En la piel del traidor
Sorj Chalandon noveliza en 'Retorno a Killybegs' la vida real de Denis Donaldson, amigo, miembro del IRA y esp¨ªa ingl¨¦s
La herida a¨²n quema en el pecho del periodista franc¨¦s Sorj Chalandon (T¨²nez, 1952): su amigo le traicion¨®. Hoy el nombre de Denis Donaldson se susurra como el de Judas en la boca de los independentistas de Belfast: significado miembro del Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA) y del Sinn F¨¦in (el partido pol¨ªtico republicano), Donaldson era en realidad un esp¨ªa de los servicios secretos brit¨¢nicos. Tras 20 a?os de doble vida, en 2005 los ingleses le delataron, como cruel gesto de buena voluntad en el cambalache de las negociaciones de paz. Admiti¨® su traici¨®n, rechaz¨® una nueva identidad y se fue a su casa irlandesa en Kyllibegs a esperar la muerte. Lleg¨® cuatro meses despu¨¦s de la mano de un grupo disidente del IRA.
Tampoco Chalandon perdona al que fue amigo y mentor que le llev¨® a respaldar la causa independista durante los 25 a?os en que el periodista cubri¨® el conflicto de Irlanda del Norte para el diario Lib¨¦ration. ¡°Ahora es un enemigo¡±, sentencia Chalandon. Pero tan ¨ªntimo como para provocarle su m¨¢s honda crisis profesional: ¡°No pod¨ªa cubrir la noticia del asesinato; Denis era como mi hermano; tampoco me atrev¨ªa a mirar a la cara a su familia y preguntarles: ?No sospech¨¢bais nada?¡±. Entonces naci¨® el Chalandon novelista, ¡°para cicatrizar heridas que el periodismo no me permite curar¡±.
Retorn a Kyllibegs, ganadora del Gran Premio de Novela de la Academia Francesa en 2011 y publicada ahora solo en catal¨¢n (Edicions de 1984), es su segunda novela sobre Donaldson. Una herida abierta, pues, que no cauteriza. En Mi traidor (Alianza, 2010), el periodista novel¨® el hecho desde su punto de vista de amigo traicionado, pero el rencor no se apag¨®. ¡°Todos llevamos dentro a un traidor y a un traicionado: necesitaba convertirme en conspirador para cerrar la tumba de Denis¡±, cree Chalandon. Por ello, en Retorn a Killybegs se pone en la piel de Donaldson mediante el personaje ficticio de Tyrone Meehan, cuya voz gu¨ªa al lector en el conflicto.
Una vez delatado, Donaldson dijo p¨²blicamente haber traicionado ¡°en el momento m¨¢s delicado de mi existencia¡±. Nada m¨¢s. ¡°No explic¨® qu¨¦ informaciones pasaba a los ingleses ni la causa de su traici¨®n. Se fue con su secreto¡±, lamenta Chalandon. En el libro, ha tomado una de las hip¨®tesis apuntadas por la prensa: ¡°Cuando Denis era joven un amigo suyo muri¨® a su lado defendiendo un gueto independentista a manos de los ingleses¡±. Pero hay quien sospecha que fue Denis quien le mat¨® accidentalmente y que los ingleses le chantajearon con contar la verdad; salvar su reputaci¨®n y ayudar a Irlanda durante las negociaciones de paz ser¨ªan la causa ¨²ltima de su colaboraci¨®n con el enemigo. ¡°No s¨¦ si es la verdad¡±, admite Chalandon, ¡°pero yo he asumido esta explicaci¨®n porque me conven¨ªa: no puedo imaginar que nos haya traicionado matando amigos por una raz¨®n que no sea la paz¡±.
El escritor sospecha que Donaldson actu¨® como esp¨ªa durante sus estancias en Par¨ªs, donde los dos se hicieron ¨ªntimos. ¡°A¨²n no s¨¦ separar al amigo del traidor¡±. Excepto por un episodio, presente en el libro: ¡°Un d¨ªa cogi¨® el metro y en el vag¨®n vi a Denis; me acerqu¨¦ para saludarle, pero me indic¨® que guardara silencio y se dio la vuelta. Luego me cont¨® que deb¨ªa mantener el secreto de su operaci¨®n. Estaba orgulloso de su confianza¡±, se r¨ªe, amargo, Chalandon. ¡°Pero aquel gesto y aquella mirada... eran las de un traidor¡±, sentencia.
En los dos libros dedicados a Donaldson hay un encuentro ficticio entre traicionado y traidor poco antes de su asesinato. ¡°Ese momento nunca existi¨® en realidad, la muerte fue m¨¢s r¨¢pida que yo¡±, desvela Chalandon. La ¨²ltima vez que le vio fue una semana antes de su muerte: ¡°Me dijo que me quer¨ªa. No s¨¦ si era verdad. Y este libro no ha contestado a m¨ª pregunta¡±. Tampoco le ha hecho perdonar a su amigo. Sigue queri¨¦ndole, pero el dolor de la traici¨®n inflama sus ojos y su pluma.
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