Montalbano interroga a Camilleri
El p¨²blico de BCNegra llena La Capella en una lectura dramatizada de corte pirandelliano en la que los personajes se encaran al popular escritor siciliano
"A ver si al final habr¨¢ un crimen de verdad, y en esta cola¡±, dejaba caer un mujer ante el evidente nerviosismo de otra que lanzaba imprecaciones sobre los que cre¨ªa que se le colaban. ¡°Expl¨ªcale un rollo: dile que tienes a tu madre aqu¨ª dentro en silla de ruedas y que has de entrar a buscarla¡±, le soltaba otra mujer a su interlocutor del otro lado del m¨®vil para que burlara la vigilancia y accediera junto a ella en el ya repleto recinto (casi 400 personas) de La Capella de Barcelona. La expectaci¨®n, de nuevo hasta la bandera en un acto de la BCNegra, era esta vez por ver c¨®mo el popular comisario Montalbano se enfrentaba a su creador, Andrea Camilleri. Era la lectura dramatizada de Sis personatges en cerca de Camilleri.
El juego pirandelliano (otro siciliano de Agrigento, como Camilleri) empez¨® con algo peor que un crimen: Montalbano (un punto cansado, otro inquieto gracias al cre¨ªble tono y voz de Jordi Boixaderas) llega a casa y la fiel Adelina (Francesca Pi?¨®n) no le ha hecho la cena en protesta por los 30 a?os de servicio sin gesto de agradecimiento alguno. Es jueves porque en la cartesiana agenda del comisario tocan salmonetes.
Las desgracias se concadenan como fichas de domin¨® ca¨ªdas: Ingrid, la amante, (la actriz italiana Monia Presta) se presenta de improviso anunciando su embarazo y L¨ªvia, la eterna prometida (una Rosa Vila muy mediterr¨¢nea, de notables altibajos emotivos, como corresponde a toda mujer siciliana de armas tomar), les pilla celebrando, faltos de ropa y entusiasmo desigual, la buenanueva que debe poner supuestamente fin (?un tiempo?) a su relaci¨®n.
Los subcomisarios y en principio tambi¨¦n amigos Fazio (Manuel Veiga) y Mim¨ª Augello (Jordi Llordella), muy hartos de las intuiciones y las pesquisas en horas intempestivas de su jefe, le recriminan tics abusivos de aquel que sabe que, en el fondo, ejerce fascinaci¨®n ante sus subordinados; pero aun as¨ª le llevan los informes del ¨²ltimo caso entre manos: la desaparici¨®n de un viejo ¡°gordo, fumador, bastante calvo¡±, que despu¨¦s se sabr¨¢ que se levanta sobre la seis y media de la ma?ana para escribir... S¨®lo el fiel Catarella (Jordi Vidal) parece ajeno a todo gracias a la burbuja de sus infinitos malentendidos ling¨¹¨ªsticos.
El auditorio, apretad¨ªsimo, sonre¨ªa, c¨®mplice, en m¨¢s de dos y de tres situaciones, ante los lamentos de los personajes, todos dirigidos a Montalbano. ¡°Soy mayor y usted tambi¨¦n y no queremos darnos cuenta... ?No ve que a esta casa le hace falta una mujer?¡±, le espeta, bruta, Adelina a un comisario que se va del comedor o de la terraza y, en esos apartes, pregunta al Camilleri silente: ¡°?Por qu¨¦ me haces sufrir as¨ª? ?Y qu¨¦ gafas me has puesto que hacen que no vea nunca como los otros?¡±.
Es pura magia. En parte de Pau Vidal, traductor ¡ªy de los favoritos¡ª de Camilleri al catal¨¢n, conocedor de tantas intimidades de la serie y de su padre que le han permitido perge?ar esta pieza, absolutamente original (¡°no hay ni una l¨ªnea sacada de la obra publicada¡±, dice), espoleado por el reto que le plante¨® la actriz Presta. El otro milagro lo obra Elisenda Roca, que con su direcci¨®n y el recurso de apenas un teclado de piano el¨¦ctrico y diapositivas representando los diversos ambientes, logra que uno tenga la sensaci¨®n de ver una pel¨ªcula de una entrega de Montalbano o, a¨²n mejor, leerla a partir de im¨¢genes auditivas.
Una de las diapositivas cambia a un retrato de Camilleri. Al final, Montalbano da con ¨¦l. Y, claro, le interroga: ¡°Acepta tu m¨¢scara, ya eras mayorcito; todos nos doblegamos ante nuestros papeles en la vida; no existe la libertad de escoger¡±, le suelta a su criatura, lapidario, el escritor (voz de Joan Roca).
El Camilleri real, que recoger¨¢ el premio Carvalho pasado ma?ana en Barcelona, se muestra entusiasmado con la versi¨®n italiana que le ha hecho llegar Vidal, hasta el extremo de que espera poder estrenarla en su pa¨ªs. Igual que aqu¨ª no se descarta que se lleve al escenario en una versi¨®n comercial y extendida de casi hora y media. L¨®gico: no siempre uno puede interrogar a su creador.
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