El modelo Adegi de relaci¨®n laboral
"?Es realmente cre¨ªble que no se pretende minar a¨²n m¨¢s el papel de los sindicatos?"
Debe ser que la unilateralidad est¨¢ de moda, pero lo cierto es que la patronal guipuzcoana Adegi ha presentado su nueva pol¨ªtica en materia laboral aduciendo que la suya es una oferta unilateral. Lo cual es cierto, porque no le ha secundado ninguna de las otras patronales, ni parece que haya sido conocida previamente por los sindicatos o por los gobiernos. As¨ª que no puede sorprender que haya sido acogida con recelo por los dem¨¢s actores.
La pol¨ªtica laboral del gobierno de Mariano Rajoy ha consistido en hacer perder fuerza al convenio colectivo, sobre todo al provincial, que ha sido el arma tradicional con la que los sindicatos han defendido a los trabajadores de las peque?as empresas. A su vez, en los sindicatos vascos hay una gran divisi¨®n estrat¨¦gica entre quien, como ELA, apuesta por los convenios de empresa y quien, como CC OO y UGT, siguen apostando por los convenios provinciales, con LAB en una posici¨®n dubitativa entre ambas estrategias.
Ahora, Adegi da una vuelta m¨¢s a la tuerca y dice que quiere potenciar la negociaci¨®n individual, aunque afirma que eso no ir¨¢ en contra de los convenios de empresa o de los convenios provinciales. ?Es realmente cre¨ªble que no se pretende minar a¨²n m¨¢s el papel de los sindicatos? La realidad es que la desregulaci¨®n laboral y la p¨¦rdida del papel sindical en la negociaci¨®n han tra¨ªdo una brutal ca¨ªda en la calidad de los trabajos ofertados.
Sin salirme de mi propio entorno donostiarra, conozco una persona que trabaja para una conocida cadena de ropa los s¨¢bados a quien solo pagan 5 euros en negro. A otra, una conocida cadena de panader¨ªa le paga no solo el consabido sueldo mileurista, sino que se ve obligada a trabajar horas extras por 2,8 euros a la hora. Es un modelo brutal, basado en la eventualidad, que alcanza ya a uno de cada cuatro empleos y que impide dos cosas b¨¢sicas para cualquier sociedad: la posibilidad de los j¨®venes de emanciparse y tener su propia familia y la necesidad de las empresas de disponer de mano de obra cualificada y comprometida con la empresa.
Con el sistema que se est¨¢ implantando, vamos al modelo hist¨®rico del campo andaluz: el patr¨®n hace como que paga y los trabajadores hacen como que trabajan. Un desastre. Sin embargo, Adegi dice que su nuevo modelo pretende dar a los empleados participaci¨®n en las decisiones de la empresa e incluso en el reparto de los beneficios. Evidentemente esto va a ser la clave de la credibilidad de esa propuesta. Hoy en d¨ªa gran parte del empleo eventual existente es fraudulento, porque no responde a las causas legales que se alegan (tales como un aumento de las ventas, una obra concreta etc) sino a una pol¨ªtica de sustituci¨®n de empleo fijo caro por empleo eventual barato. Pero como los trabajadores no tienen acceso a la verdadera situaci¨®n de la empresa, no pueden evitar ese fraude de ley.
Si realmente se potencia la presencia de los trabajadores en la gesti¨®n de la empresa, como ocurre en Alemania, o tienen parte de la propiedad como se hace en muchos pa¨ªses, no solo es posible evitar el fraude en los contratos eventuales sino que se posibilita flexibilizar la jornada laboral de los empleados fijos para acomodarla a las variaciones de la demanda, haciendo innecesario tanto empleo eventual.
En principio la filosof¨ªa de la participaci¨®n es muy conocida en nuestra tierra, por las cooperativas y las sociedades an¨®nimas laborales, aunque hay pocas empresas normales que la asuman. Habr¨¢ que ver si, pasado el efecto sorpresa, el modelo de Adegi encuentra credibilidad por esta v¨ªa de la participaci¨®n de los trabajadores, o si una vez m¨¢s se utiliza esa palabra como bandera para despistados.
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