Pelotazo
Rebajar impuestos, aumentar la edificabiliad: todo vale para que unos pocos pueden beneficiarse de Barcelona Word
Vuelvo a insistir en algo que he repetido muchas veces: la crisis genera grandes oportunidades para los ricos, los especuladores y los profesionales del pelotazo a costa del territorio, el paisaje y las personas. Un claro ejemplo de estas oportunidades beneficiosas para unos pocos es el complejo Barcelona World que se instalar¨¢ en los terrenos adyacentes al parque Port Aventura, entre Salou y Vila-seca. Se quiere alzar un complejo de hasta seis casinos, hoteles y otros servicios imitando las instalaciones de Las Vegas o Macao, con exenciones legislativas con relaci¨®n al juego, una rebaja especial de impuestos y una ligera modificaci¨®n urban¨ªstica. Prometen 5.000 empleos estables.
Este punto de partida pone en marcha toda una operaci¨®n que garantiza una serie de beneficios para unos cuantos. ?Qu¨¦ hace falta para que el negocio sea redondo? En primer lugar, unos empresarios mod¨¦licos que se desvivan para crear trabajo y mejorar la vida de los ciudadanos. Estos son los miembros de la empresa Veremonte: Enrique Ba?uelos, conocido especulador urban¨ªstico de la zona levantina investigado por la Audiencia Nacional y por la Comisi¨®n del Mercado de Valores por su participaci¨®n en el caso Noos, y Xavier Adser¨¤, miembro de una conocida familia tarraconense muy ligada al negocio de la sanidad privada, tan en boga en Catalu?a gracias al conseller Boi Ruiz.
En segundo lugar, una instituci¨®n muy apreciada en Catalu?a, que siempre est¨¢ dispuesta a dar una mano a gente con amplias vistas a su cuenta de resultados: La Caixa. La entidad bancaria es propietaria de unas 400 hect¨¢reas en Port Aventura (operaci¨®n que se formaliz¨® a finales de los ochenta y que signific¨® la expropiaci¨®n de 800 hect¨¢reas declaradas de inter¨¦s p¨²blico por otro amigo de los negocios, el president Jordi Pujol, a 400 campesinos por 1.000 millones de las antiguas pesetas, con la participaci¨®n de otro empresario modelo, Javier de la Rosa, y las ofrece a la empresa Veremonte. Se topan con un peque?o problema, y es que con los par¨¢metros urban¨ªsticos actuales no se puede aumentar la edificabilidad, por lo tanto se requiere de un cambio en la legislaci¨®n, ya que de lo contrario el beneficio ser¨ªa risible.
En tercer lugar, un gobierno facilitador de negocios, el Gobierno de CiU, autodenominado bussines friendly, dispuesto a hacer los cambios legislativos necesarios para que Veremonte y su socio bancario obtengan un negocio redondo. ?C¨®mo? Se modifica la Ley 2/1989 de Centros Recreativos y Tur¨ªsticos (CRT) para perpetrar el pelotazo. Esta permite en un posterior plan urban¨ªstico aprobado por el conseller (sin tr¨¢mite legislativo), aumentar y multiplicar por dos o por tres la edificabilidad de los terrenos que ahora son propiedad de La Caixa y que vender¨¢ a Veremonte para alzar el complejo bananero.
La empresa escogida para explotar el negocio del Barcelona World es Melco Crow, la cual est¨¢ vetada en Estados Unidos por tener relaciones con la mafia china
Como el juego tambi¨¦n est¨¢ en el negocio, meten, a petici¨®n de los generosos emprendedores, unos art¨ªculos modificando la Ley del Juego. Para empezar se reducen los impuestos sobre esta actividad: del 55% actual al 10%. Tambi¨¦n se podr¨¢ jugar a cr¨¦dito, actualmente prohibido, ya que fomenta la ludopat¨ªa y facilita el blanqueo de dinero por mafias especializadas. Aparte de estos peque?os cambios en la ley, cabe destacar que la empresa escogida para explotar el negocio del Barcelona World es Melco Crow, la cual est¨¢ vetada en Estados Unidos por tener relaciones con la mafia china.
En cuarto lugar, hace falta una crisis, que golpea con fuerza el Camp de Tarragona, un territorio con el 28% de paro y con un n¨²mero de contratos precarios que est¨¢ por encima de la media nacional. Empresarios, el sindicato UGT, alcaldes socialistas y convergentes, y miembros de los gobiernos territoriales exigen que nadie se oponga a la instalaci¨®n de este complejo, ya que crear¨¢ puestos de trabajo. No importa que se violenten las leyes, que se fomente el juego, que aumenten las mafias, que se genere un pelotazo urban¨ªstico, que se imponga un modelo tur¨ªstico caduco. Todo vale a favor de generar puestos de trabajo. Puro chantaje, y m¨¢s teniendo en cuenta que nadie asegura estos puestos de trabajo, nadie sabe a ciencia cierta si el complejo se construir¨¢ todo, o solo una parte. Lo que s¨ª se intuye es que servir¨¢ para beneficiar a los de siempre.
En quinto lugar hace falta unos partidos pol¨ªticos que participen en la trama. De CiU, nada me sorprende, ya saben ustedes que necesitar¨ªamos p¨¢ginas del peri¨®dico para relacionar los casos de corrupci¨®n en los que se ha visto envuelta. Del PSC, tampoco, ya estaban de acuerdo con el proyecto de Adelson en el Baix Llobregat, y ahora firma un acuerdo privado (?d¨®nde est¨¢ la trasparencia y el debate parlamentario?) que no modifica ni un ¨¢pice la ley y se presta a formalizar el pelotazo.
Ya tienen los ingredientes para hacer un buen negocio en tiempos de crisis. Un buen negocio para unos pocos, mientras la mayor¨ªa se cree las promesas de ocupaci¨®n (precaria) y unos cuantos, demasiado pocos, se movilizan para denunciar no solamente Barcelona World y sus consecuencias, sino para luchar contra un modelo econ¨®mico y social que agrede a la mayor¨ªa.
Joan Boada Masoliver es profesor de Historia.
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