La otra cara de la tragedia

Gregorio Rodr¨ªguez de la Torre, de 42 a?os, se mueve con dificultad. Necesita apoyarse en dos muletas y bajo la camiseta luce una llamativa cicatriz. Es la se?al externa del grav¨ªsimo accidente que sufri¨® el 21 de enero cuando limpiaba un canal¨®n en una imprenta de Alcal¨¢ de Henares. Carec¨ªa de las m¨ªnimas medidas de seguridad. Cay¨® desde una altura de unos diez metros: estuvo cuatro d¨ªas en coma y 15 internado en la unidad de cuidados intensivos. Aquel fue solo uno de los 19.882 accidentes laborales registrados en la regi¨®n durante el primer trimestre, en el que la siniestralidad repunt¨® un 3,7%. Para llamar la atenci¨®n sobre este problema, la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo celebra hoy el d¨ªa internacional de la Seguridad y Salud laboral.

El accidente de Rodr¨ªguez pudo costarle la vida. Seg¨²n recuerda, su jefa le mand¨® a limpiar los canalones, que se obstruyen con hojas cuando llueve. Se subi¨® a una enorme escalera y apoy¨® parcialmente un pie en el canal¨®n para poder limpiarlo mejor. Cay¨® al vac¨ªo. ¡°Me pude matar. Me destroc¨¦ 16 costillas del lateral izquierdo, y me da?¨¦ el bazo, el pulm¨®n y el ri?¨®n izquierdos. Tambi¨¦n me afect¨® la pierna derecha y la cabeza de la cadera, entre otras lesiones¡±, recuerda este vecino del distrito madrile?o de Carabanchel.

Antes hab¨ªa trabajado como conductor y como repartidor. La crisis le pill¨® de lleno y se qued¨® en el paro. Hizo varios cursos de pinche de cocina o carretillero para abrirse nuevas expectativas. Le contrataron como limpiador en la imprenta. ¡°No ten¨ªa ninguna formaci¨®n espec¨ªfica. Tan solo me dieron una bolsa y un cepillo para raspar los canalones¡±, recuerda.

El a?o pasado se registraron en la regi¨®n 74.680 accidentes, de los que 74.295 fueron leves, 311 graves y 74 mortales, lo que supuso un 3,41% de descenso respecto a 2012, seg¨²n un informe conjunto de UGT y CC OO en Madrid.

La falta de seguridad y de protecciones tambi¨¦n est¨¢ detr¨¢s del accidente sufrido por Julio Ram¨ªrez, un vecino de Alcorc¨®n de 30 a?os. Sucedi¨® el 10 de marzo de 2011, cuando estaba instalando un lucernario en el hospital de Fuenlabrada. Lleg¨® all¨ª con dos compa?eros y quiso montar el andamio que llevaba. No le dejaron. Su empresa que le contrat¨® hab¨ªa colocado ya uno m¨¢s estrecho, que carec¨ªa de l¨ªnea de vida (una protecci¨®n contra ca¨ªdas) y mallas de seguridad.

Cuando ya hab¨ªa terminado su trabajo y estaba a punto de descender, el andamio se volc¨® y Ram¨ªrez con ¨¦l. Cay¨® desde una altura de tres metros. Se fractur¨® los dos talones y parte del pie derecho. Desde entonces ha sufrido tres operaciones y ha estado cinco meses de baja. ¡°Al poco del volver, me echaron por bajo rendimiento. L¨®gicamente no tengo la movilidad de antes del accidente. Voy a rendir menos, pero es cuesti¨®n de tiempo que me adapte¡±, se?ala este trabajador, que est¨¢ casado y tiene dos hijas.

Cuando acudi¨® al reconocimiento m¨¦dico, le dijeron que no sufr¨ªa ninguna minusval¨ªa f¨ªsica. ¡°Tan solo se dedicaron a medirme las cicatrices para ver el grado de las lesiones¡±, critica. De su accidente han pasado ya tres a?os, pero todav¨ªa no ha salido siquiera el juicio para ver si hubo responsabilidad penal por parte de la empresa. ¡°Sab¨ªa que el caso iba a ser lento, pero no tanto. Me parece una p¨¦rdida de tiempo, sobre todo, por el esfuerzo que supone¡±, reconoce con cierta tristeza.

