La ruleta como modelo econ¨®mico
El apoyo del PSC a BCN World, despu¨¦s de estar en contra, es un ejercicio de contorsionismo que lleva al desprestigio
El pacto entre CiU y PSC que ha alumbrado el macrocomplejo BCN World es una muestra de c¨®mo cierta izquierda pone el proyecto al servicio de la t¨¢ctica.
?¡°El PSC apoya un modelo de econom¨ªa productiva, estamos en contra de Eurovegas y el se?or que promueve este proyecto [Sheldon Adelson] tampoco es un ejemplo; otra cosa es que alg¨²n alcalde de una poblaci¨®n afectada pueda ver en eso una oportunidad para combatir el paro¡±, aseguraba el primer secretario del PSC, Pere Navarro, en una entrevista a este diario el 1 de septiembre de 2012. Las palabras parec¨ªan indicar que el PSC estaba dispuesto a enterrar la econom¨ªa de ladrillo, sol y playa, que apadrin¨® la crisis. El alcalde de Cornell¨¤ y n¨²mero dos del partido, Antonio Balm¨®n, era el ¨²nico dirigente socialista que se erig¨ªa, parad¨®jicamente, en portavoz cr¨ªtico, con el argumento que Las Vegas Sands iba a crear un complejo que generar¨ªa 260.000 empleos directos e indirectos. Balm¨®n sugiri¨® ejercicios de solidaridad a los detractores del macrocasino, al pedir que un concierto que deb¨ªa celebrarse contra Eurovegas ¡ªcon Estopa, Albert Pla y S¨ªlvia P¨¦rez Cruz, entro otros¡ª destinara lo recaudado para atender la pobreza. El concierto no lleg¨® a celebrarse, porque Eurovegas se fue a Madrid y los pobres no pudieron beneficiarse del fest¨ªn de Epul¨®n.
Pere Navarro se manten¨ªa, no obstante, en su posici¨®n y, al conocer que Eurovegas hab¨ªa optado por Alcorc¨®n, acus¨® al Gobierno de CiU de ¡°haberse sacado de la chistera el proyecto de BCN World¡±, al tiempo que exig¨ªa ¡°mayor seriedad a la hora de plantear proyectos econ¨®micos para Catalu?a¡±. Las reflexiones de Balm¨®n, sin embargo, iban calando lentamente y haciendo mella en la terquedad anti-casino de Navarro.
Hace una semana, el partido puso la alfombra roja a BCN World en estrecha colaboraci¨®n con el Gobierno bussines friendly de Artur Mas. El sue?o de Enrique Ba?uelos, el que fuera zar levantino de la burbuja inmobiliaria, cobraba visos de realidad gracias a los votos de los convergentes con la ayuda imprescindible de los socialistas. No ser¨¢n los 260.000 empleos de Eurovegas. Se quedar¨¢n, de entrada, en unos modestos 17.000 durante los a?os que duren las obras. Las ben¨¦volas estimaciones socialistas calculan un impacto de 20 millones de euros mensuales entre lo que cobren los trabajadores de los complejos y lo que paguen las empresas en cotizaciones sociales, asumiendo que inicialmente el complejo d¨¦ trabajo a 10.000 personas.
La sugerencia de Balm¨®n, ese empe?o en la lucha contra la pobreza, ha quedado recogido en el acuerdo PSC-CiU por BCN World: el 1% del total de inversiones ir¨¢ a parar a un fondo social que revertir¨¢ en los empleados que trabajen en el recinto y en las comarcas de Tarragona. L¨¢stima que esa exigencia socialista, el faro que ha alumbrado la negociaci¨®n con CiU, no pueda quedar siquiera recogido en la ley que dar¨¢ luz verde al emporio l¨²dico-hotelero. Los servicios jur¨ªdicos de la Generalitat as¨ª lo han recomendado y ese porcentaje deber¨¢ introducirse en un pliego de condiciones del concurso, pero hay dudas sobre c¨®mo se podr¨¢ incluir ese precepto en un documento que afecta a licencias. M¨¢s munici¨®n para los eternos descontentos, los descre¨ªdos que ponen en cuesti¨®n la buena voluntad del proyecto.
Las dos condiciones serias de Veremonte, impulsora del complejo, han sido cumplidas escrupulosamente. La fiscalidad de los casinos ha quedado reducida de un 55% a un 10% y se ha permitido mayor edificabilidad en la zona afectada para comercios y hoteles. Todo ello gracias a ¡°un gobierno completamente orientado al negocio¡±, tal como ha subrayado un agradecido Xavier Adser¨¤, consejero delegado de Veremonte. En muchos pa¨ªses europeos se ha fijado un 55% de carga fiscal como f¨®rmula disuasoria contra la instalaci¨®n de macrocasinos. Catalu?a, que en esto se ha paragonado con la Espa?a de Eurovegas, ahora gracias al pacto y, en consecuencia, a la nueva ley, se aproxima al modelo de fiscalidad de Singapur, un referente en derechos sociales.
El PSC, a cambio de una borrosa foto de centralidad con CiU, ha permitido al Gobierno de Artur Mas pujolear como en las mejores ¨¦pocas. Mientras mantiene la hoja de ruta con Esquerra Republicana, CiU ha conseguido atraer a los socialistas en lo que se ha dado en denominar un proyecto de pa¨ªs. Que CiU haya dado luz verde al macro-casino forma parte de su l¨®gica business-friendly. No sorprende que un Gobierno de centro-derecha se sume con gusto al bullicio de las tragaperras por mucho que haga grandes declaraciones de principios sobre la econom¨ªa productiva. Que lo haga el PSC despu¨¦s de haber dicho lo contrario supone la legitimaci¨®n de una pol¨ªtica que no deber¨ªa ser la suya y un ejercicio de contorsionismo pol¨ªtico. En tiempos de crisis y desafecci¨®n, cuando desaparecen los horizontes de transformaci¨®n y los proyectos, los partidos se convierten en marcas, que ven a los ciudadanos como consumidores y a la econom¨ªa como un casino.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.