El laboratorio art¨ªstico de Jorge Rando
El artista ultima su museo en M¨¢laga, un centro abierto para la formaci¨®n de nuevos creadores
Un mandarino con 140 a?os se alza majestuoso en el claustro del antiguo convento de las Mercedarias de la calle Cruz del Molinillo de M¨¢laga, un edificio de inter¨¦s hist¨®rico que data de 1893. Pese al bullicio de primeras horas de la ma?ana en este popular barrio malague?o, el silencio monacal invade al visitante nada m¨¢s atravesar las puertas del claustro, donde una gran escultura rosada que simboliza la maternidad demuestra que los tiempos de la clausura entre estos muros quedaron atr¨¢s.
Hace tres a?os, el artista malague?o Jorge Rando (1941) se embarc¨® en ¡°la locura¡± de convertir este antiguo convento en un museo, en su museo, que se centrar¨¢ en el estudio, conocimiento y difusi¨®n de la po¨¦tica expresionista desde finales del siglo XIX hasta ahora.
Un museo que no solo acoger¨¢ gran parte de la producci¨®n art¨ªstica de Rando, con proyecci¨®n internacional y uno de los grandes exponentes del neoexpresionismo en Espa?a, sino que, como apunta el propio artista ¡°pretende ser la sala de estar del arte de la ciudad¡±.
El antiguo convento de las Mercedarias se ha convertido en un centro de arte expresionista
¡°El museo quiere cubrir la laguna que tenemos en Espa?a sobre el movimiento expresionista. Aqu¨ª se pasa del posimpresionismo a Picasso sin pararnos en la importancia del expresionismo, que surge a finales del siglo XIX. El coraz¨®n del proyecto es la ense?anza. Queremos que el museo sea un centro abierto a aquellos creadores j¨®venes que ya sea por motivos econ¨®micos o de otro tipo no tengan d¨®nde trabajar o formarse¡±, explica Rando, quien ha ideado un completo programa cultural y did¨¢ctico que incluye proyecciones de cine, talleres, conferencias, conciertos o performances, entre otras actividades. Tanto la entrada a las exposiciones como estas iniciativas ser¨¢n gratuitas.
El Museo Jorge Rando, el tercero de la capital dedicado a un artista local tras el Museo Picasso y el de Revello de Toro, es una realidad gracias a la fundaci¨®n del artista y al Ayuntamiento de M¨¢laga. Entre ambos desembolsaron los 1,5 millones de euros que ha costado adecuar el convento a las necesidades de este centro cultural, que cuenta con cuatro salas expositivas. En dos de ellas, Rando ir¨¢ exhibiendo y renovando sus obras, mientras que las dos restantes se dedicar¨¢n a exposiciones temporales.
¡°Quisimos combinar la sencillez y simpleza del convento con la dureza del arte expresionista¡±, cuenta Rando sobre el resultado tras tres a?os a pie de obra. As¨ª, acero, hierro y hormig¨®n comparten protagonismo con las maderas recuperadas del artesonado del claustro y con el color blanco que impera en sus paredes. ¡°Ya tenemos bastante color y dureza en las obras expresionistas¡±, a?ade Rando, que ha querido dotar a las instalaciones de grandes ventanales, claraboyas y techos trasl¨²cidos para que la luz natural, un elemento primordial en su obra, acompa?e todo el recorrido muse¨ªstico.
Tanto es as¨ª que, a falta de dos semanas para su inauguraci¨®n p¨²blica, el pr¨®ximo 3 de junio, Rando ha decidido cambiar los potentes focos de las cuatro salas de exposiciones por otras luces m¨¢s naturales. ¡°La luz la tiene el cuadro y estos focos distorsionan el color y el sentido de la obra. La gente tiene que ver los cuadros como los ve en las paredes de su casa¡±, justifica el artista en medio de la penumbra mientras recorre una de las salas donde se expone unas obras dedicadas a la prostituci¨®n y que, como las expuestas en otra sala dedicadas a la pasi¨®n de Cristo, a ?frica o a la maternidad, atrapan por su cromatismo salvaje.
Mientras espera a que la compa?¨ªa el¨¦ctrica solvente los problemas que a¨²n colean, Rando se muestra confiado en que este nuevo centro cultural ¡ªcuyo mantenimiento y funcionamiento correr¨¢ a cargo de su fundaci¨®n y de los ingresos por patrocinios privados¡ª, se convertir¨¢ en un punto de encuentro de los malague?os a trav¨¦s del arte.
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