Industrias caducadas
M¨¢s de un millar de empleados pierden su puesto por cierres o regulaciones de empresas del sector agroalimentario Los trabajadores exigen una ley de precios y el control de las ayudas
Una norma no escrita de la econom¨ªa establece que el sector de la alimentaci¨®n es el ¨²ltimo en resentirse de una crisis porque el consumidor recorta antes cualquier otro gasto. En Andaluc¨ªa, ya se ha llegado al final. M¨¢s de un millar de trabajadores de esta industria se han visto afectados en los dos ¨²ltimos a?os por el cierre o regulaciones en una quincena de factor¨ªas, algunas de empresas tan se?aladas como Saimaza, Danone, Panrico o Puleva, la ¨²ltima marca en incorporarse a esta n¨®mina. Las causas principales son la proliferaci¨®n de marcas blancas, que obliga a producir con m¨¢rgenes m¨ªnimos o negativos, la reducci¨®n del consumo, las dificultades para abrir nuevos mercados exteriores, la falta de liquidez y la ausencia de un tejido empresarial que apueste por la diversificaci¨®n en vez de por la clausura de plantas en cuanto bajan las ayudas o las ventas. Las consecuencias, cientos de familias sin empleo.
Desde 2007, la agroindustria ha perdido medio millar de empresas, un 7,40% de las existentes antes de esa fecha en la comunidad. El s¨ªmbolo m¨¢s elocuente de la situaci¨®n del sector ha sido el anuncio de ajustes y cierres por parte de la multinacional Coca Cola, de los que se ha librado por ahora la comunidad andaluza. Como ¨¦sta, muchas de las factor¨ªas que han cerrado o lo van a hacer en los pr¨®ximos meses, no presentan p¨¦rdidas en sus balances.
La cifras de la industria
Desde 2007, la agroindustria ha perdido un 7,40% de las empresas de este sector.
Este sector productivo genera m¨¢s de 260.000 empleos y exporta m¨¢s de 7.000 millones de euros.
Andaluc¨ªa ha perdido el 10% de su tejido empresarial desde el comienzo de la crisis, lo que en t¨¦rminos netos supone la desaparici¨®n de m¨¢s de 50.000 empresas.
Por el contrario, entre 2003 y 2006, el tejido empresarial aument¨® por encima de las 20.000 empresas por a?o.
Sevilla y M¨¢laga acogen a cerca de la mitad de las empresas de la regi¨®n
La mitad de las industrias est¨¢n vinculadas a la construcci¨®n o la alimentaci¨®n.
El pasado mi¨¦rcoles, personal de la consultora CMC se reuni¨® con los trabajadores para ratificar la decisi¨®n de cerrar la planta de Puleva en Sevilla con el argumento de que es en esta factor¨ªa donde menos se produce y m¨¢s caro sale el litro de leche, algo l¨®gico porque hace tres a?os la direcci¨®n desmantel¨® dos l¨ªneas de producci¨®n y dej¨® la planta a la mitad de su capacidad.
La Junta de Andaluc¨ªa admite que el agroalimentario es el ¨¢mbito econ¨®mico m¨¢s importante en Andaluc¨ªa porque representa el 25% del empleo del sector industrial y act¨²a como motor econ¨®mico de las ¨¢reas rurales. Seg¨²n afirm¨® la consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Elena V¨ªboras, en la comisi¨®n coordinadora de investigaci¨®n agraria celebrada el pasado d¨ªa 16, este sector es ¡°estrat¨¦gico, no s¨®lo por su importancia econ¨®mica y social ¡ªcon m¨¢s de 260.000 empleos y 7.000 millones de euros exportados¡ª, sino tambi¨¦n por ser un elemento vertebrador de nuestro mundo rural¡±.
Por estas mismas razones, los trabajadores reclaman soluciones urgentes al declive de un entramado econ¨®mico tan relevante en Andaluc¨ªa. La secretaria general del sindicato provincial agroalimentario de CCOO de Sevilla, M¨®nica Vega, lamenta que la administraci¨®n no ponga remedio y muchos empresarios, en su opini¨®n, sean ¡°especuladores que viven de las subvenciones¡±.
M¨®nica Vega reclama una ley de precios que limite los efectos de la marca blanca, los productos que venden las grandes superficies y que utilizan en muchos casos como reclamo. ¡°La marca blanca que compramos todos la pagan los trabajadores, que cobran por debajo de convenio, y las empresas, que se quedan sin margen¡±, advierte la representante de los trabajadores.
