Messiez, autor del mes
La sala Mirador dedica este mes un ciclo al joven creador argentino con la representaci¨®n de tres de sus obras recientes: ¡®Los Ojos¡¯, ¡®Muda¡¯ y ¡®Las Plantas¡¯
Que le organicen a un autor una retrospectiva de su trabajo, sobre todo cuando ese trabajo es ef¨ªmero como el teatral y se esfuma despu¨¦s de cada funci¨®n para solo permanecer en la memoria de quien estuvo all¨ª, es una cosa muy buena. Cuando se da la circunstancia de que ese autor solo acaba de cumplir los 40, es una cosa a¨²n mejor. ¡°Es un regalazo¡±, dice el dramaturgo, actor y director Pablo Messiez a quien la sala Mirador, a propuesta de su actual programador, Juan Diego Botto, le dedica un ciclo este mes con tres de sus obras. ¡°Decir retrospectiva me suena muy grande y me da como verg¨¹enza¡±, bromea el autor, ¡°pero envidio a los artistas pl¨¢sticos: siempre se pone a cada una de sus obras en relaci¨®n con el conjunto, y eso pasa poco en teatro. Me gusta que durante este mes se pueda ver dialogar a las tres obras, que se diga: ¡®mirad lo que va haciendo este pibe¡±.
Una soleada ma?ana en la calle Dr. Fourquet, Lavapi¨¦s, enfrente de la sala Mirador Messiez se pregunta si posar en la foto con chaqueta. Decidimos que s¨ª. ¡°Lo que se me hace raro es decir chaqueta y no saco, como se dice en Argentina¡±. El dramaturgo lleg¨® a Espa?a en 2005, procedente de Buenos Aires, y lo hizo por amor. Pero, a los dos meses, la relaci¨®n que le hizo cruzar el charco con su vida a cuestas se rompi¨®. Vaya chasco. De ese momento dif¨ªcil surgi¨® Los Ojos, que se podr¨¢ ver desde hoy y durante dos semanas. ¡°Fue una mierda. Cuando esto sucedi¨® me pregunt¨¦: ¡®?qu¨¦ hago ac¨¢, cuando en Argentina estaba muy tranquilo trabajando como actor?¡±, recuerda. Pero no hab¨ªa opci¨®n para la vuelta atr¨¢s. ¡°Empezaron a circular temas como el desarraigo, c¨®mo gestionar el fin de un amor en tierras lejanas¡±, explica. La obra parte de la Marianela de Benito P¨¦rez Gald¨®s, de ah¨ª toma los personajes de Marianela y el ciego y los cruza con su propia experiencia. ¡°Para encontrarse con el otro muchas veces se olvida que primero hay que poder verle¡±, opina Messiez.
Una retrospectiva de un dramaturgo de solo 40 a?os es, dice, ¡°un regalazo¡±
De no poder ver a no poder hablar. La segunda obra, durante las dos ¨²ltimas semanas del mes, es Muda, t¨ªtulo que hace referencia tanto a una mujer carente de la capacidad del habla, como al cambio, la muda, la mudanza. ¡°Est¨¢ inspirada por El coraz¨®n es un cazador solitario, de Carson McCullers, escritora de la que me declaro fan¡±, dice Messiez, ¡°en especial en el personaje mudo al que todo el mundo habla, y todo el mundo siente que le contesta. Es el di¨¢logo con el silencio que tambi¨¦n se da en el psicoan¨¢lisis¡±, explica. Como buen argentino, Messiez cae en el t¨®pico inter¨¦s por esta terapia, en concreto en su vertiente lacaniana. Muda narra la peripecia de esa mujer muda que se muda a un piso nuevo, donde conoce al portero y a una vecina que no para de hablar, y los cambios que se producen en sus vidas.
Los domingos, en horario matinal, se representa Las Plantas, el mon¨®logo (o di¨¢logo con plantas, resaca y crisis de angustia) de Estefan¨ªa de los Santos, una de las actrices con las que Messiez suele trabajar frecuentemente, adem¨¢s de con Fernanda Orazi, Marianela Pensado u Oscar Velado. Se quedan fuera, por problemas de producci¨®n, su m¨¢s reciente obra, Las Palabras, o su primer trabajo como autor en Argentina, Antes, que remoz¨® en Espa?a rebautiz¨¢ndolo como Ahora. En estas fechas prepara, de nuevo como actor, Acreedores, dirigido por Claudia Faci, que se estrenar¨¢ en octubre. Adem¨¢s, est¨¢ dirigiendo la compa?¨ªa madrile?a Grumeolot el espect¨¢culo Los brillantes empe?os, que se estrenar¨¢ en el Festival de Almagro.
Buenos Aires es conocida por su burbujeante escena teatral alternativa, algo de lo que presume Madrid ¨²ltimamente, con la alta proliferaci¨®n de salas y compa?¨ªas. ¡°No quisiera colaborar con ese fen¨®meno, la comparaci¨®n es un l¨ªo¡±, dice, ¡°es cierto que se est¨¢n haciendo m¨¢s cosas porque la gente tiene la valent¨ªa de hacerlas, y eso lo aplaudo, pero no existe ninguna revoluci¨®n est¨¦tica y las condiciones de trabajo est¨¢n en franco retroceso¡±. Opina que el asunto es m¨¢s cuantitativo que cualitativo: ¡°En la promoci¨®n de festivales como Surge Madrid se hace mucho hincapi¨¦ en el enorme n¨²mero de salas, de estrenos, de compa?¨ªas¡ Todo esto nos ciega, nos dificulta ver qu¨¦ hay ah¨ª, en vez de cu¨¢nto hay, que es menos importante¡±.
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