La cantina de los teatreros
El director de La Cubana, que alarga en Madrid la funci¨®n ¡®Campanadas de boda¡¯, se pierde en el Madrid m¨¢s castizo, en una plaza llena de flores y una buena taza de churros con chocolate
1. Restaurante Lhardy. La gente lo tiene por un restaurante, pero es tambi¨¦n una tienda donde te puedes tomar una tacita de delicioso caldo caliente y un pastelito de carne a buen precio. Es una visita obligada. La hago desde los a?os ochenta. Siempre me ha gustado el local tan conservado y tan cuidado. Aplaudo que el negocio haya logrado sobrevivir sin cambiar nada (Carrera de San Jer¨®nimo, 8).
2. La plaza de Tirso de Molina. El primer teatro que pisamos en Madrid fue el Centro Nacional de Nuevas Tendencias, en 1986. Representamos La tempestad. El teatro estaba en Lavapi¨¦s, pero nosotros nos aloj¨¢bamos en Tirso de Molina. En 1989 volvimos con otra obra que se estren¨® en el Nuevo Teatro Apolo. Es un lugar al que vuelvo asiduamente. Ha cambiado, sobre todo con las florister¨ªas, que le han dado un toque especial y muy bonito.
Catal¨¢n con casa madrile?a
Jordi Mil¨¢n (Barcelona, 1951) ha visto transformarse a Madrid. Desde que las calles de la ciudad le vieran actuar y los peque?os teatros le acogieran se ha vuelto tur¨ªstica, segura, bonita. Seg¨²n dice, Madrid ha sido su casa por largos periodos de tiempo.
Ahora lleva siete meses viviendo en la capital al frente de la obra 'Campanadas de boda', que ha prolongado su estancia en el Nuevo Teatro Alcal¨¢ tras el ¨¦xito cosechado entre el p¨²blico, un trabajo que se representar¨¢ hasta el pr¨®ximo mes de abril.
3. Nuevo Teatro Alcal¨¢. Es un teatro imponente en un barrio poco teatral y es donde estamos representando nuestra obra Campanadas de boda. Es la primera vez que no actuamos en Gran V¨ªa, lo que nos ha permitido conocer otras zonas (Jorge Juan, 62).
4. Restaurante Hylogui. Es la cantina oficial de los teatreros de la ¨¦poca. Todav¨ªa hoy lo frecuentan actores, directores, guionistas¡ Sigo eligi¨¦ndolo para comer. Los platos son caseros y de calidad y los precios asequibles (Ventura de la Vega, 3).
5. Tiendas de arte sacro. Los alrededores de la plaza Mayor est¨¢n repletos de estos maravillosos negocios impert¨¦rritos. Siempre me ha chocado que haya tantas y tan juntas y que no hayan desaparecido. Es m¨¢s, que sigan haciendo dinero. Me gustan especialmente las de la calle de Alsina, la Palomeque o la plaza del ?ngel.
6. La calle de Gravina. Los ¨²ltimos siete meses he vivido aqu¨ª y creo que ser¨¢ mi casa cada vez que venga a Madrid. Chueca ha sido un descubrimiento. De la fruter¨ªa, de la panader¨ªa, de la vida diaria. Gravina me ha convertido en hogare?o.
7. Taberna ?ngel Sierra. En la misma calle est¨¢ ubicado este bar de aperitivos. Es ¨²nico, viejo, como los de antes. Tienes una entrada en la que es solo bar. No hay sillas ni mesas, solo la barra. La cerveza est¨¢ bien tirada, tienen verm¨² de grifo y los boquerones (Gravina, 11).
8. Bar The Paso. Es un bar gay de osos en pleno Chueca. Es de los garitos m¨¢s petardos y divertidos en los que he estado. Es una l¨¢stima que sea tan peque?o y que tengas que estar tan apretujado, aunque la m¨²sica y los v¨ªdeos que ponen te hacen olvidarlo. Se puede escuchar a Rafaela Carr¨¤, mezclada con M¨®nica Naranjo (plaza de V¨¢zquez de Mella, 1, 3? planta).
9. Restaurante Teatriz. Se trata del antiguo teatro Beatriz reconvertido. Es uno de mis lugares preferidos y uno de los que m¨¢s visito. El hecho de que lo hayan conservado como tal convierte una cena en una experiencia de lo m¨¢s agradable. Se come estupendamente (Hermosilla, 15).
10. Las churrer¨ªas de Madrid. No solo la de San Gin¨¦s, tambi¨¦n la Siglo XIX o la Antigua Churrer¨ªa. Aunque es cierto que la edad ya no nos permite grandes devaneos. El olor y el vaho que se crea en el interior es ¨²nico y caracter¨ªstico. Es el olor de Madrid (pasadizo de San Gin¨¦s, 5; Santa Engracia, 41; Bravo Murillo, 190).
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