?Qu¨¦ desastre, defunci¨®n!

Premio Moli¨¨re a la mejor comedia francesa de 2011, Locos por el t¨¦ es un juguete c¨®mico donde Danielle Navarro y Patrick Haudecoeur, sus coautores (y coprotagonistas de la versi¨®n primera, de 1985) parodian los ensayos y la representaci¨®n de una alta comedia inglesa con ribetes de vodevil. Teatro dentro del teatro, durante su primer acto asistimos a un calamitoso ensayo de Locos por el t¨¦(obra escrita en la ficci¨®n por un contempor¨¢neo de Wilde), dirigido por una especialista brit¨¢nica y protagonizado por Sof¨ªa Guerrero, actriz con muchas tablas, amante del productor; Jos¨¦, joven debutante sin talento alguno, y Arturo, comediante maduro que ha compartido escenarios mil con la Guerrero. En el segundo acto, Navarro y Haudecoeur recrean el estreno de la funci¨®n, que es un c¨²mulo de desastres desopilantes, algunos prefigurados en los ensayos, pero otros absolutamente sorpresivos.

El eficaz mecanismo c¨®mico de doble hoja con el que la pareja Navarro-Haudecoeur parodia esquem¨¢ticamente las vanidades, torpezas y ruindades que contaminan el trabajo de una compa?¨ªa de teatro (o de cualquier otra empresa cuyos contratados lo hayan sido por razones de parentesco o afinidad m¨¢s que por criterios profesionales), nos recuerda al que usa Michael Frayn en Noises Off (1982, traducida aqu¨ª como Por delante y por detr¨¢s o ?Qu¨¦ desastre de funci¨®n!), pero tambi¨¦n a los ensayos y la representaci¨®n de La tragedia de P¨ªramo y Tisbe, dentro de Sue?o de una noche de verano. Para que funcione, debe ponerse en manos de actores de primera. Juan Antonio Lumbreras est¨¢ en su salsa en el papel de Jos¨¦, el enchufado que cambia las r¨¦plicas de sitio, trastabilla las palabras, pifia las acciones, provoca el caos en torno suyo y pone al borde del ataque de nervios a la Guerrero, encarnada con empaque y vigor por Mar¨ªa Luisa Merlo.

Dirigido con fe y pericia por Quino Falero, el espect¨¢culo, cuya forma y ritmo justos est¨¢n todav¨ªa en trance de lograrse (ciertos gags aparecen enunciados, m¨¢s que resueltos), gana kilates c¨®micos en ese segundo acto donde a sus pobres protagonistas metateatrales todo les sale rematadamente del rev¨¦s, cual Il Trovatore a los Hermanos Marx en Una noche en la ¨®pera, para regocijo mayoritario del respetable. Jos¨¦ Luis Santos talla con gubia la figura del actor veterano picado con la Guerrero, Esperanza Elipe le imprime su punto justo de extravagancia y arbitrariedad a la figura de la directora, ?ngel Burgos le presta un aire muy al cabo de la calle al regidor creativo y castizo, ?scar de la Fuente saca petr¨®leo de un personaje nimio, con el que arranc¨® el primer aplauso de anteanoche, y Lumbreras encuentra a cada paso terreno donde dar rienda suelta a su proverbial vis para el humor absurdo.