De hecho, la compa?¨ªa para la que trabajaba ya ha cerrado. ¡°No pasa nada porque en este sector nos conocemos todos¡±, concluye.

La secretaria de Salud Laboral de UGT en Madrid, Susana Huertas, recuerda que la mayor¨ªa de los accidentes se producen en peque?as y medianas empresas, en las que existe menor representatividad de los trabajadores y m¨¢s flexibilidad o relajaci¨®n en las medidas de seguridad laboral. En muchas de ellas incluso no hay siquiera comit¨¦ de salud laboral.

¡°Con la reforma laboral han cambiado muchos las condiciones laborales, hay mayor inestabilidad en el empleo y todo resulta v¨¢lido para ahorrar, incluso en prevenci¨®n laboral, un tema muy importante¡±, se?ala Huertas.

Los datos de UGT apuntan a que en 2014 se est¨¢ produciendo un incremento de la siniestralidad, en especial en el sector industrial. En opini¨®n de Huertas, esto resulta ¡°preocupante¡±. La secretaria de Salud Laboral destaca que el trabajo de la Fiscal¨ªa de Madrid ha supuesto un empuj¨®n a la mayor¨ªa de los casos. Algunos son incluso de 1999. ¡°Ahora hay m¨¢s sensibilizaci¨®n por parte del sector judicial, pero no hay sentencias tan duras como nos gustar¨ªa. Adem¨¢s, muchas veces los propios trabajadores no denuncian por miedo a represalias¡±, a?ade Huertas, que recuerda que la v¨ªa civil suele ser ¡°m¨¢s contundente¡±.

La directora regional de Trabajo, Mar¨ªa del Mar Alarc¨®n (PP), se?ala que Madrid tiene uno de los mejores ¨ªndices de incidencia de siniestralidad laboral (n¨²mero de accidentes dividido por n¨²mero de afiliados a la Seguridad Social, multiplicado por 100.000).

En 2013, el ¨ªndice se situ¨® en 2.435, tan solo mejorado por Galicia y un 2,64% por debajo de la media nacional. ¡°Nos gustar¨ªa que no hubiera ninguno, pero estamos muy bien situados. Eso s¨ª, no paramos de hacer campa?as, cursos, talleres y jornadas para formar en prevenci¨®n de riesgos laborales¡±, recuerda la directora.

En 2013 se registraron 74 accidentes mortales, de los que 16 fueron in itinere, es decir, de camino o de vuelta al trabajo. Entre ellos, por ejemplo, se encuentran los dos trabajadores de Renfe fallecidos en el accidente del tren de Santiago de Compostela. ¡°Al estar la empresa registrada en Madrid, se computan en nuestra regi¨®n¡±, indica Alarc¨®n.

Uno de los que ha sufrido otro accidente y est¨¢ peleando para que se le reconozca su discapacidad es Segundo El¨ªas Ribera, un ecuatoriano de 46 a?os que ha pasado 11 en Espa?a. Se pill¨® el pulgar y parte de la mano izquierda en una m¨¢quina panificadora a principios de junio de 2010. Estuvo a punto de perder el dedo, que salv¨® tras ser operado. Eso s¨ª, ha perdido casi toda la movilidad del mismo y tiene graves problemas para trabajar con ambas manos. ¡°Cuando estoy con productos que est¨¢n fr¨ªos ni lo noto, y cuando est¨¢n calientes me puedo quemar porque no me circula bien la sangre¡±, afirma Ribera.

Desde que sufri¨® el accidente, ha emprendido una batalla para conseguir una pensi¨®n por este accidente. La panificadora para la que trabajaba le despidi¨® al poco tiempo, pese a estar de baja. Ahora se ha trasladado a Jaca (Huesca), donde encontr¨® empleo en una pasteler¨ªa. ¡°No puedo estar al 100% por esta lesi¨®n que sufro, y encima me est¨¢n poniendo problemas para conseguir una indemnizaci¨®n¡±, critica Ribera, que est¨¢ casado y tiene dos hijos.