El triunfo de la monocrom¨ªa
Alaska y Canut repiten una y otra vez la misma f¨®rmula bailable, que encima ofrecen enlatada
Puesto que el hedonismo, el vodevil y lo indisimuladamente hortera han sido siempre se?ales de identidad en Fangoria, parec¨ªa una buena idea ese desparrame de colores (incluido el negro) que quieren ser Cuatricrom¨ªa y su ampliaci¨®n, Policrom¨ªa. Pues bien: tan evidente resulta que Alaska y Nacho Canut conservan una clientela fiel (casi lleno ayer en la Riviera; esta noche, m¨¢s) como que el cancionero nuevo, presente en la mitad del repertorio, goza de una acogida tibia y desigual. Casi lo m¨¢s variado, org¨¢nico y colorista de la velada result¨® ser el trabajo de los bailarines, dos morenos bien definidos y dos muchachas asaz neum¨¢ticas que sugieren una actualizaci¨®n petarda del legado de Giorgio Aresu.
Lo mejor de Fangoria es su capacidad para congregar a un p¨²blico ecl¨¦ctico, de todas las edades, condiciones y preferencias combinatorias, que hace bueno el dicho sobre los gustos y los colores. Por el contrario, la oferta musical es mon¨®croma y mon¨®tona. Olvido Gara ha hecho fortuna con una voz medio rob¨®tica, incapaz de cualquier amago de inflexi¨®n, que le dobla s¨ªlaba por s¨ªlaba el bueno de Rafa Spunky. Pero la carga de trabajo es a¨²n m¨¢s liviana para una guitarrista a la que casi nunca escucharemos y un Canut que a veces se consagra a la extenuante labor de agitar la pandereta. El resto (o sea, pr¨¢cticamente todo) es la apoteosis de la m¨²sica enlatada, un chabacano festival dance del karaoke. Y la esforzada animaci¨®n del cuerpo de baile, bautizado con un nombre digno de las mejores verbenas: Ballet Fantas¨ªa.
Estos Dramas y comedias de Fangoria, por aludir a su mejor tema reciente, tienen algo de parip¨¦ dram¨¢tico. Dentro de la monocorde reiteraci¨®n synth-pop, sobresale alg¨²n meritorio artefacto bailable (Lo tuyo no es normal, Tormenta solar perfecta) y aterra Piensa en positivo, una monserga que parece inspirada por Paulo Coelho. Por mucho cambio de vestuario que haya, resulta dif¨ªcil creerse al estrafalario d¨²o como una recreaci¨®n ca?¨ª de Pet Shop Boys.
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