Carles Santos, solo ante el piano en la ¨²ltima versi¨®n de s¨ª mismo

Hace seis a?os, Carles Santos cre¨® una falla de homenaje a Josep Guinovart con 12 pianos que fueron quemados por expertos falleros llegados de Benicarl¨® en el pueblo leridano de Agramunt, frente a la Fundaci¨®n que lleva el nombre del pintor catal¨¢n. Este mes, el m¨¢s irreverente de los pianistas valencianos pegar¨¢ un mordisco a la resaca fallera con un concierto de piano solo que, bautizado como Mos de gos, es una versi¨®n condensada de todo su universo est¨¦tico, es decir, de s¨ª mismo, dentro de la serie de maratonianos conciertos que inaugur¨® en 1998 con Codi o estigma y al que luego siguieron Transfer o No al no.

Dicho de otro modo, el m¨²sico de Vinar¨°s estrenar¨¢? el d¨ªa 21 en el Teatre El Micalet la puesta al d¨ªa de las variaciones Santos. Expresionismo, tonalismo, atonalismo, romanticismo, barroco, minimalismo, todo cabe en el? universo en expansi¨®n de Carles Santos y la ¨²nica forma de acercarse a ¨¦l en una tacada es presenciar uno de estos imprevisibles conciertos sin medida en los que desde los a?os 90 presenta una obra ¨²nica? y larga a la que va incorporando o restando elementos sobre la marcha.

Ser¨¢ el primer concierto de Carles Santos en Valencia tras su intervenci¨®n en mayo de 2013, en las actividades culturales organizadas por la plataforma Salvem el Cabanyal. Aparte de esta intervenci¨®n de car¨¢cter sociocultural, hac¨ªa bastantes a?os que no ofrec¨ªa un concierto de piano solo en Valencia. Y vuelve precisamente al Micalet, donde hace tres d¨¦cadas present¨® uno de sus primeros espect¨¢culos, Arganchulla Gallac.

El piano no solo est¨¢ en el centro de su obra, como compositor o int¨¦rprete; es tambi¨¦n un objeto art¨ªstico en s¨ª mismo, un amante, un amigo, que ha sido su c¨®mplice en acciones de calle, como los paseos por La Rambla barcelonesa, o se multiplica en la exposici¨®n de "pianos intervenidos" que actualmente? se puede ver en la Universitat Jaume I de Castell¨®n o en la citada falla-homenaje a Guinovart.