Dolor por los cuatro ni?os muertos en el incendio de El Vendrell
La familia fue desahuciada y regres¨® al piso de manera ilegal hace m¨¢s de un a?o Los padres y los otros dos hijos del matrimonio logran escapar de las llamas
El balc¨®n de Petra Flores sigue oliendo a humo. Una pared de hormig¨®n separa su piso del que habitaba el matrimonio formado por Fatma y Hmad Mortada. Son dos viviendas, en la calle del Mig, en El Vendrell (Baix Pened¨¨s), construidas como clones: tienen unos 60 metros cuadrados, y la estancia principal, en la entrada de la casa, es el comedor, luego tiene tres dormitorios, m¨¢s la cocina y el ba?o. En una de esas habitaciones dorm¨ªan Thami, de ocho a?os, Mohammed, de cinco, y Osama, de tres. En la estancia contigua descansaba Ayoub, de 12. Los cuatro inhalaron tanto humo que murieron all¨ª mismo, en sus camas.
Un incendio provoc¨® la noche del martes una tragedia may¨²scula en la familia Mortada. Originarios de Marraquech, la mujer, de 38 a?os, y su marido, de 41, perdieron a cuatro de sus seis hijos, cinco de ellos, peque?os. Las llamas se iniciaron a las 23.40, presumiblemente en el comedor, por motivos que todav¨ªa se desconocen, seg¨²n fuentes de Protecci¨®n Civil. El fuego estuvo ardiendo hasta que calent¨® tanto la estancia que estall¨® uno de los vidrios. La entrada de aire ¡ªel viento soplaba con fuerza la noche del martes en la zona¡ª, cargado de ox¨ªgeno, espole¨® y propag¨® las llamas por toda la casa. El resultado fue un fuego completamente desarrollado y unas llamas que cruzaban la calle y lam¨ªan la fachada del edificio de enfrente.
El hermano mayor de los seis hijos del matrimonio, Abdel, de 18 a?os, logr¨® saltar por el balc¨®n junto a su primo ¡ªque estaba tambi¨¦n en la casa¡ª, colg¨¢ndose y agarr¨¢ndose al muro que separa su casa de la de Petra. ¡°Se jugaron la vida¡±, cuenta la mujer, que se despert¨® por los golpes y gritos de su vecino. Estaban asediados por las llamas que se colaban por todas las rendijas y han dejado calcinado el techo del balc¨®n de Petra. ¡°Les abrimos la puerta, y salieron corriendo a la calle¡±, explica la mujer, que recuerda a Abdel preguntando por sus hermanos.
En la calle Abdel se encontr¨® con su padre, que ten¨ªa quemaduras en el 11% del cuerpo. ?l sali¨® por la puerta pidiendo auxilio a gritos, y trat¨® de volver a entrar a por su familia. Pero era imposible. Solo los bomberos pudieron regresar al domicilio y sacar a Fatma, que llevaba en brazos a la m¨¢s peque?a de la casa, Farah, de dos a?os. La mujer les avis¨® de que en las habitaciones estaban sus otros hijos, pero ya era demasiado tarde. Ambas tienen quemaduras de poca consideraci¨®n y siguen ingresadas junto a Hmad en el hospital Vall d¡¯Hebron de Barcelona. El hombre est¨¢ grave, pero no se teme por su vida.
El hijo mayor fue atendido por el Sistema de Emergencias M¨¦dicas (SEM) en la puerta de su casa. ¡°Pero no quer¨ªa subir a la ambulancia, y se iba dando cabezazos contra la pared¡±, cont¨® este mi¨¦rcoles muy afectado Benji El Baraka, un joven de 19 a?os, amigo de la familia, que presenci¨® lo sucedido. ¡°Entre la oscuridad y las llamas no pudieron hacer nada¡±, se lament¨®.
La familia Mortada vive en un barriada humilde de El Vendrell, los Pisos Planes. El matrimonio lleg¨® a Espa?a ¡°en el 94 ¨® 95¡±, explica Karim Tazdait, de 42 a?os, que comparti¨® pis¨® con el padre. En tres a?os regulariz¨® su situaci¨®n y poco a poco fue haciendo crecer su familia. Hmad trabaj¨® como alba?il, mont¨® una carnicer¨ªa... ¡°Y luego se compr¨® un piso y no pudo pagarlo¡±, resume. En 2011 fueron desahuciados, seg¨²n fuentes municipales. Fueron a casa de unos familiares, en Santa Oliva, donde siguen empadronados. Pero hace m¨¢s de un a?o que volvieron de forma ilegal al que era su piso, y que segu¨ªa vac¨ªo.
Los amigos, como El Baraka, cuentan adem¨¢s que la ¡°mala suerte¡± ya les hab¨ªa visitado antes, cuando se les quem¨® una carnicer¨ªa. Algo que confirman fuentes municipales. Poco a poco, las cosas fueron a menos, y Hmad tuvo que buscarse la vida como pod¨ªa. ¡°Se levantaba a las siete de la ma?ana para recoger chatarra, trabajar en el campo, en la construcci¨®n... Lo que fuese para mantener a su familia¡±, asegura el joven de 19 a?os.
El remolino de personas al d¨ªa siguiente de la tragedia era constante frente a la vivienda. Muchos de los vecinos que vivieron lo ocurrido reprocharon la tardanza en llegar de los Bomberos. ¡°Y el primer cami¨®n no llevaba agua¡±, cont¨® V¨ªctor Herrero, de 33 a?os. Tanto ¨¦l como Ayal, intentaron auxiliar a la familia. ¡°Yo cog¨ª al hombre, que estaba todo quemado. El pobre no sab¨ªa ni lo que dec¨ªa¡±, explic¨® Ayal, realmente enfadado por lo que considera una deficiente labor de los Bomberos.
El regidor de Protecci¨®n Civil de la ciudad, Jaume Escarr¨¦, niega la tardanza. Seg¨²n los datos facilitados por este, los Bomberos llegaron siete minutos despu¨¦s de recibir el aviso. Fuentes de Protecci¨®n Civil a?aden que el primer cami¨®n suele ser la escalera, que no lleva cisterna, aunque le sigue siempre luego otro veh¨ªculo con el agua. ¡°Ning¨²n cami¨®n sale del parque de Bomberos sin agua¡±, reflexion¨® esa fuente.
A primera hora de la tarde, una mujer segu¨ªa fregando la entrada del n¨²mero 3 de la calle del Mig. ¡°No paran de salir cenizas¡±, le dec¨ªa una vecina. En el edificio, de cuatro plantas y 16 pisos, nadie hab¨ªa pegado ojo. La mujer coment¨® que la familia ya hab¨ªa tenido alg¨²n incidente anterior debido al mal uso de un brasero. Se quej¨® tambi¨¦n del n¨²mero de viviendas ocupadas en el edificio. ¡°Seis de las 16¡±, explic¨®. Con lo que ello supone, con impagos en la comunidad y, seg¨²n lament¨®, algunos episodios de incivismo.
¡°No es el momento de hablar de eso ahora¡±, insisti¨® el alcalde de la ciudad, Mart¨ª Carnicer (PSC). El Consistorio tomar¨¢ las medidas necesarias para que la familia tenga asegurado el ¡°alojamiento y la supervivencia¡±. Tambi¨¦n ayudar¨¢n para que la madre de Fatma pueda viajar de Marraquech a Espa?a. El Gobierno marroqu¨ª se har¨¢ cargo de la repatriaci¨®n de los cuerpos de los cuatros ni?os.
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