Frente a la clausura de empresas con beneficios, tanto Vega como su compa?ero de Acci¨®n Sindical, Carlos Aristu, exigen que en ning¨²n momento se permita la recalificaci¨®n de suelo industrial. De esta forma se evitar¨ªan movimientos especulativos con los terrenos y se obligar¨ªa a implantar industrias donde se produzca un cierre.
Tambi¨¦n reclaman los trabajadores una fiscalizaci¨®n eficiente de las ayudas para que se vinculen al mantenimiento o creaci¨®n de puestos de trabajo y se devuelvan en caso de incumplimiento.
Finalmente, los trabajadores reclaman un plan de reindustrializaci¨®n para paliar la p¨¦rdida de empresas. En cinco a?os, Andaluc¨ªa ha perdido cerca del 10% de su tejido empresarial, lo que supone la desaparici¨®n de m¨¢s de 50.000 empresas y 300.000 empleos.
Para la Junta de Andaluc¨ªa, la soluci¨®n es invertir en investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n para ¡°mejorar en rentabilidad, el valor a?adido y la sostenibilidad del sector agroalimentario, para que pueda seguir siendo un motor de crecimiento en el futuro¡±, seg¨²n dijo V¨ªboras en el mencionado encuentro de coordinaci¨®n.
¡°Contamos con una agricultura competitiva, que obtiene productos de calidad y muy apreciados por los consumidores, pero tambi¨¦n nos enfrentamos a grandes retos en un mundo m¨¢s globalizado, m¨¢s urbano y con unos recursos m¨¢s limitados para una poblaci¨®n creciente¡±, a?adi¨®.
Ning¨²n responsable de la Confederaci¨®n de Empresarios de Andaluc¨ªa, sumida en pleno proceso de relevo durante esta semana, aport¨® su opini¨®n sobre la situaci¨®n.
Experiencia en tres cierres
Guillermo D¨ªaz, de 53 a?os y dos hijos, se enfrenta en Puleva al tercer cierre de una empresa del sector agroalimentario en la que ha trabajado. Es el m¨¢ximo representante de los 70 empleados que luchan para que la compa?¨ªa, propiedad del grupo franc¨¦s Lactalis, renuncie a su plan de clausurar la planta de Sevilla y les obligue a trasladarse a Granada, jubilarse o ir al paro.
D¨ªaz empez¨® con un contrato de aprendiz en la azucarera de Villarrubia (C¨®rdoba), donde compagin¨® el trabajo con los estudios. La empresa cerr¨®, pero pudo saltar a San Jos¨¦ de la Rinconada (Sevilla), donde se mantuvo en la planta de Azucarera Ebro, que lleg¨® a ser una de las m¨¢s avanzadas de Europa.
Pero fue precisamente la Uni¨®n Europea la que empez¨® a pagar por dejar de producir y oblig¨® a destruir las instalaciones.
En el trasiego de ayudas ganaron muchos y perdieron los trabajadores. Un centenar qued¨® en la calle.
D¨ªaz se incorpor¨® a Puleva, que en 2010 pas¨® a formar parte del grupo franc¨¦s. La direcci¨®n afirm¨® que la continuidad estaba asegurada, pero el representante de los trabajadores no dej¨® de sospechar.
¡°Como he visto tantos cierres, ya no me f¨ªo¡±, admite D¨ªaz, quien ha visto llorar a compa?eros en cada una de las clausuras que ha vivido. El desmantelamiento de la mitad de las l¨ªneas de producci¨®n hace tres a?os le dej¨® evidencias de lo que ahora se ha producido: el anuncio de cierre.
Los trabajadores se concentraron ayer en Alcal¨¢ de Guada¨ªra, municipio que alberga la planta, para exigir que Puleva no se vaya. Est¨¢n dispuestos a hacer los ajustes que sean necesarios porque seg¨²n sus cuentas, el d¨¦ficit de Sevilla frente a otras plantas es de solo 45 euros por cada mil litros.
Porque adem¨¢s de las 70 familias de Puleva, tambi¨¦n est¨¢n en peligro de decenas de transportistas, vigilantes, personal de mantenimiento y otros numerosos empleos indirectos vinculados a la planta lechera.
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