Os Diplom¨¢ticos vuelven a Monte Alto
La m¨ªtica banda del rock ¡®brav¨²¡¯ vuelve a los escenarios
Decenas de personas se apelotonan en el bajo del n¨²mero 8 de la Traves¨ªa da Torre, junto al Campo de Artiller¨ªa, en el barrio coru?¨¦s de Monte Alto, rondando ya ¨Csi somos puristas- con el de Atochas. Es la sala Mardi Gras, el templo de la m¨²sica en directo con m¨¢s solera de la ciudad. Aunque en realidad, no tanta. Hace 20 a?os, aqu¨ª estaban las Bodegas Villarreal y en ellas, hace dos d¨¦cadas justas, un grupo de chavales hac¨ªan entrega de su primer disco en rendido homenaje a uno de sus ¨ªdolos, el entrenador del entonces S¨²per D¨¦por, Arsenio Iglesias. El disco era el seminal Arroutada pangalaica de Os Diplom¨¢ticos de Monte Alto. La gente que abarrota el Mardi Gras, viene a escuchar a aquella banda que, en su ¨²ltima formaci¨®n, dej¨® los escenarios en 2005.
No es solo la vuelta de Diplom¨¢ticos al lugar del crimen. La excusa es la presentaci¨®n de Non temos medo (Nicetrip) una biograf¨ªa escrita por el periodista Rodri Su¨¢rez. ¡°La vida no te la cambia solo un amor, o una profesi¨®n. Te la puede marcar una canci¨®n o un concierto. Yo soy periodista gracias a Xurxo Souto [el l¨ªder de Diplom¨¢ticos] y la visi¨®n de la vida que tengo la encontr¨¦ aqu¨ª gracias a esta banda. Soy de A Coru?a, pero mi familia de Fisterra, pasaba nueve meses en la ciudad y tres en el pueblo, y esas ra¨ªces las ocultaba, estaban prohibidas¡±, dice Su¨¢rez, que fue jefe de la secci¨®n de Pol¨ªtica en Xornal de Galicia y de la de Deportes en La Opini¨®n de A Coru?a.
¡°Los Diplos tuvieron una enorme influencia no solo en la m¨²sica, lideraron todo un movimiento, sino en la literatura, en la pintura, en series de televisi¨®n como Mareas vivas. Pero su enorme impacto sociol¨®gico a veces oculta una realidad igual de potente: que ten¨ªan unas canciones excelentes¡±, dice el autor de Non temos medo (uno de los estribillos m¨¢s conocidos). El libro, seg¨²n lo subtitula su autor es ¡°una historia oral de Os Diplom¨¢ticos de Monte Alto¡±. La vida, la trayectoria, la historia y en general la descripci¨®n del planeta brav¨² est¨¢n hechas en base a narraciones orales de los propios m¨²sicos y de allegados, como los m¨²sicos o escritores Juli¨¢n Hern¨¢ndez, Manu Chao, Mercedes Pe¨®n, Ant¨®n Reixa, Manuel Rivas, Carlos Blanco, Fran Alonso o Carlos Ares.
Algunos ¨CPe¨®n, Blanco, Ares- est¨¢n presentes entre el p¨²blico al que Xurxo Souto, despu¨¦s de realizar un acto-pintada en el Campo de Artiller¨ªa, explica el origen montealtista del grupo: ¡°Guni Varela, de familia de Aranga, tocaba la guitarra en un grupo heavy, Atila, que ensayaba en el galp¨®n donde se criaban los cerdos ¨Cs¨ª, se criaban cerdos en Monte Alto- cuando quedaba libre despu¨¦s de la matanza. R¨®mulo Sanjurjo, que proced¨ªa de Viveiro, escuchaba rancheras en casa y ten¨ªa un grupo folk conmigo, nieto de un fundador de Los Sat¨¦lites que conoci¨® a los Beatles en Dinamarca. Y como tambi¨¦n existe el mundo exterior, se incorpor¨® al bajo Mang¨¹i Mart¨ªn, al que le privaban Los Chichos y viv¨ªa en Katanga [un grupo de viviendas sociales de O Ventorrillo]. Y al final, para la bater¨ªa, Marcos, que se cambi¨® el apellido, Aboal, por el de su aldea, Viasc¨®n¡±.
