El amor corroe
Los candados con los que los j¨®venes sellan sus relaciones en los puentes afectan al patrimonio y generan gastos extraordinarios a los Ayuntamientos
El peso del amor puede doblegar hasta el acero. La afirmaci¨®n no es una met¨¢fora, sino una realidad palpable. Tan real y tan pesada que est¨¢ teniendo consecuencias nefastas en los puentes de numerosas ciudades europeas. Desde que el escritor romano Federico Moccia decidi¨® que los protagonistas de su segunda novela, Tengo ganas de ti (2006), sellaran su amor colocando un candado en el puente Milvio de Roma y tiraran la llave al T¨ªber, la costumbre se ha extendido como una plaga.
La declaraci¨®n de amor de los personajes de Moccia comenz¨® afectando al puente Milvio, una construcci¨®n que tiene 23 siglos y en la que Constantino I gan¨® una importante batalla en el 312 de nuestra era, pero los juramentos de fidelidad eterna han producido un efecto domin¨® en otros muchos viaductos, algunos tan famosos como el Pont des Arts de Par¨ªs. Espa?a, donde la citada novela se public¨® en 2009, no se ha escapado a esta moda que afecta seriamente al patrimonio y genera gastos extra en las ya maltrechas arcas municipales.
Sevilla ha gastado m¨¢s de 46.000 euros desde 2008 en quitar estas piezas
Las miles de parejas que, deseosas de sellar su compromiso de una forma barata y oficiosa, se acercan a un puente, colocan su candado y arrojan la llave al sufrido r¨ªo de turno no tienen ni idea de lo que su gesto supone. Con m¨¢s de dos millones de lectores en Espa?a y la popularidad a?adida de las versiones para el cine de algunas de sus obras, especialmente de Tres metros sobre el cielo, con Mario Casas y Mar¨ªa Valverde, los candados del amor se han convertido en una plaga.
Desde 2008, el Ayuntamiento de Sevilla ha retirado del puente de Isabel II, una bella estructura de hierro y piedra de 1852 popularmente conocido como el puente de Triana, casi 72.000 candados. Los t¨¦cnicos de la Gerencia de Urbanismo han realizado 37 campa?as de retirada en los ¨²ltimos seis a?os con un coste de 37.268 euros [la ¨²ltima fue en diciembre de 2013, por lo que ahora apenas hay unas decenas]. Cantidad a la que hay que sumar lo gastado en la restauraci¨®n de la barandilla, cerca de 9.000 euros. Y eso es solo lo destinado al adecentamiento de un puente, suma que habr¨ªa que multiplicar por los cientos de viaductos infectados en todo el mundo por esa epidemia amorosa de la que Moccia es algo m¨¢s que el autor intelectual.
Urbanismo ha retirado del puente de Triana casi 72.000 cerraduras
En su p¨¢gina web el escritor anima a sus miles de seguidores a dejar su huella en las infraestructuras y el mobiliario urbano de sus ciudades. ¡°No esperes m¨¢s para sellar tu amor con un candado exclusivo. ?Cr¨¦alo ya! Otros enamorados ya lo han hecho¡±, dice su publicidad. Adem¨¢s, para animar a los indecisos, la p¨¢gina incluye un mapa de Espa?a con el n¨²mero de candados del amor que Moccia ha vendido en todo el pa¨ªs (14.738) y en cada ciudad. El ranking lo encabeza Madrid con 2.443 y le siguen Barcelona (2.032), Valencia (856) y Sevilla (655). Claro que estas cifras son irrelevantes en comparaci¨®n con los que las parejas adquieren directamente en las ferreter¨ªas e incluso a vendedores ambulantes, que han visto una buena oportunidad de negocio.
¡°El contacto entre la pieza de metal del puente y el metal de los candados forma lo que se llama un par galv¨¢nico y produce una peque?a diferencia de potencial entre ambos materiales, con un leve paso de corriente el¨¦ctrica que induce los procesos de corrosi¨®n¡±, explica Vicente Flores, qu¨ªmico y catedr¨¢tico de Materiales en la Escuela de Ingenier¨ªa de Edificaci¨®n de la Universidad de Sevilla.
Para Federico Moccia, autor de la moda, su retirada es ¡°una cruzada in¨²til¡±
¡°El proceso de oxidaci¨®n es muy lento, aunque las condiciones atmosf¨¦ricas lo aceleran si el ambiente es h¨²medo. El problema es que, aunque los candados se retiren, cuando la corrosi¨®n comienza el proceso no se detiene¡±, a?ade Flores.
¡°Esta moda es una noveler¨ªa que, lamentablemente, est¨¢ afectando a puentes con valor patrimonial como el de Triana que es monumento hist¨®rico nacional. La colocaci¨®n de un candado puede ser anecd¨®tica, pero deja de serlo cuando se trata de miles; tantos que pueden hacer que su peso afecte a la seguridad y a la estructura del puente¡±, a?ade el experto en materiales.
Cuando la corrosi¨®n comienza el proceso no se detiene , seg¨²n un experto en materiales
Sin embargo, para Moccia la retirada de los candados es ¡°una cruzada in¨²til¡±. ¡°Los pol¨ªticos tienen que ocuparse de problemas verdaderos y no de los candados, que se han convertido en una atracci¨®n internacional. El puente Milvio no ten¨ªa nada de atractivo y los candados le han dado color¡±, afirm¨® el escritor en el diario romano Il Messaggero el 12 de diciembre de 2011.
¡°Es un fen¨®meno que se ha extendido por Europa y estoy muy contento porque cada candado es la manifestaci¨®n de un amor que espero que pueda durar para siempre¡±, coment¨® Moccia a este peri¨®dico el pasado d¨ªa 28. El escritor ¡ªquien ya ha recibido quejas de varios Ayuntamientos por este tema¡ª asegur¨®, sin embargo, que es la primera vez que tiene noticias de que sus candados supongan un problema. ¡°Cuando vuelva a Espa?a estar¨¦ encantado de ayudar a buscar una soluci¨®n, un sitio adecuado, para que no se da?e el patrimonio¡±, afirm¨®. Aunque, esta medida no parece tener mucho futuro, porque Moccia adelant¨® que en su pr¨®xima novela una pareja espa?ola viaja a Italia para sellar su amor colgando un nuevo candado.
Los responsables de la Gerencia de Urbanismo de Sevilla no comparten el gusto por el ¡°color¡± del escritor de best sellers y contemplan con miedo c¨®mo la moda se propaga por la ciudad y afecta ya al puente de San Telmo, jalonado con miles de promesas de amor, la pasarela de La Cartuja e, incluso, la cancela de la Cruz de la Cerrajer¨ªa en la famosa plaza de Santa Cruz, una de las mejores obras de rejer¨ªa civil del barroco que, seg¨²n los expertos, es particularmente fr¨¢gil.
¡°Hacemos campa?as de retirada peri¨®dicamente porque los candados producen un efecto llamada y los j¨®venes se animan a colocarlos en los sitios en los que hay ya muchos¡±, comenta un t¨¦cnico de Urbanismo.
Cuando se retiran, el Ayuntamiento los acumula en las naves municipales hasta que la cantidad es considerable y los vende a un ferrallista, ¨²ltimo de esta cadena que dir¨¢ a cu¨¢nto est¨¢ el kilo de amor en el mercado.
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