El PP espanta a sus votantes

Ana Botella produce rechazo entre los votantes del Partido Popular. El 77% desea un candidato diferente para las elecciones municipales de 2015. Pero el problema del PP no es solo Ana Botella. ¡°El resultado en el Ayuntamiento depende en gran medida de la pol¨ªtica nacional. En 2003, tras las protestas contra la guerra de Irak, estuvimos a punto de perder Madrid. Ahora, dependemos de que la econom¨ªa mejore¡±, resalta un concejal popular con mando en plaza. El PP tiene a sus votantes desactivados. Solo el 63% querr¨ªa que su partido ganase las elecciones, seg¨²n Metroscopia. Y solo la mitad afirma que nunca respaldar¨ªa al PSOE a IU, mientras que pr¨¢cticamente todos los votantes de izquierda aseguran que en ning¨²n caso apoyar¨ªan al PP.

Ni siquiera UPyD podr¨ªa servir a los conservadores para crecer. M¨¢s bien al contrario: los votantes de esa formaci¨®n podr¨ªan escaparse hacia el PSOE, pero dif¨ªcilmente hacia el PP. UPyD, adem¨¢s, se mantiene como opci¨®n posible para votantes de izquierda y de derecha. ¡°UPyD genera poqu¨ªsimo rechazo¡±, destaca su l¨ªder municipal, David Ortega, a partir de los datos del sondeo publicado el viernes por EL PA?S.

La encuesta avanza que probablemente, cuando se polarice el electorado por la proximidad de los comicios, el PP sume 22 ediles frente a los 28 de PSOE e IU. UPyD ser¨ªa as¨ª ¡°decisiva¡±, y ese es el objetivo de Ortega. En esa tesitura, no descarta ning¨²n pacto, pese a que en su formaci¨®n son pocos los que ven posible integrarse en un Gobierno en el que participe IU, y la pol¨ªtica llevada a cabo por Ortega durante los ¨²ltimos tres a?os le har¨ªa muy dif¨ªcil tambi¨¦n aliarse con el PP.

Lo m¨¢s probable pues ser¨ªa una abstenci¨®n que permitiera gobernar a la formaci¨®n (o coalici¨®n) m¨¢s votada, y negociar despu¨¦s acuerdos puntuales. Es lo que quiere el 40% de sus votantes. ¡°UPyD no puede ser identificada como una fuerza de izquierda o de derecha, tendr¨ªamos un recorrido muy corto¡±, afirma Ortega. Pese a ello, no renuncia a pactar ¡°con quien sea¡± en base a ¡°programa y programa¡±. Pero recuerda que ¡°entran en juego muchos factores de pol¨ªtica nacional, pues Madrid puede ser clave para llegar a pactos tras las elecciones generales que se celebran seis meses despu¨¦s¡±. En cualquier caso, los votantes del UPyD prefieren un acuerdo con PSOE e IU antes que con el PP.

Los socialistas mantienen el resultado de 2011 (15 ediles), pero tienen un enorme potencial de crecimiento y, por primera vez, a un l¨ªder, Jaime Lissavetzky, al que aprecian. Justo lo contrario del PP con Botella. Y justo lo contrario de lo que sucede en la Comunidad, donde el presidente regional, Ignacio Gonz¨¢lez, cuenta con un fuerte respaldo dentro del PP, mientras que el l¨ªder socialista, Tom¨¢s G¨®mez, saca una nota entre sus votantes tan mala como Botella entre los suyos.

El PSOE se beneficia adem¨¢s en la capital de la tremenda fortaleza de IU (con 13 o 14 ediles). Esos augurios hacen crecer las voces en esta formaci¨®n para que ?ngel P¨¦rez reconsidere su negativa a repetir como candidato, m¨¢xime cuando su valoraci¨®n no es mala entre los suyos.

Porque esta encuesta, m¨¢s que electoral, es una encuesta de primarias. En el PP solo importa ahora si Botella debe o no ser la candidata. En el PSOE, ha reforzado la posici¨®n de Lissavetzky, que nunca ha contado con el respaldo de G¨®mez. El l¨ªder regional podr¨ªa intentar evitar, sin embargo, una lucha fratricida que tuerza los buenos augurios electorales ahora que ¨¦l mismo acaricia el poder en la Comunidad.

En UPyD, la encuesta ha supuesto un espaldarazo para Ortega, el l¨ªder mejor valorado por los ciudadanos y por su electorado, que quiere repetir de candidato y tambi¨¦n tendr¨¢ primarias.

Sin embargo, su formaci¨®n probablemente sale perjudicada en el Ayuntamiento por el voto ¨²til contra Botella, que traspasa la frontera de PSOE e IU. Mientras en la Comunidad la izquierda suma el 40% de los votos, en la capital llega al 44%, cuando lo habitual tradicionalmente era lo contrario. Botella no gusta ni a los suyos. Pero el PP, tampoco.