Recaudaci¨®n y equidad

En julio del pasado a?o, conociendo por fuentes indirectas el inicio de los trabajos de la comisi¨®n creada por el Gobierno espa?ol para proponer una reforma fiscal, llam¨¦ la atenci¨®n en estas mismas p¨¢ginas sobre la conveniencia de la iniciativa y sobre los peligros de que la direcci¨®n de la misma pudiera ser la contraria de la que yo entiendo que deber¨ªa ser. La semana pasada hemos conocido el informe. Ello me permite expresar opiniones m¨¢s fundamentadas, aunque no de car¨¢cter experto, porque no soy t¨¦cnico en temas fiscales.

Siempre he sabido que todo ¡°informe encargado¡± debe ser le¨ªdo e interpretado conociendo la posici¨®n y los objetivos de quien lo pide, y las hip¨®tesis de partida de quienes lo elaboran. Ello ayuda a poder analizarlo mucho mejor. No estoy disminuyendo la importancia de tales informes (que ¨²ltimamente han proliferado, encargados por diversos gobiernos con diversas finalidades), pero s¨ª que intento situarlos en su perspectiva adecuada. No pongo en absoluto en duda la calidad acad¨¦mica e intelectual de este informe, de m¨¢s de 400 p¨¢ginas, lleno de interesantes consideraciones y propuestas. No voy a discutir detalles concretos sobre las mismas, pero s¨ª ofrecer tres comentarios sobre lo que podr¨ªamos llamar los ¡°principios inspiradores¡± y los ¡°condicionantes pol¨ªticos¡± del mismo.

?1. Recaudaci¨®n. El Estado se encuentra en una situaci¨®n fiscal dif¨ªcil. Con una deuda p¨²blica que roza el 100% del PIB, la gran dificultad de reducir el d¨¦ficit del presupuesto significa que esta deuda va a seguir aumentando anualmente, y con ello el importe de los intereses a pagar. Es un c¨ªrculo vicioso que hay que romper. Se impone la necesidad de una reducci¨®n de los gastos y de un aumento de los ingresos.

En el recorte de algunos gastos de car¨¢cter social se ha ido ya demasiado lejos, provocando un fuerte empobrecimiento social y un gran aumento de las desigualdades. En otros (algunas inversiones en infraestructuras, gastos en defensa, duplicidades administrativas¡­.) no se quiere entrar a fondo. Se hace necesario, por tanto, aumentar los ingresos y ello depende de un dif¨ªcil y lento aumento de la actividad, o de un incremento de los impuestos. Son comprensibles pues las preocupaciones actuales de un Gobierno que hab¨ªa tomado como lema la promesa, imprudente, de ¡°bajar los impuestos¡±.

No coincido con aquellos que dicen que lo prioritario debe ser mejorar la econom¨ªa y que luego ya podremos aumentar el gasto social y la cohesi¨®n

?2. Objetivos pol¨ªticos. Me permito suponer que el encargo a los expertos ten¨ªa, de forma m¨¢s o menos expl¨ªcita, cuatro objetivos: modernizar el sistema, aumentar la recaudaci¨®n, poder mostrar la ¡°bajada¡± de algunos impuestos, y contribuir a ¡°racionalizar¡± la estructura pol¨ªtica del Estado. No soy capaz de evaluar el grado de consecuci¨®n de los dos primeros. Otros con m¨¢s conocimientos que yo, lo har¨¢n. Pero s¨ª que entiendo que la comisi¨®n de expertos ha cumplido perfectamente los otros dos objetivos, m¨¢s pol¨ªticos, para los que estaba pensada: propone muchos cambios, algunos con los que se puede coincidir, y otros m¨¢s dif¨ªciles de evaluar.

Con ello ofrece al Gobierno la oportunidad de ¡°bajar impuestos¡±, pero subiendo otros para evitar p¨¦rdidas de recaudaci¨®n; e incluso haciendo en algunos casos propuestas que el Gobierno pueda rechazar, ofreciendo as¨ª una imagen de sensibilidad social. Y por otra parte sugiere medidas de ¡°racionalizaci¨®n¡± y ¡°armonizaci¨®n¡±, algunas coherentes, pero siempre en la misma direcci¨®n: la de disminuir las competencias de las Administraciones territoriales, y avanzar en la recentralizaci¨®n.

?3. Equidad. Tanto o m¨¢s importante que el problema del desequilibrio fiscal espa?ol es el aumento de la pobreza y el incremento de las desigualdades. No deben analizarse estos dos temas solo desde un punto de vista social, sino como verdaderos problemas econ¨®micos, es decir como factores que reducen la formaci¨®n de capital humano y el aprovechamiento del que est¨¢ disponible, adelgazan la clase media que es el soporte fundamental del crecimiento de un pa¨ªs, disminuyen la productividad que es la base del crecimiento y, por descontado, hunden el consumo.

Mientras duren estas situaciones es imposible pensar en una recuperaci¨®n, y menos en una pr¨®xima salida de la crisis. No coincido por tanto con aquellos que dicen que lo prioritario debe ser mejorar la econom¨ªa y que luego ya podremos aumentar el gasto social y la cohesi¨®n. Pienso que lo urgente es aumentar tanto la inversi¨®n productiva como la inversi¨®n social (?dejemos de llamarle gasto!).

No veo reflejado este punto de vista en el informe. Habla de hacer compatibles las reformas con la mejora de la equidad, pero esta es un objetivo subordinado, de segundo orden, casi un t¨®pico. De la misma forma que se hacen an¨¢lisis de las repercusiones sobre la recaudaci¨®n de algunas de las medidas propuestas, me gustar¨ªa ver incorporados an¨¢lisis paralelos de sus repercusiones sobre la equidad. Pienso que, si se hiciera, ver¨ªamos claramente que es un nuevo paso hacia la regresividad fiscal, y por tanto hacia un aumento de las desigualdades, con todas las consecuencias previsibles.

Joan Maj¨®, ingeniero y exministro