Regreso al ¡®parad¨ªs¡¯ de Milton
Adesiara recupera 64 a?os despu¨¦s la monumental versi¨®n catalana de ¡®El para¨ªso perdido¡¯, obra maestra de la poes¨ªa universal
Quiz¨¢ a los grandes hitos de la humanidad s¨®lo se llega plante¨¢ndose lo imposible. John Milton buscaba una poes¨ªa capaz de unificar la belleza formal de la cultura pagana con la noble carga del pensamiento cristiano que fuera capaz de recoger la tr¨¢gica ca¨ªda del hombre. Sensualidad y pureza. Virgilio y la Biblia. Renacimiento y Reforma¡ El resultado, una de las m¨¢s inclasificables obras maestras de la poes¨ªa universal, El para¨ªso perdido.Le salieron al autor ingl¨¦s 10.565 versos, en los que invirti¨® siete a?os, entre 1658 y 1665, cuando ya estaba ciego. Qued¨® ex¨¢nime. Tambi¨¦n se sinti¨® as¨ª Josep Maria Boix Selva, cuando finaliz¨® en 1950 la monumental versi¨®n catalana, una de las mejores en todas las lenguas, que ahora Adesiara recupera m¨¢s de 64 a?os despu¨¦s.
¡°La empec¨¦ con una apasionada exaltaci¨®n jovial, como el inexperto adolescente que va a la guerra; pero la he acabado, enfermo y exhausto, como un hombre de la que regresa, en su plenitud viril¡±, escribi¨® Boix en la nota preliminar de su versi¨®n. Invirti¨® siete a?os, tantos como Milton en crear la suya, primera se?al de una especie de vidas paralelas. Milton, desde los 44 a?os ciego de tanto leer, seg¨²n ¨¦l mismo atribu¨ªa, dictaba reci¨¦n despertado al amanecer a su hija los versos que durante la noche hab¨ªa compuesto mentalmente, que luego repasaba minucioso, obseso, con sus amanuenses.
Milton, ya ciego, invirti¨® siete a?os en el poema. Josep Maria Boix Selva, que qued¨® hechizado con su lectura cuando era ni?o, tard¨® otros tantos en traducirlo
De familia puritana culta y humanista, estudioso de la Biblia, defensor de Cromwell y su republicanismo, el bardo ingl¨¦s estaba fascinado por la angelolog¨ªa. Exactamente igual que el peque?o Boix, que en 1927, con 13 a?os, descubri¨® en la frondosa biblioteca familiar el libro de Milton en la versi¨®n castellana de Cayetano Rosell (1873, con impresionantes grabados de Dor¨¦). ¡°No la entend¨ª, pero me pellizc¨®, vi que era una cosa grandiosa y me quedaron ganas de traducirlo¡±.
La obsesi¨®n infantil se cumpli¨®. Colaborador en el diario influido por Uni¨® Democr¨¤tica El Mat¨ª, profesor en los Escolapios de Sarri¨¤ y de literatura inglesa en la Universidad de Barcelona tras el conflicto y notable poeta (premio Carles Riba en 1971) empez¨® a traducir la gigantesca obra por los pasajes que m¨¢s le gustaban: el mito de Narciso de Ovidio donde Eva se descubre a s¨ª misma mir¨¢ndose en las aguas del lago, el mon¨®logo de Sat¨¢n invocando al sol o los dulces versos tr¨¢gicos finales en que Ad¨¢n y Eva abandonan el Ed¨¦n.
El af¨¢n por adentrarse en la ¡°catedral miltoniana¡±, como la defini¨®, era total: Boix traduc¨ªa tanto mientras esperaba el autob¨²s como encerrado en casa, donde se hab¨ªa hecho construir una puerta gruesa de corcho para no o¨ªr a sus hijos; ¡°le pas¨¢bamos notas por debajo para poder comunicarnos con ¨¦l¡±, recuerda hoy Elisenda, la m¨¢s peque?a de los cinco v¨¢stagos, nacida justo el a?o de edici¨®n de El parad¨ªs perdut.
