¡°Est¨¢ lesionado el sentido del humor de Madrid¡±
El actor considera que la modernidad ha sido mal digerida por la capital, que ha perdido naturalidad y capacidad de improvisaci¨®n
Juan Echanove tiene los ojos brillantes siempre, como si acabara de recibir una noticia, buena o mala. A veces tiene los ojos rojos, y es porque la noticia ha sido verdaderamente mala. As¨ª lo vi, llorando, la noche en que rindieron homenaje p¨®stumo, en el Teatro Espa?ol, a su amigo Juan Luis Galiardo, inolvidable compa?ero suyo en las tablas y ante las c¨¢maras. Hay en ¨¦l mucho de sentimental y de correcaminos. Cuando le vimos, este jueves, estaba a punto de irse con Mar¨ªa Galiana a poner en escena Conversaciones con mam¨¢ en Puerto de Santa Mar¨ªa y un d¨ªa antes estaba en Aranjuez, ¡°bajo el diluvio¡±. Es madrile?o, aunque parezca de todas partes, y tiene 52 a?os. Esta ciudad ahora le inquieta, ¡°pues aqu¨ª est¨¢ lesionado el sentido del humor¡±.
Pregunta. ?Y a usted c¨®mo le va todo?
Respuesta. Me va bien. De un lado para otro. Este pa¨ªs te lo recorres ahora en un d¨ªa¡ Lo que me preocupa es Madrid. Creo que la modernizaci¨®n no se ha hecho bien; ha acabado con la naturalidad y con las caracter¨ªsticas de la ciudad, se ha lesionado el sentido del humor y la capacidad de improvisaci¨®n.
P. Vamos hacia un pa¨ªs triste¡
R. Y no sabemos qu¨¦ hacer con muchas de las cosas que hemos construido. El progreso se ha hecho para ir m¨¢s deprisa, sin tiempo para digerir, compartir y comprender. Eso ha redundado en la falta de comunicaci¨®n. No hay ni vida nocturna para hablar y para comunicarnos estamos todo el rato pendientes del Whatsapp.
P. Un l¨ªmite habr¨¢.
R. Noto un runr¨²n como de que esa situaci¨®n ha llegado a su extremo y que la vida volver¨¢ a la calle, a la palabra dicha y no a la palabra autom¨¢tica. Y volver¨¢ la libertad a lo cotidiano. Ahora se multiplican las prohibiciones, un d¨ªa no dejan que cante Albert Pla, otro d¨ªa impedir¨¢n que se vaya a escuchar a Almudena Grandes, qu¨¦ se yo.
P. Y cree usted que esa ola de conservadurismo se va a detener.
R. Ya lo est¨¢s viendo. ?No te parece magn¨ªfico lo que ha logrado la marea blanca contra la externalizaci¨®n de la Sanidad de Madrid? ?O lo que acaba de pasar con la ley Wert? ?O con Gamonal? Todo eso me ha hecho un pel¨ªn optimista, siento cierta esperanza de que la gente tome de nuevo el protagonismo para hacer un pa¨ªs m¨¢s aliviado.
P. M¨¢s humano.
R. Un pa¨ªs en el que volvamos a recibir cartas en el buz¨®n y sean de verdad. Un pa¨ªs que respete la cultura y los espect¨¢culos¡ Y va a ser dif¨ªcil, porque este pa¨ªs se ha centralizado mucho, no hay dinero para que lo que hacemos aqu¨ª tambi¨¦n se vea en Ponferrada o en La Palma.
P. ?La responsabilidad es de los pol¨ªticos?
R. Y nuestra; la ciudadan¨ªa es muy responsable. Desde 1975 se hizo en este pa¨ªs una revoluci¨®n en muchas cosas, pero en la cultura eso sigue pendiente. No se conduce a la gente al respeto por la cultura; si t¨² le dices a alguien que no es preciso leer El Quijote le faltar¨¢ tiempo para no leerlo, y eso es lo que est¨¢ pasando. Y el problema no es Wert, sino quien le hace caso. O Montoro. Qu¨¦ m¨¢s da lo que diga Montoro del cine: lo peor es quienes le hacen caso.
P. Usted devoraba letras.
R. A veces me le¨ªa los libros dos veces. Mi madre me gritaba: ¡®?Pero, hijo, ?otra vez con El ¨¢rbol de Guernica!¡¯, porque me ten¨ªa fascinado ese libro de Luis de Castresana. Luego le¨ª literatura fant¨¢stica, Gabo, Vargas Llosa¡ El otro d¨ªa vi que a mi hijo le pon¨ªan a leer La familia de Pascual Duarte, de Cela, y grit¨¦: ¡®?Ol¨¦!¡¯
P. Hace de hijo de Mar¨ªa Galiana en Conversaciones con mam¨¢. ?Y en la realidad qu¨¦ tal hijo es?
R. Hay algo de ese personaje en m¨ª, aunque yo no sea tan pusil¨¢nime. Lo que se pone de manifiesto en esa obra es c¨®mo el hijo se asombra de que la madre tenga vida privada¡ Pues si a m¨ª me dicen que mi madre, que tiene 82 a?os, tiene novio, ?me abro las venas! Llevamos 180 representaciones y me sorprende que cada vez haya alguien que me dice: ¡®Despu¨¦s de verles me han dado ganas de llamar a mi madre¡¯.
P. Un buen hijo con su madre. ?Y con su padre?
R. Cuando muri¨® me qued¨¦ solo con ¨¦l, hablando; dos horas, no dej¨¦ nada en el tintero: De la salud, del intelecto, de la sensibilidad. En resumen, le dije: ¡®Gracias, padre¡¯. Al final vi que estaba despeinado y lo pein¨¦. Era una manera de desearle el buen viaje.
P. La vida. ?C¨®mo es?
R. Larga. Y sin sentido del humor es muy corta. No vale pa na.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.