Historia y drama en palacio
El Ministerio de Agricultura abre por primera vez al p¨²blico su sede, el emblem¨¢tico Palacio de Fomento, a trav¨¦s de visitas guiadas y teatralizadas
Una densa nube de humo llama la atenci¨®n de los visitantes. Todos dirigen su vista, de s¨²bito, hacia las escaleras. Aqu¨ª comienza el viaje, la l¨ªnea temporal se diluye y ambas ¨¦pocas, la pasada y la presente, se enredan en una misma historia. Una aparici¨®n surge entre la bruma. El arquitecto Ricardo Vel¨¢zquez Bosco recibe, dos siglos despu¨¦s de su muerte, a los curiosos que se acercan a observar su obra, el llamado Palacio de Fomento, actual sede del Ministerio de Agricultura, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente. El artificio es parte de las visitas que el gabinete estren¨® el pasado fin de semana para abrir las puertas de un edificio emblem¨¢tico, de notable belleza, cuya arquitectura y particular historia es parte del patrimonio ciudadano.
Los interesados pueden conocer la edificaci¨®n a trav¨¦s de visitas guidas, gratuitas o teatralizadas por ocho euros, con previa reserva. El edificio, catalogado como Bien de Inter¨¦s Cultural, data de finales del siglo XIX. Su imponente fachada, coronada por la Gloria, la Ciencia y el Arte, mira a un costado de la estaci¨®n de Atocha. El lugar recibe este nombre, que proviene del moz¨¢rabe, debido a los campos de esparto que por la ¨¦poca se extend¨ªan en lo que eran las afueras de Madrid.
El edificio est¨¢ catalogado como Bien de Inter¨¦s Cultural
La construcci¨®n del edificio en tal lugar pretend¨ªa descongestionar el centro de la capital, Sol, que contaba con unas 550.000 personas y 3.000 carruajes. Aunque inicialmente se ide¨® como Escuela de Artes y Oficios para despu¨¦s convertirse en Ministerio de Fomento, en 1900 la Reina Regente, Mar¨ªa Cristina de Habsburgo, suprime el ramo y crea distintos departamentos. Entre ellos surge por primera vez en la administraci¨®n espa?ola el rango de Agricultura.
No hace falta entrar en el palacio para admirarse. Es imponente. Una puerta de dos hojas franquea la entrada. Sus tiradores parecen hechos para un h¨¦rcules. Tras ellos, un recibidor y las b¨ªfidas escaleras de m¨¢rmol. Al llegar a este punto es cuando un segundo int¨¦rprete del pasado aparece en escena: Elisa, una aprendiz del arquitecto Vel¨¢zquez Bosco deseosa de dar el paso al siglo XX. El propio constructor explica a las visitas c¨®mo se trajeron los m¨¢s de 7.000 metros c¨²bicos de material desde Italia y Robledo de Chavela. Albergando la imperial escalera, una b¨®veda el¨ªptica que en otro tiempo dej¨® pasar la luz del d¨ªa.
Los personajes contin¨²an la visita entre bromas, ri?as y juegos temporales. Explican a los visitantes desde los inicios del proyecto de construcci¨®n, hasta motivos decorativos y los actuales usos de las salas. Aunque los ciudadanos tienen la posibilidad de acudir a contemplar el interior del edificio cuando lo deseen, en estas rutas se permite el acceso a zonas restringidas. Los viajeros en el tiempo se detienen a admirar con especial curiosidad el despacho del ministro. ¡°?De cu¨¢l?¡±, pregunta Elisa. ¡°?Del suyo o del de nuestro tiempo?¡±, insiste. El arquitecto Vel¨¢zquez Bosco se limita a encogerse de hombros.
Fue la reina Mar¨ªa Cristina quien lo convirti¨® en sede del Ministerio
El recorrido pasa adem¨¢s por la sala de recepciones, hoy conocida como sala de los micr¨®fonos. Luce desprovista de los estucos, frisos y molduras que la decoraron un d¨ªa, pero que sufrieron la moda funcional impuesta a mediados del siglo XX. De su gran esplendor quedan las columnas j¨®nicas rematadas en jade y un tapiz del siglo XVIII digno de ver: Ciro salvando a Creso de la hoguera.
Tambi¨¦n lo son las im¨¢genes del pasillo contiguo, la sala de los retratos. Juan ?lvarez de Mendiz¨¢bal, art¨ªfice de la desamortizaci¨®n de 1836; el Marqu¨¦s de Salamanca; el alcalde de Madrid, Luis Marichalar, o el actual Ministro, Miguel Arias Ca?ete. A trav¨¦s de esta galer¨ªa se reconstruye parte de la historia arquitect¨®nica, pol¨ªtica y social de Madrid, desde el final del ag¨®nico imperio colonial hasta la actualidad. De la pared cuelgan algunos de los responsables de la actual fisonom¨ªa de la capital, con sus aciertos y sus errores.
Llega la ¨²ltima sorpresa en el tour, el lucernario levantado con hierro forjado en los Altos Hornos de Vizcaya. Las an¨¦cdotas y curiosidades de su construcci¨®n asombran y sacan la sonrisa a los oyentes.
El patrimonio art¨ªstico del Palacio incluye, adem¨¢s de su misma arquitectura, esculturas, pinturas, tapices, relojes y cartones. Los asistentes a estas gu¨ªas de fin de semana, que duran cerca de una hora, podr¨¢n disfrutar y conocer los entresijos de un edificio hist¨®rico, de las personas que estuvieron vinculadas a ¨¦l y de la ¨¦poca que lo vio nacer.
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