El traductor catal¨¢n lleg¨® a hacer una media de una decena de ¡°tanteos y pruebas¡± de cada verso, por lo que acab¨® ¡°reteniendo ef¨ªmeramente en la memoria m¨¢s de 100.000 decas¨ªlabos", explicaba
No era para menos: como ungido para dar un gran poema ¨¦pico a las letras inglesas al estilo de sus admirados Homero, Dante o Petrarca, Milton utiliz¨® el verso blanco, sin rima, de m¨¦trica an¨®mala, obsesionado en cambio por la musicalidad y la cadencia interior. Torturado por querer ser lo m¨¢s fiel posible, Boix lleg¨® a hacer una media de una decena de ¡°tanteos y pruebas¡± de cada verso. Por lo que acab¨® ¡°reteniendo ef¨ªmeramente en la memoria m¨¢s de 100.000 decas¨ªlabos¡±, adaptaci¨®n catalana del pent¨¢metro y¨¢mbico ingl¨¦s; eso s¨ª, los versos masculinos originales acabaron femeninos en catal¨¢n.
A esa presi¨®n literaria, Boix acab¨® a?adiendo la sociocultural y pol¨ªtica de su tiempo. Ambos maestros, ambos amantes y obsesos de sus lenguas, ambos fascinados por los temas religiosos, la guerra civil celestial que tanto les seduc¨ªa acabaron viendo que se convirti¨® en terrenal. La traducci¨®n de la obra de Milton tambi¨¦n era una manera de blindar y hacer perdurar el catal¨¢n en tiempos de oscurantismo franquista.
Los hijos de Boix recuerdan que su padre se hizo construir una puerta gruesa de corcho para no o¨ªr a sus hijos, que se comunicaban con ¨¦l pas¨¢ndole notas por debajo
Gracias al apoyo econ¨®mico de la Ben¨¨fica Minerva, en 1950 sali¨® a la luz el primero de los dos vol¨²menes en edici¨®n de bibli¨®filo de apenas cien ejemplares, con aguafuertes de Ramon de Capmany. Conseguido el permiso oficial para esa edici¨®n, se burlaba la represi¨®n y se iba con ¨¦l a por una comercial que en 1953 public¨® la editorial Alpha de Camb¨®, sin dibujos e ¨ªntegra. Boix tambi¨¦n se cur¨® en salud para evitar el tijeretazo de la censura: taimado, dedic¨® el libro al abad de Montserrat, Aureli Escarr¨¦, y a Sagarra y a Riba, con palabras de agradecimiento en lat¨ªn, remarcando as¨ª el aire religioso y literario del poema. Y luego, am¨¦n de la Nota preliminar, redact¨® ¡ªfruto de ¡°una fuerte recomendaci¨®n¡±, record¨® a?os despu¨¦s-, una nota final, en la que restaba importancia al protestantismo de Milton y su g¨¦nesis b¨¢sicamente cristiana, colocando cortinas de brumas al componente de reformador fan¨¢tico.
La edici¨®n que ahora recupera Adesiara, como era deseo de Boix, no incluye esa nota final; pero si incorpora las cerca de un millar de correcciones que el detallista traductor fue anotando a l¨¢piz, con letra min¨²scula, al lado de cada verso, hasta casi su muerte, en 1996. ¡°Quer¨ªa rehacerla en un catal¨¢n m¨¢s contempor¨¢neo: sacaba todos los llurs; o pon¨ªa celestes en lugar de c¨¨lic; o llum en vez de claror, analiza la experta en Milton y conocedora de Boix, Rosa Flotats, que escribe la introducci¨®n.
"Es la mejor traducci¨®n que hay en Espa?a y de las m¨¢s destacadas de Europa", apunta el estudioso Sam Abrams
Pocas veces una traducci¨®n catalana ha recibido una retah¨ªla de elogios de personajes tan ilustres: Espriu, Gaziel, D¡¯Ors, Sagarra, Sales y Carles Soldevila son algunos de los que la elogiaron en su d¨ªa. ¡°Con la de la L'Odissea que hizo Riba y la de La divina com¨¨dia de Sagarra, no por azar de 1953 y 1955, son de las traducciones m¨¢s ambiciosas de la literatura catalana de todos los tiempos¡±, expone el estudioso y poeta Sam Abrams. El cr¨ªtico no duda en calificar la versi¨®n de Boix como ¡°la mejor traducci¨®n realizada nunca en Espa?a y de las mejores de Europa¡±. El piropo internacional lleg¨® desde la misma Inglaterra por un miltonista de pro como Tillyard.
Elisenda Boix tiene bien vivo el recuerdo de su madre con sus mejores galas, cogi¨¦ndola a ella ya sus hermanos, todos bien acicalados, para visitar a prohombres catalanes ¡°vend¨ªa la obra de su marido en domicilios como los del industrial Carulla, recomend¨¢ndoles que gente como ellos deb¨ªan tener una obra as¨ª en su biblioteca¡±. Hoy ya no deber¨ªa hacer falta: cualquiera puede comprarla en una buena librer¨ªa.
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