Erotismo ferroviario
Esos dos trenes de Mas y Rajoy chocando juguetonamente han logrado hacer el convoy m¨¢s largo y el Estado social m¨¢s d¨¦bil
Entre el blindaje budista de Rajoy y el empuje rupturista del Gobierno de Mas yo no veo hoja de ruta alguna por ning¨²n lado. Veo m¨¢s bien la firme determinaci¨®n ¡ªinteresada, deliberada¡ª de seguir espachurr¨¢ndose los dos trenes, uno frente al otro, mientras alertan precisamente contra el choque de trenes. Pero est¨¢n ya morro contra morro, en una suerte de cortejo er¨®tico trufado de mordiscos y amagos de mordiscos, cobras y semicobras, roces atrevidos y alg¨²n rasgu?o tan morboso como excitante, que es de lo que se trata. Lo que es seguro es que si renunciamos al vicioso voyeurismo y dejamos de mirarles all¨ª, en las partes y en los morros, los dos Gobiernos enfrentados mantienen imperturbablemente sus pol¨ªticas neoliberales y la poblaci¨®n sigue disfrutando de los recortes con una redentora paciencia evang¨¦lica.
Aunque resulte desconcertante, esos dos trenes chocando feliz y juguetonamente han conseguido hacer el tren m¨¢s largo y al Estado social m¨¢s d¨¦bil. Parece que se hayan puesto de acuerdo las respectivas tripulaciones para insistir en aplastarse en cada nueva embestida, mientras la pol¨ªtica real de los Gobiernos en Madrid y Barcelona sigue haciendo lo suyo: minimizar el vendaval terror¨ªfico que sigue cayendo sobre una tupida capa social de desprotegidos, desesperados y desamparados ciudadanos que jam¨¢s imaginaron un retroceso vital vertiginoso, el fantasma del paro cr¨®nico, la angustia de la sequ¨ªa financiera radical. Contra las apariencias ¨²tiles, Wert y Rigau, Mato y Boi Ruiz se me antojan m¨¢s hermanos que adversarios (aunque anden a la gre?a por los s¨ªmbolos, que es la manera m¨¢s tramposa de hacer pol¨ªtica).
El resto del campo tiende al vac¨ªo, como si no fu¨¦semos los dem¨¢s capaces de apartar la vista del morboso espect¨¢culo de dos amantes en fase fiera y dej¨¢semos escapar la oportunidad de ir pensando en otra cosa m¨¢s saludable, menos enrocada y viciada, menos enfermiza tambi¨¦n. Es lo que est¨¢ intentando hacer la izquierda y quiz¨¢ ni siquiera un solo partido de la izquierda sino varios, y sus varias fracciones. Pero a falta de la pasi¨®n er¨®tica que se ha despertado entre amantes traidores y desleales, tan productiva en el terreno de los gestos y los despechos, quiz¨¢ ser¨ªa bals¨¢mico poner algo de m¨²sica, alg¨²n ritmo bailable y en¨¦rgico, con swing contagioso y hasta con algunos timbales. Pero a ser posible sin rastro de las tristezas s¨¢dicas de los boleros, de los tangos y las milongas.
Artur Mas ha aprovechado su excelente franc¨¦s para explicar en Le Figaro la viabilidad de unas elecciones plebiscitarias, cosa que como todo el mundo sabe, nadie sabe lo que es
Ahora Artur Mas ha aprovechado su excelente franc¨¦s para explicar en Le Figaro la viabilidad de unas elecciones plebiscitarias, cosa que como todo el mundo sabe nadie sabe lo que es. Requerir¨ªan un improbable acuerdo en un punto expl¨ªcito y claro de varias fuerzas pol¨ªticas, o de algunas, o de todas, o de casi todas, o de muchas. Un l¨ªo, por tanto, y un jerog¨ªfico interpretativo ante la presumible pluralidad de lecturas y la fragmentaci¨®n potencial del electorado.
En apariencia constituyen el mal menor, la opci¨®n resignada de Mas. A m¨ª me parece que son literalmente la salvaci¨®n: no solo la salvaci¨®n del proceso desde la ¨®ptica de un partido de poder con mucho poder que perder, CiU, sino desde la ¨®ptica del independentismo conservador, burgu¨¦s, emprendedor y empresarial, que es el que encarna su c¨²pula, desde el invisibilizado David Mad¨ª (ora pro nobis) hasta la actual directiva con Homs, Rull y Turull. Y es sobre todo la salvaci¨®n para mantener las cuotas de poder convergente que hoy peligran como no han peligrado en treintaytantos a?os de democracia.
El misterio es ERC porque el crecimiento de su expectativa de voto nace de la ausencia del l¨ªder y la ausencia del partido en cuanto no ata?e al proceso: ni una declaraci¨®n, ni un gesto p¨²blico, ni una protesta fuerte y rotunda que recuerde a los dem¨¢s que se trata de un partido de izquierdas. La CUP custodia con su independentismo anticapitalista y su empuje desacomplejado la honradez de las convicciones a cualquier precio y ya solo quedan dos m¨¢s en la izquierda: ICV, que tiene un sector todav¨ªa integrador, y el PSC.
El electorado potencial socialista escapa o se abstiene por presi¨®n ajena, s¨ª, pero sobre todo por desintegraci¨®n propia
Pero qui¨¦n pone la m¨²sica. El electorado potencial socialista escapa o se abstiene por presi¨®n ajena, s¨ª, pero sobre todo por desintegraci¨®n propia. Para junio anuncia Rubalcaba una ofensiva ideol¨®gica en torno a la reforma del Estado a trav¨¦s de la reforma constitucional. Tanto sus votantes como la izquierda que nunca lo votar¨ªa deber¨ªan estar ya agit¨¢ndose, bambole¨¢ndose, quiz¨¢ solo balance¨¢ndose, algunos a lo mejor aporreando la mesa con los dedos, tarareando el nuevo ritmo y hasta dando alg¨²n salto como los de Vicky el vikingo. No un cortafuegos, ni una trinchera, no una defensa contra una ofensiva.
La m¨²sica ideol¨®gica de la protecci¨®n del Estado social contra el expolio de los privilegiados est¨¢ en la calle pero abandonada por la izquierda, quiz¨¢ porque, mucho m¨¢s que los ciudadanos, son los propios partidos quienes han quedado hipnotizados por tanto mordisco apasionado, de morro a morro, mientras chocan los trenes.
Jordi Gr¨¤cia es escritor y ensayista.
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