IVAM, 25 a?os de camino ?hacia d¨®nde?
En los ¨²ltimos a?os la gesti¨®n de la instituci¨®n ha entrado en una din¨¢mica endog¨¢mica
Si cumplir a?os siempre es motivo de celebraci¨®n, para una instituci¨®n cultural tiene que servir, adem¨¢s, como una ocasi¨®n para el an¨¢lisis. El IVAM celebra sus 25 a?os, y junto a los festejos que ocupar¨¢n pr¨¢cticamente la semana, es momento para ordenar recuerdos y examinar objetivos. La finalidad de aquel proyecto socialista, fue crear en la ciudad de Valencia un centro para la investigaci¨®n y difusi¨®n del arte moderno, que favoreciera la recuperaci¨®n del barrio hist¨®rico en el que est¨¢ enclavado.
Los resultados no se hicieron esperar, y el museo se convirti¨® en un referente nacional e internacional. La estrategia nacida de la dualidad de espacios, con el Centre Julio Gonz¨¢lez y el Centre del Carme, gener¨® una pol¨ªtica expositiva de gran nivel, gracias al impulso de Vicente Todol¨ª, donde importantes artistas presentaron sus primeras muestras en Espa?a a trav¨¦s del IVAM. Valencia ya estaba integrada en los destacados circuitos art¨ªsticos ?Por fin! Y la edici¨®n de la revista Kal¨ªas, o los programas de conferencias, junto a la interesante labor pedag¨®gica desarrollada en esos primeros a?os por Carlos P¨¦rez, dibujaban una estructura pionera en los a?os noventa.
Lamentablemente, hemos pasado de recibir amigos que acud¨ªan expresamente a Valencia para visitar el museo, a escuchar la pregunta frecuente de: ?qu¨¦ ha ocurrido con el IVAM? De esta forma, y sin contaminarnos por la nostalgia, abrimos la necesidad de pensar d¨®nde estamos ahora y d¨®nde est¨¢bamos entonces. Para empezar, el cierre del Carme ha amputado al museo de sus proyectos experimentales, cuyo desarrollo es b¨¢sico para comprender el arte actual. Asimismo, en los ¨²ltimos a?os la gesti¨®n de la instituci¨®n ha entrado en una din¨¢mica endog¨¢mica, vinculada a los intereses y caprichos personales de la direcci¨®n. Con ello la programaci¨®n del IVAM se ha ido convirtiendo en un batiburrillo incoherente en el que, junto a alguna muestra rese?able, se han colado exposiciones indefendibles que no re¨²nen los criterios m¨ªnimos de calidad e idoneidad. Recordamos las ¡°casas de millonarios¡± que, en tiempos de crisis y de desahucios, aparecieron ajenos a las finalidades p¨²blicas de la instituci¨®n, o las piezas de la eurodiputada del PP M¨®nica Ridruejo que pisaban por primera vez un museo. Pero la culminaci¨®n de una gesti¨®n turbia y escandalosa, nos lleg¨® al conocer el v¨ªnculo del IVAM con el supuesto jefe de la mafia china, Gao Ping. Quedan muchas preguntas por contestar: Seguimos sin saber por qu¨¦ el museo compr¨® (por 440.000 €) en r¨¦gimen de exclusividad un lote desigual de fotograf¨ªa china a un ¨²nico galerista y organiz¨® dos exposiciones, en Valencia y en Pekin, financiadas ¨ªntegramente por el centro. Sumando, adem¨¢s, la vulnerabilidad del c¨®digo de buenas pr¨¢cticas, obtenemos un buen ejemplo de costumbres t¨®xicas para el prestigio de la instituci¨®n. Si hace unas d¨¦cadas, la inauguraci¨®n de un museo de estas caracter¨ªsticas en Espa?a fue un m¨¦rito, actualmente, la garant¨ªa de la calidad de sus programas, adquisiciones y profesionalidad, es una exigencia de supervivencia para el futuro.
Juan Soto es diputado auton¨®mico del PSPV-PSOE y secretario de Cultura y Maite Ib¨¢?ez es secretaria de Cultura de la Ejecutiva Comarcal-Valencia del PSPV-PSOE
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.