Un almac¨¦n visitable mostrar¨¢ una colecci¨®n de l¨¢pidas
El centro abre al p¨²blico un recinto dise?ado para mostrar 28 piezas, de las 133 de sus fondos
El Museo San Telmo ha abierto al p¨²blico un almac¨¦n en el que muestra una selecci¨®n de su colecci¨®n de l¨¢pidas. El espacio, con un mueble dise?ado para salvar las dificultades arquitect¨®nicas, exhibe 28 de las 133 l¨¢pidas de los fondos del museo.?
En el a?o 2009, tres investigadores de la Sociedad de Ciencias Aranzadi (Miren Garc¨ªa Dalmau, Alfredo Moraza y Juan Carlos Mora) realizaron el estudio de todas las l¨¢pidas de la colecci¨®n de San Telmo. Las l¨¢pidas son muy similares entre s¨ª, a pesar que de algunas no se dispone m¨¢s que de reducidos fragmentos. Todas ellas est¨¢n ejecutadas mediante grandes losas de piedra de forma rectangular y labradas muy toscamente, con el nombre del titular o titulares de la sepultura o el nombre de la casa a la que pertenec¨ªan inscrito en la superficie.
El trabajo recog¨ªa que del conjunto de 133 piezas solo 14 arrojaban datos sobre un posible contexto econ¨®mico y social de las personas inscritas en las mismas, y de estas hab¨ªa siete cuyos propietarios pudieron ser relevantes en el entramado social tanto donostiarra como guipuzcoano.
Su procedencia no puede determinarse con claridad en todos los casos. Buena parte proceden de las iglesias donostiarras de Santa Maria y San Vicente, recogidas en las reformas realizadas en 1912 y 1969, respectivamente. Solo ocho l¨¢pidas de la colecci¨®n proporcionan directamente la fecha de su labra inscrita en la pieza, si bien de alguna otra se puede inferir a trav¨¦s de la documentaci¨®n la fecha de su ejecuci¨®n. Casi todas ellas est¨¢n datadas en el siglo XVIII, cuando se registr¨® un cambio general de la organizaci¨®n del espacio de enterramiento intraeclesi¨¢stico,?
La funci¨®n de estas l¨¢pidas era se?alar la disposici¨®n de las sepulturas habilitadas en el interior de las iglesias. Generalmente estas l¨¢pidas estaban relacionadas con un grupo familiar o casa espec¨ªfica, y su posesi¨®n fue considerada durante la Edad Moderna todo un signo de prestigio social, y por tanto los vecinos intentaban detentar la propiedad de una o varias sepulturas dentro de la iglesia a pesar que las normativas eclesi¨¢sticas de la ¨¦poca lo prohib¨ªan claramente.
Las l¨¢pidas carec¨ªan en su inmensa mayor¨ªa de recursos decorativos, a excepci¨®n de un peque?o grupo cuyos motivos eran bastante sencillos y reducidos a bandas dentadas, motivos vegetales o geom¨¦tricos o escudos her¨¢ldicos.
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