Esquerra promete seguir apoyando a Mas

Ha tenido que pasar toda una vida para que Esquerra Republicana ganara unas elecciones. El 16 de febrero de 1936, los republicanos vencieron en Catalu?a. Pas¨® la Guerra Civil, la larga dictadura, lleg¨® la democracia y Gobiernos de todos los colores en la Moncloa y la Generalitat, y ERC ten¨ªa que conformarse, como mucho, en ser decisiva como bisagra para gobernar. Hasta ayer, en unas elecciones europeas en las que los republicanos obtuvieron una victoria hist¨®rica que sus dirigentes esperan que culmine con la celebraci¨®n de la consulta soberanista. La euforia se desbord¨® en el hotel donde ERC sigui¨® la noche electoral. Cuando se confirm¨® la victoria y la consecuci¨®n de dos esca?os, un grito similar al de un gol hist¨®rico inund¨® la sala donde aguardaban los militantes, una euforia apagada durante d¨¦cadas que acab¨® en masivos gritos de a favor de la independencia.

La euforia se contagi¨® a Oriol Junqueras, el l¨ªder republicano que cogi¨® un partido en las cenizas en 2011 y lo ha aupado hasta su primera victoria. El presidente del partido se encarg¨® de tranquilizar a CiU prometiendo que, pese a ganar, seguir¨¢n apoyando al Gobierno de Artur Mas: ¡°Ponemos este resultado al servicio de la estabilidad institucional de nuestro pa¨ªs, porque es imprescindible para que el refer¨¦ndum del 9 de noviembre salga bien¡±. Los republicanos esperan que su victoria sea solo un primer paso hasta la consulta: ¡°Hoy es vigilia del 9 de noviembre. Hemos dado un paso m¨¢s hacia la independencia de nuestro pa¨ªs¡±, proclam¨® Junqueras.

ERC cumpli¨® con los tres objetivos que se hab¨ªa fijado en estos comicios. La victoria fue sin paliativos: super¨® a CiU por dos puntos y logr¨® 100.000 votos m¨¢s en Catalu?a que en su hist¨®rico resultado de 2012, con una participaci¨®n veinte puntos menor. Los 591.000 votos logrados en la comunidad (626.000 en total ayer en el conjunto de Espa?a) suponen el segundo mejor resultado de la historia de ERC, solo por detr¨¢s de los 638.000 de las generales de 2004, cuando el partido estaba en la cresta de la ola.

Las otras dos metas se cumplieron, aunque con menos holgura. La participaci¨®n subi¨® con creces, pero no alcanz¨® el 50%, algo que mitig¨® la alegr¨ªa del reci¨¦n escogido eurodiputado Josep Maria Terricabras: ¡°Contento, ma non troppo¡±. El segundo objetivo de Esquerra era que las formaciones partidarias de la consulta lograran un buen resultado, y entre CIU, ERC e ICV sumaron un punto m¨¢s que en 2012. ERC lo tiene claro: el proceso soberanista ha salido reforzado.

La victoria de ERC se ha gestado en varios frentes. La estrategia de Junqueras, socio del Gobierno sin dejar la oposici¨®n, le ha permitido presentarse como el garante de la consulta sin sufrir el desgaste que comportan los recortes sociales, lo que le ha dado ventaja respecto a CiU, a la que ha atacado por las dudas del democristiano Josep Antoni Duran Lleida.

Pero el principal trasvase de votos ha venido del hundimiento del PSC, que permite a ERC alcanzar un objetivo largamente deseado: consolidarse como primer partido de izquierdas en Catalu?a. ERC ha dedicado grandes esfuerzos a combatir el PSC: el fichaje de Ernest Maragall, que, reci¨¦n escogido eurodiputado, record¨® sus nuevas sigas al gritar ¡°viva ERC¡±. En la sala le escuchaba su hermano, el ex presidente de la Generalitat Pasqual Maragall, al que los republicanos, olvidadas las viejas rencillas tripartitas, alabaron a gritos de ¡°presidente, presidente¡±.

La ejecutiva de Esquerra har¨¢ hoy balance con una sonrisa en los labios. Ser¨¢ el momento de analizar las consecuencias que su victoria tiene para el liderazgo de Artur Mas y la continuidad del proceso soberanista. La posibilidad de entrar en el Gobierno catal¨¢n si CiU lo pide entrar¨¢ en la discusi¨®n. En el fondo, se habilitar¨¢ la estrategia para confirmar su victoria en las municipales del a?o que viene¡ªel an¨¢lisis de los resultados por territorio da grandes esperanzas a los republicanos¡ª. Y en la mente de todos habr¨¢ una obsesi¨®n: lograr que se celebre la consulta el 9 de noviembre. Esto ser¨¢ tras una larga de celebraci¨®n en la que los republicanos han descorchado el cava de la victoria tras 78 a?os en la nevera.