¡±.
¡°No sabemos nada de mi hermano, y ya han pasado muchos d¨ªas¡±, se lamenta Nama Coulibaly, el hermano peque?o de Tidiany, que fue el que denunci¨® su desaparici¨®n ante la Guardia Civil. A los malienses les desespera la falta de celeridad en la investigaci¨®n del caso y que el juzgado de instrucci¨®n 1 de Villacarrillo mantenga el secreto del sumario. El subdelegado del Gobierno en Ja¨¦n, Juan Lillo, niega la mayor: ¡°Algunos d¨ªas se movilizan hasta 30 agentes, con helic¨®pteros y unidades subacu¨¢ticas y caninas¡±. La Guardia Civil, que en los ¨²ltimos d¨ªas ha intensificado la b¨²squeda, est¨¢ rastreando las ¨²ltimas llamadas realizadas en su tel¨¦fono m¨®vil.
Pero en Villacarrillo, uno de los principales focos olivareros del mundo, lo que m¨¢s ha dolido fueron los gritos de ¡°asesinos¡± y ¡°racistas¡± que entonaron algunos malienses en la manifestaci¨®n. ¡°La verdad es que me han decepcionado, no esper¨¢bamos este comportamiento despu¨¦s de todo lo que hacemos por ellos¡±, explicaba Pilar, una voluntaria de C¨¢ritas que se uni¨® a la concentraci¨®n. ¡°Yo no soy racista, pero despu¨¦s de lo ocurrido¡¡±, agreg¨® Mar¨ªa, otra vecina.
¡°Es un pueblo que se ha portado muy bien con los inmigrantes y por eso duele lo poco agradecidos que han sido¡±, se?ala el alcalde de Villacarrillo, Juli¨¢n Gilabert, del PP. Y su concejal de Seguridad, ?ngel Castillo, iba m¨¢s lejos horas despu¨¦s de la manifestaci¨®n: ¡°Es una ofensa para nuestro pueblo que no la vamos a permitir m¨¢s¡±, declaraba en Radio Villacarrillo. La Embajada de Mal¨ª se ha desmarcado de la protesta violenta y, en una carta enviada al alcalde, ¡°lamenta la conducta de una minor¨ªa alborotadora¡±.
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