Retratos contrarreloj
La galer¨ªa Loewe re¨²ne 90 retratos de los protagonistas de la moda en formato Polaroid
Anna Bauer levanta la vista y observa la selecci¨®n de sus fotos Polaroid o daguerrotipos expuesta en la galer¨ªa de la casa de moda Loewe en Barcelona. "Cuando veo los retratos me quedo sorprendida de que sean tan buenos". No es arrogancia: "Entre los bastidores, los fot¨®grafos toman hasta 1.000 tomas por cada modelo. Yo solo pod¨ªa robarles el tiempo para dos fotos, a veces una, como en el caso de Cate Blanchett". De 2007 a 2012, su haza?a ha sido capturar tras los bastidores de los desfiles de moda ¡ªNueva York, Londres, Mil¨¢n¡ª los rostros de modelos, dise?adores, peluqueros y maquilladores con una antigua c¨¢mara de ancho formato y cartuchos de Polaroids.
Fijada a un tr¨ªpode, la m¨¢quina necesitaba 15 minutos para calentarse. Despu¨¦s, hab¨ªa que esperar otros dos, quietos para que se disparase el obturador: un lapso de tiempo insignificante, pero ,en el clima fren¨¦tico de los bastidores, marca la diferencia. Seg¨²n Bauer, "mis fotos son especiales porque los sujetos ten¨ªan que centrarse en la c¨¢mara ¡ªla clave de mi proyecto¡ª por largos periodos". Las 90 fotos que se exhiben en Barcelona hasta el 16 de marzo ¡ªsobre un total de 246, recopiladas en el libro Backstage (Angelika Books, 2012)¡ª retratan celebridades como Kate Moss, Stella McCartney, Milla Jovovich o Claudia Schiffer. Pero tomados de la cintura hacia arriba, los retratos no muestran los vestidos ni los esbeltos cuerpos de los modelos: lo que capta la atenci¨®n es la intensidad de las expresiones. "Mi objetivo era buscar la humanidad de los personajes de moda", revela Bauer.
Uno tras otro, los ojos de Valentino, Jean Paul Gaultier o Karl Lagerfeld miran fijamente al espectador. Los daguerrotipos en blanco y negro crean un efecto atemporal: no sorprender¨ªa ver aparecer a un Andy Warhol con peluca. En efecto, el trabajo de Anna Bauer pertenece a una era distinta: en 2008 la industria Polaroid anunci¨® el cierre de sus f¨¢bricas de carretes debido al avance de las c¨¢maras digitales y a su quiebra econ¨®mica. Tras una masiva campa?a de rescate en la red, este tipo de pel¨ªcula volvi¨® a la venta en 2010 gracias a la industria The Impossible Project: pero ahora se trata de un producto vintage, recuperado por su est¨¦tica m¨¢s que por su funci¨®n en el ¨¢mbito profesional. As¨ª, la obra de Bauer testimonia un momento hist¨®rico del formato Polaroid. Y tambi¨¦n del mundo de la moda: ¡°Mi obra es un tributo a los protagonistas de una ¨¦poca determinada¡±. Comparte la reflexi¨®n de uno de sus retratados, el periodista de moda Tim Blanks: "Ser¨¢ interesante mirar a las fotos en 10 o 20 a?os para ver qui¨¦n hab¨ªa entonces y qui¨¦n desapareci¨® de los desfiles".
La crisis no parece haber provocado grandes cambios detr¨¢s del escenario, aunque "algunos espacios eran m¨¢s peque?os y los fot¨®grafos estaban m¨¢s en apuros, con menos encargos y presupuestos". Bauer nunca se ha planteado participar del otro lado de las bambalinas en un desfile: "Hay mucha competici¨®n entre los fot¨®grafos: apretado entre 50 profesionales en un espacio del tama?o de una escalera, es muy duro disparar". Tampoco la zona tras bastidores queda aislada del estr¨¦s, palpable en los recuerdos de la fot¨®grafa: "No echo de menos nada, excepto la energ¨ªa y el sentido de trabajar todos juntos para un momento especial. Nadie deber¨ªa trabajar al ritmo de seis fashion shows diarios, es horrible".
Pero Bauer conquist¨® un peque?o espacio en medio del caos, hoy visible en las miradas ¨ªntimas de sus retratados, robadas al ritmo fren¨¦tico que pauta los desfiles de moda. Quiz¨¢s sea la b¨²squeda de esta privacidad el leitmotiv de su pr¨®ximo proyecto: la artista acaba de volver de Rusia, donde retrata a mujeres boxeadoras en el entorno profesional y en su casa. El desaf¨ªo es inmortalizar la humanidad oculta en cada rostro. Una vez m¨¢s.
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