Rusos y latinos

Si la temporada pasada escuchamos a Jorge Luis Prats enfrent¨¢ndose a Ravel (Concierto en Sol), en esta lo vimos interpretando a Rachm¨¢ninov (Concierto n¨²m. 3 para piano y orquesta). Obra muy diferente a la anterior, se percibieron en ella, sin embargo, rasgos comunes respecto a la ejecuci¨®n pian¨ªstica: fraseo muy flexible y rico en matices ag¨®gicos ¨Cque a veces parec¨ªan plantear alg¨²n apuro en la conjunci¨®n con la orquesta-, rechazo de cualquier amaneramiento en la transmisi¨®n de la m¨²sica, amor por las ra¨ªces populares -muy visible en las propinas que ofreci¨® al terminar-, potencia notable y capacidad para afrontar las importantes dificultades que el compositor ruso plantea en su tercer concierto. Eso s¨ª: sin cargar las tintas del Romanticismo subyacente.

El pianista cubano suena un poco "a la antigua", quiz¨¢ no demasiado l¨ªmpido, quiz¨¢ con alg¨²n roce o alguna brusquedad, pero con t¨¦cnica may¨²scula puesta al servicio de las necesidades expresivas. Huye, al mismo tiempo, del artificio y el divismo. En resumen: un satisfactorio bagaje.

La Orquesta de Valencia, dirigida esta vez por Rub¨¦n Gimeno, pareci¨® sentirse muy a gusto con el solista y el director y, como siempre en estos casos (especialmente si las obras tambi¨¦n son de su agrado), dio lo mejor de s¨ª misma en cuanto a sonoridad y esp¨ªritu. Sirvi¨® limpiamente a Rachm¨¢ninov, sobre todo en los dos primeros movimientos.

La segunda obra, tambi¨¦n rusa en el original pian¨ªstico pero ¡°francesa¡± en la orquestaci¨®n -maravilloso t¨¢ndem Musorgski/ Ravel de Cuadros de una exposici¨®n¨C, es una partitura que podr¨ªa aborrecerse de tanto que se oye. Sin embargo, encontramos all¨ª siempre cosas nuevas. En ella se bordaron con primor los solos, y resulta imposible mencionarlos a todos: trompeta, trompa, fagot, saxo, flautas, oboes, tuba, arpas, trombones, percusi¨®n... En cuanto al enfoque general, proporcionado por Rub¨¦n Gimeno, cabe aplaudir su esfuerzo en la concertaci¨®n ¨Cm¨¢s logrado con Musorgski que en Rachm¨¢ninov- , as¨ª como la delicadeza en la plasmaci¨®n de atm¨®sferas, consiguiendo, en la obra de Musorgski, superar la mera descripci¨®n para llegar a ese inefable terreno de la magia popular.