Pulso sobre el cerro de San Miguel
Los desalojos en las cuevas de Granada se repiten desde hace a?os Tras la ¨²ltima expulsi¨®n, la Consejer¨ªa de Cultura y el Ayuntamiento se han enfrentado
En tres tiendas de campa?a, a la derecha de la fuente del aceituno, en el barrio de San Miguel alto de Granada, montan guardia varias personas. El Ayuntamiento desaloj¨® seis cuevas el pasado d¨ªa 20 y este domingo los afectados organizaron un encuentro con talleres y m¨²sica en la zona. Siete a?os ha tardado el Consistorio en volver a actuar all¨ª con un fuerte dispositivo policial y maquinaria pesada. Y unos d¨ªas es lo que han necesitado sus moradores para reabrir las cuevas.
El pulso no es nuevo y la complejidad del lugar, el uso y la propiedad tampoco.?En 2007, tambi¨¦n con Jos¨¦ Torres Hurtado (PP) como alcalde, la polic¨ªa intervino en el cerro. En esta ¨²ltima ocasi¨®n, ha habido intentos previos, pero no ha sido hasta tener orden judicial cuando se ha actuado, dice el Ayuntamiento. El Consistorio, que prepara un informe para explicar a la Consejer¨ªa de Cultura la actuaci¨®n, ha advertido: en el futuro optar¨¢ por medidas ¡°m¨¢s dr¨¢sticas¡±.
Desalojos y cierres
Enero de 2007. El Ayuntamiento desaloja y tapa diez cuevas con ayuda de la polic¨ªa.
Agosto 2010. El Consistorio propone el cierre de 36 de las 56 cuevas.
Diciembre 2013. Unas 200 personas impiden el desalojo de ocho cuevas decretado por el Consistorio.
Marzo 2014. El Ayuntamiento desaloja y tapa siete cuevas en el cerro. A los cuatro d¨ªas vuelven a estar ocupadas.
¡°?Y qu¨¦ van a hacer? ?m¨¢s violencia?¡±, se preguntan algunos de los que han vuelto al que consideran su hogar. Critican la actuaci¨®n policial, a su juicio, desproporcionada. Llevan d¨ªas quitando la tierra con palas y han podido entrar a las cuevas que no se han derrumbado. Entienden que el que sigan en pie rebate el argumento del gobierno municipal, que justifica su intervenci¨®n en su estado ¡°ruinoso¡±.
La zona, en la parte alta del Albaic¨ªn, muy cerca del Sacromonte, est¨¢ sometida a cautela arqueol¨®gica. Las cuevas sobre las que se ha actuado ¡ªhay decenas en el monte¡ª son las m¨¢s pr¨®ximas a la muralla que separa los barrios. El objetivo es regenerar el paisaje de una parte de la ciudad que, al margen de toda esta pol¨¦mica, est¨¢ bastante descuidada. Pero, por el momento, no se ha logrado; m¨¢s bien al contrario.
Un cartel con la palabra Granada tachada, como si no perteneciera a la capital, da la bienvenida al lugar de la pol¨¦mica. Algunos de los que all¨ª viven tienen escritura de la vivienda y residen de forma totalmente regular. Otros no, pero est¨¢n censados. Y algunos m¨¢s vienen y van. El estado de conservaci¨®n es dispar.
La intervenci¨®n del 20 de marzo corri¨® a cargo del Ayuntamiento, que es el propietario de los terrenos y que defiende su actuaci¨®n para garantizar la ¡°seguridad¡± de las personas, ya que insiste en que no son viviendas, sino ¡°agujeros¡± escarbados en la tierra. Alguna cueva incluso se ha desplomado, reitera la concejal de Urbanismo, Isabel Nieto.
La Consejer¨ªa de Cultura autoriz¨® la intervenci¨®n, pero sin utilizar maquinaria pesada. Dio permiso para echar tierra, pero ped¨ªa que se asegurase la ventilaci¨®n, para evitar desplomes, y que hubiera control arqueol¨®gico, ya que la zona est¨¢ protegida y no es urbanizable. Pero la delegada de Cultura, Ana G¨¢mez, cree que el Consistorio ha actuado de forma ¡°imprudente¡±.
El Ayuntamiento esgrime que Cultura le autoriz¨® y poco m¨¢s tiene que hacer, ya que lo dem¨¢s corre de su cuenta. Ni se inform¨® de la fecha del desalojo ni se requiri¨® su presencia. Los t¨¦cnicos implicados son municipales, a?ade el Consistorio, puesto que es la Administraci¨®n responsable.
Urbanismo reitera que la seguridad de esas personas es un tema municipal: el terreno es suyo y por eso insiste en el desalojo. No descarta utilizar hormig¨®n en futuros sellados, aunque tendr¨ªa que autorizarlo la Junta. Los afectados han llevado a los tribunales el ¨²ltimo desalojo y tambi¨¦n pleitean por la titularidad.
Tampoco hay acuerdo entre los partidos. IU es la formaci¨®n que ha criticado m¨¢s el PP por el modo en que llev¨® a cabo la actuaci¨®n y por no ofrecer una vivienda alternativa a los desalojados. Los afectados, en cualquier caso, han vuelto y dicen que para quedarse. Enseres apilados y montones de tierra forman parte ahora de ese paisaje que las Administraciones dicen que pretenden regenerar. Lo ¨²nico que permanece intacto son las privilegiadas vistas.
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