Una hora despu¨¦s, el local es un horno. Diplom¨¢ticos han descargado los temas de aquel disco que regalaron al entrenador deportivista en este mismo local. Ana Barxa ten¨ªa entonces dos a?os. ¡°Los empec¨¦ a escuchar cuando ten¨ªa 16 y alucin¨¦, porque hasta entonces ¨²nicamente conoc¨ªa lo que o¨ªa en las discotecas con mis amigos, los 40 principales y as¨ª¡±, dice esta estudiante de Allariz que ahora los ve por segunda vez (la primera fue en su pueblo, en una reaparici¨®n fugaz en 2010). ¡°Yo soy de la generaci¨®n Xabar¨ªn. Hace 20 ten¨ªa 11 a?os y al llegar del colegio mi madre me pon¨ªa delante de la tele con una rebanada de pan de bolla untada de nocilla. Los escuchaba y le¨ªa las letras en aquella especie de karaoke que pon¨ªan¡±, dice Mercedes Cernadas, que afirma que Diplom¨¢ticos le gustaban y le gustan, ¡°pero vengo m¨¢s por el libro¡±. Es periodista y Rodri Su¨¢rez fue su jefe.
Aunque haya venido principalmente por el libro, ella y los dem¨¢s han escuchado ¨Cy cantado- una primicia. Un himno del D¨¦por, O son das t¨²as ondas, con letra de Su¨¢rez, que ya circula en las redes sociales, y cuyo estribillo reza: ¡°Seguiremos xuntos cantando /borrachos de emoci¨®n/ onde esteas estaremos/ a¨ª v¨¦n o mar de Riazor./ Seguiremos xuntos cantando / borrachos de emoci¨®n / onde esteas estaremos / O Depor somos n¨®s¡±.
Sobre si seguir¨¢n juntos o no los int¨¦rpretes del himno hay versiones, o m¨¢s bien matices. ¡°Nada de plantearnos giras y movidas de esas de rompernos la cabeza. En realidad, nos reunimos para grabar el tema y el videoclip Deitado frente ao mar que presentamos en Cans¡±, se?ala el acordeonista R¨®mulo Sanjurjo. En el video, con la letra del poema de Celso Emilio Ferreiro, Os Diplom¨¢ticos hacen de A Coru?a y Vigo una sola ciudad por la que marchan en alegre turbamulta. ¡°El que movi¨® todo, como siempre, es Xurxo, ahora con la excusa de celebrar los 20 a?os del brav¨²¡±, justifica el guitarra, Guni Varela, encantado, como Sanjurjo, de volver a los or¨ªgenes y al sonido ¡°de antes del mestizaje ese¡±.
Igual de ilusionado est¨¢ el bajista, Mang¨¹i Mart¨ªn: ¡°No tenemos 20 a?os, es m¨¢s duro cargar con los instrumentos, pero s¨ª tenemos para un par de foguetes. Y si alguna vez hubo malos rollos, ahora estoy m¨¢s alegre y m¨¢s amigo de mis amigos¡±, sonr¨ªe. ¡°Como dec¨ªa Rosendo, pasamos de no ser nada a ser dinosaurios, ahora que sabemos que el gallego no vale para dar matem¨¢ticas, o f¨ªsica o qu¨ªmica, que no s¨¦ c¨®mo se arreglan en Brasil, no tenemos la tensi¨®n de la ruta, podemos permitirnos ser felices, celebrar las cosas¡±, dice Xurxo Souto.
Entre las cosas que quieren celebrar ser¨¢ una exposici¨®n en Pontevedra, en el mes de septiembre, y una serie de ¡°sesiones brav¨²¡±, ¡°peque?os actos basados en redes de amistades, como homenajes a Josefa de Bastavales [la ¡°abuela¡± gallega de Manu Chao] o a Pinto de Herb¨®n, o reagrupamientos como el de Os Verghalludos¡±, asegura Souto. Marcos Viasc¨®n, sin embargo, reconoce que ¡°ando detr¨¢s de ellos para grabar un disco¡±. ¡°Hagamos lo que hagamos, por dinero no ser¨¢, porque no hay¡± resume Sanjurjo, ¡°lo haremos, como dice Mang¨¹i en el libro, por amor¡±.
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