Asimetr¨ªa fiscal
Las rentas bajas deben recibir mucho m¨¢s de lo que han pagado, y las rentas altas mucho menos
Vivimos un progresivo distanciamiento entre los ciudadanos y los responsables pol¨ªticos. Se ha insistido, como causa, en los casos de corrupci¨®n, de anteponer los intereses del partido a los de la sociedad, de falta de representatividad...Quiero a?adir algo que afecta sobre todo a los que ocupan cargos de Gobierno: la sensaci¨®n de falta de voluntad o de capacidad para resolver los problemas, y de desproporci¨®n entre lo que se pide a los ciudadanos en forma de impuestos y los retornos que se reciben a trav¨¦s de los servicios p¨²blicos. No intento descargar culpas de nadie; ya se encargan ellos de hacerlo, a veces con raz¨®n y otras sin. La reflexi¨®n que sigue se refiere m¨¢s al sistema que a las personas. Podr¨ªamos llamarle detectar un fallo de dise?o.
Asimetr¨ªa fiscal. No soy un experto en temas fiscales. Mis opiniones est¨¢n basadas solamente en el sentido com¨²n, fruto de haber conocido, en diversos momentos, los cuatro niveles de nuestra Administraci¨®n p¨²blica: municipal, auton¨®mica, estatal y europea. Siempre he pensado si no ser¨ªan las cosas mucho m¨¢s claras y transparentes, si cada Administraci¨®n tuviera sus propios impuestos y gestionara responsablemente sus propios servicios, es decir si fuera al tiempo responsable de la calidad de los servicios, del coste de los mismos, y de conseguir los ingresos mediante los impuestos o las tasas que ella estableciera. Seguramente ¨¦ste es un modelo te¨®rico que puede tener bastantes inconvenientes, pero el actual parece a veces hecho para empa?ar esta transparencia.
Los Ayuntamientos tienen poqu¨ªsimos impuestos municipales, y financian sus servicios a trav¨¦s de transferencias de fondos que reciben de las Diputaciones, de los Gobiernos auton¨®micos y del Gobierno del Estado. Las comunidades aut¨®nomas tienen transferidos algunos impuestos de menor cuant¨ªa (sobre los que tienen capacidad normativa y de gesti¨®n), pero su presupuesto se basa sobre todo en la participaci¨®n en los impuestos del Estado (con alguna m¨ªnima capacidad de establecer recargos) y en las transferencias que de ¨¦ste recibe. El Estado es el titular de la gran mayor¨ªa de los impuestos, pero ha transferido muchas competencias. Y, caso extremo, la Uni¨®n Europea no tiene impuestos; vive de una peque?¨ªsima parte del IVA que recibe de los Estados.
Es muy dif¨ªcil gestionar bien un servicio siendo responsable de controlar la calidad y el coste, pero sin capacidad de modificar los ingresos
Estas situaciones generan ineficiencia, y ayudan a enmascarar responsabilidades a todos los niveles. Generan ineficiencia porque es muy dif¨ªcil gestionar bien un servicio siendo responsable de controlar la calidad y el coste, pero sin capacidad de modificar los ingresos. Generan ineficiencia porque los usuarios no son capaces de apreciar y juzgar el coste de un servicio al no estar ligado a un impuesto que se pague a quien lo gestiona. Y enmascaran las responsabilidades ya que al ser distintas la Administraci¨®n titular del impuesto y la Administraci¨®n gestora del servicio, no puede haber una adecuada rendici¨®n de cuentas que evite poder desviar la culpas a otros.
Pongo unos ejemplos: ?Somos conscientes de que muchos servicios prestados por los Ayuntamientos, lo son a partir de una delegaci¨®n y una transferencia econ¨®mica de otras administraciones? ?Somos conscientes de que al pagar el IRPF ¡ª un impuesto estatal ¡ª estamos ingresando directamente la mitad del mismo a la comunidad aut¨®noma? ?Somos conscientes de que la UE se financia con una cantidad que no llega al 1% del PIB de sus miembros, y por tanto su capacidad de establecer pol¨ªticas de solidaridad y reequilibrio ¡ª como hacen las federaciones ¡ª ha sido voluntariamente limitada por los Estados?
Y recuerdo algunos datos ya conocidos: En la liquidaci¨®n de los presupuestos de hace tres a?os, los gobiernos auton¨®micos espa?oles gestionaron el 35% del gasto p¨²blico no financiero, mientras que solo recaudaron el 19% de los ingresos no financieros; por su parte el Estado gestion¨® el 52% del gasto y recaud¨® el 70% de los ingresos. Y otro, referido al pretendido endeudamiento de los Ayuntamientos: La deuda p¨²blica total de las administraciones espa?olas se acerc¨® en 2012 al 95% del PIB; de ella, el 72% correspondi¨® al estado, el 18% a las comunidades auton¨®micas, y s¨®lo el 4% a las municipales (por cierto, una octava parte al Ayuntamiento de Madrid).
Dos comentarios. S¨¦ que un dise?o aparentemente m¨¢s racional, como el federal, puede ser dif¨ªcil de implementar en un modelo pol¨ªtico en el que hay muchas competencias compartidas entre distintas administraciones. Pero es urgente revisar el actual, y sobre todo darle transparencia, ya que las pugnas entre administraciones acaban desprestigiando a todas ellas y contribuyen mucho a la desafecci¨®n pol¨ªtica.
?Somos conscientes de que muchos servicios prestados por los Ayuntamientos, lo son a partir de una delegaci¨®n y una transferencia econ¨®mica de otras administraciones?
Nadie piense que defiendo que el ciudadano debe exigir recibir servicios por el valor de los impuestos que ha pagado. Al contrario; las rentas bajas deben recibir mucho m¨¢s de lo que han pagado, y las rentas altas mucho menos, ya que si no es as¨ª dejan de tener sentido los servicios p¨²blicos¡ Pero unos y otros deben poder apreciar si esto ocurre y saber quien tiene la responsabilidad de que no ocurra.
Joan Maj¨®, ingeniero y ex ministro.
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