Me gusta / No me gusta
El ¡®selfie¡¯ es una gran met¨¢fora de la vida actual. Ya no interesa lo que ocurre alrededor sino lo que nos ocurre a nosotros
Mis alumnos no leen los peri¨®dicos. Ni en formato digital ni en papel. Las noticias llegan a ellos sin que sepan a ciencia cierta c¨®mo y solo cuando tienen carga emocional. Tampoco son tan distintos a gran parte de la sociedad donde triunfa el g¨¦nero de la emo-noticia: violencia, amenazas, sexo, rarezas y esc¨¢ndalos.
No tienen una visi¨®n del mundo organizada, ni siquiera de su propia realidad. El mundo es un puzzle que no tienen inter¨¦s en resolver. Se han alterado los pronombres personales y los tiempos verbales. De las seis personas s¨®lo queda el yo y el nosotros. El selfie es una gran met¨¢fora de la vida actual. Ya no interesa lo que ocurre alrededor sino lo que nos ocurre a nosotros: a m¨ª y a mis amigos, a m¨ª y a mi grupo. Las segundas y terceras personas han desaparecido por ajenas, problem¨¢ticas, dif¨ªciles. M¨¢s all¨¢ del yo y del nosotros est¨¢ el abismo. En cuanto a los tiempos, el ¨²nico que se conjuga es un presente perpetuo, un hoy renovado, eterno, que carece de historia. El pasado se desvanece sin rastro; en cuanto al futuro, una niebla intensa lo cubre. La historia y el tiempo han muerto.
Por eso, cada semana, estrenan canci¨®n, miedos o fobias. La vida simula una uniformidad enga?osa: seis horas sentados en el aula, escuchando lecciones que apenas conectan con sus vidas. Despu¨¦s otras seis horas ante pantallas de distintos tama?os, absorbiendo, mirando, tecleando monos¨ªlabos y risas digitales. Creen que tienen el mundo en sus manos, y el mundo los tiene a ellos. Consiguen convencerlos de que la opci¨®n me gusta o no me gusta los hace protagonistas y que las emociones instintivas, son la ¨²nica forma cool de sentirte vivo.
El sistema educativo se vuelve odioso porque pretende sacarlos de la mara?a de emociones trucadas, eludir el ¡°me gusta¡± o ¡°no me gusta¡± y a?adir molestas preguntas como ¡°?por qu¨¦?¡± O, peor todav¨ªa ¡°?c¨®mo podemos cambiarlo?¡±. Un esfuerzo in¨²til porque, como S¨ªsifo, cuando conseguimos subir unos metros la piedra a la monta?a, el sensacionalismo informativo nos devuelve al punto de partida.
Una gran parte de mis alumnos piensan que estamos siendo invadidos por una horda de negros violentos que viene a ocupar nuestro pa¨ªs. No se lo discutas porque lo han visto en la televisi¨®n, con m¨²sica amenazadora de fondo. La cosificaci¨®n del ser humano, la xenofobia m¨¢s burda entendida como miedo al extranjero, el racismo m¨¢s evidente, borra como un vendaval los valores que pretendemos ense?ar. No hay rastro de historia, de razones, ni de argumentos en la forma de presentar estas noticias. Solo el miedo a los otros, cultivado con primor para engordar un negocio infame. Pero, aunque tengamos l¨¢grimas en los ojos, no nos rendimos. Ma?ana intentaremos explicarlo en clase, a pesar de vosotros.
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