El ¡®viacrucis¡¯ de Aretxabaleta
Irujo y Barriola, campeones en un partido que consagra al zaguero vizca¨ªno y donde Olaizola II fall¨® como nunca
Juan Mart¨ªnez de Irujo y Abel Barriola (22-13) son los nuevos campeones de mano por parejas, s¨ª, pero Bizkaia acaba de consagrar a su mejor zaguero de la pr¨®xima d¨¦cada: Andoni Aretxabaleta. Las dos caras de una final rota por donde menos se esperaba: los siete errores del indomable manomanista Aimar Olaizola en una de sus tardes m¨¢s aciagas que se le recuerdan.
El partido se ha jugado en la ins¨®lita modalidad de dos contra uno. Es decir, la pareja de Aspe contra el zaguero de Asegarce. Aretxabaleta (Markina, 1992) ha sufrido un viacrucis que solo imaginaba en algunas estaciones, las propias de los bombardeos de sus rivales para poner a prueba su condici¨®n de novel en un compromiso de envergadura. Pero las ha resuelto hasta el punto de dejar en evidencia los vac¨ªos casi siempre obligados de su compa?ero, perdido en la inmensa mayor¨ªa de la final, viendo impotente c¨®mo las pelotas le superaban buscando el h¨ªgado de su zaguero.
Aretxabaleta ha sido mucho m¨¢s que un recadista devolviendo las cargas de profundidad. Salvo un inicio m¨ªnimamente titubeante y nada comparable a los errores ya significativos de entrada de Olaizola II en la contraconcha, el poderoso zaguero vizca¨ªno se ha armado contra la invasi¨®n. Ha sido el mundo al rev¨¦s. En un partido que se preve¨ªa hiriente para un debutante como Aretxabaleta ha venido a fallar la veteran¨ªa del campe¨®n. Por ah¨ª se ha roto el marcador, con ventajas sensibles -3-7, 4-8, 9-14 y 9-17- siempre para los vencedores y muy pronto tambi¨¦n los pron¨®sticos en un front¨®n Bizkaia majestuoso y acogedor de una afici¨®n, con las caras sociales de siempre entre pol¨ªticos y futbolistas, entregada y que posiblemente haya dejado Markina vac¨ªa durante tres horas. Y luego, por si falta algo, aparec¨ªa Irujo, a quien le ha costado demasiado amargar la tarde a Olaizola II cuando le buscaba la pelota en los pies.
No era dif¨ªcil de imaginar la t¨¢ctica de Aspe con Jokin Etxaniz de botillero: las pelotas hasta atr¨¢s hasta que se rompa el cuero. Lo han cumplido a rajatabla y de manera especial Barriola, dominador de su sitio y con malicia en el golpeo, que se ha sacado la espina de un triunfo en el parejas cuando enfila la edad de la experiencia. El zaguero navarro, por si acaso, no ha querido entregar ning¨²n testigo sabiendo que ten¨ªa a su lado a un chaval que pide paso con dos manos poderosas y un cuerpo atl¨¦tico. Por eso, salvo dos p¨¦simos c¨¢lculos en el bote de la pelota y que podr¨ªa deberse al milim¨¦trico agarre que detecta algunas veces esta cancha, Barriola se ha encargado de hacerle la vida imposible a Olaizola II con env¨ªos a¨¦reos inalcanzables.
Un total de 143 pelotazos se llegaron a dar para decidir el 12-17 a favor de los derrotados
Como es l¨®gico, ha habido de todo en una final, pero sobre todo demasiados errores impropios. Ahora bien, quedar¨¢ para el recuerdo el tanto 12-17 de la pareja de Asegarce. Se han tenido que cruzar 143 pelotazos a buena para decidir la suerte que ha venido de la mano de una pifia de Irujo, precisamente, ante el colch¨®n. Ah¨ª quedaba, precisamente, la foto de Aretxabaleta, tumbado primero y de rodillas despu¨¦s, extenuado tras haber resistido numantinamente el hostigamiento de los dos enemigos navarros. El p¨²blico se ha puesto en pie mientras la afici¨®n vizca¨ªna aplaud¨ªa a su nuevo ¨ªdolo, el relevo del legendario Gorostiza como aut¨¦ntico zaguero de referencia. Era el premio para la angustia sufrida de un viacrucis que, sin embargo, ha solventado con premiosa dignidad. Con Olaizola II entonado el gui¨®n no hubiera sido el mismo. Que espere al manomanista.
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