Mirando a Euskadi y Catalu?a
"Me sorprende la incoherencia y me rebelo ante la manera" con la que el socialismo" ha afrontado esta presunta crisis" de la disidencia en conciencia de tres diputados del PSE
Cuando crees que lo has visto todo en pol¨ªtica, descubres que a¨²n siguen siendo sorprendentes algunas de sus expresiones. Es lo que he sentido al ver la respuesta oficial del socialismo cuando tres diputados y diputadas del PSC votaron en conciencia, de manera diferente de la de su grupo pero coherente con su pensamiento pol¨ªtico y su hist¨®rica posici¨®n. Unas semanas antes, las diputadas socialistas en el Congreso de los Diputados requer¨ªan de las parlamentarias del PP el voto en conciencia respecto a la modificaci¨®n de la Ley del Aborto. No hac¨ªan m¨¢s que solicitar del partido del Gobierno precisamente lo mismo que tan tajantemente han reprochado a sus compa?eros y compa?eras del PSC.
Me sorprende la incoherencia y me rebelo ante la manera con la que se ha afrontado esta presunta crisis. Me han venido a la cabeza aquellas im¨¢genes de las pel¨ªculas de anta?o, en las que al ¡°militar traidor¡± se le arrancaban de las solapas sus ense?as militares y se les arrastraba a continuaci¨®n por la plaza p¨²blica. Primero, se les suspende de sus cargos; despu¨¦s, de sus responsabilidades en el grupo parlamentario; m¨¢s tarde se les env¨ªa a la ¨²ltima fila... Todo ello en un silencio generalizado por parte de un socialismo complaciente con ello ¡ªprietas las filas¡ª, cuando a¨²n resuenan los ecos de una Conferencia Pol¨ªtica para dise?ar un nuevo proyecto y abrir las puertas a la sociedad. Creo que cada vez son m¨¢s los ciudadanos a los que repugnan los comportamientos autoritarios y militaristas, y exigen una representaci¨®n pol¨ªtica dedicada a atender sus preocupaciones e intereses y no los que causan el desvelo de los aparatos de los partidos.
La izquierda tiene que tener soluciones a los problemas"
El socialismo, ¨²nica alternativa real a lo que est¨¢ pasando en Espa?a, necesita un nuevo liderazgo: sea joven o viejo, hombre o mujer, con un profundo sentido de la democracia dentro del partido y para con el resto de la vida p¨²blica. Inmersos como est¨¢n los partidos en el reino de las palabras, se olvidan que la adhesi¨®n solo se logra ya con la credibilidad de los hechos. Solo lideres de profunda credibilidad democr¨¢tica pueden afrontar los retos de resituar al pa¨ªs en una senda de esperanza y de confianza. Por un camino antag¨®nico al que hoy se recorre. Claro que hay que devolverle a la sociedad los derechos sociales ultrajados y componer los rotos del Estado de Bienestar, pero creo que la izquierda tiene que tener una alternativa distinta tambi¨¦n para los dos asuntos estructuralmente m¨¢s relevantes de la pol¨ªtica espa?ola: por una parte, una mirada propia a la resoluci¨®n del encaje territorial de este Estado plurinacional y al modo de abordar los conflictos que en este encaje se pudieran producir; de otra, arriesgar en el proceso que debe acompa?ar lo que podemos llamar ya el fin de ETA.
Porque el Gobierno espa?ol vive y hace pol¨ªtica como si esto no hubiera ocurrido. La tr¨¢gica partida de ajedrez que ETA mantuvo con la sociedad ha tenido, por fortuna, jaque mate. Aunque no se haya producido ¡°oficialmente¡± un desarme, lo es ya de facto. Lo sabemos especialmente todas las personas que vivimos en Euskadi. Vanagloriarse de no cambiar la pol¨ªtica penitenciaria, que siempre fue un instrumento al servicio de la pol¨ªtica antiterrorista, cuando no existe terrorismo es un desprop¨®sito que debe denunciarse sin tibieza y sin miedo. Quien mira a sus electores y a sus flancos mas radicales a la hora de abordar las pol¨ªticas de Estado terminara perdiendo m¨¢s que esos electores a los que mira de reojo. Resulta sarc¨¢stico que se pretenda endurecer la ley en el escenario postETA, m¨¢s que cuando actuaba violentamente. Quienes plantean estos dislates gobiernan y toman decisiones cada d¨ªa en un momento crucial para sellar definitivamente lo que ya es el fin de ETA. Observo con esperanza el di¨¢logo abierto entre dos comunidades como Catalu?a y Andaluc¨ªa, que rompe recelos y abre cauces nuevos, y espero del socialismo vasco un protagonismo sin complejos en esta era postETA. Sigue siendo extremadamente importante seguir creyendo en el futuro ante un presente tan mediocre.
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