¡°La mitad de la costa andaluza est¨¢ destruida por decisiones pol¨ªticas¡±
El catedr¨¢tico Juan Manuel Barrag¨¢n propone un consejo costero o un foro para divulgar aspectos de inter¨¦s del litoral
?Por qu¨¦ la Direcci¨®n General de Costas ha decidido invertir miles de euros en aportar arena cada a?o a la playa de Fuentebrav¨ªa en El Puerto de Santa Mar¨ªa y no en recuperar el desecado r¨ªo Roche de Conil? En ning¨²n documento oficial habr¨¢ contestaci¨®n a esa pregunta. Tampoco ning¨²n t¨¦cnico asumir¨¢ la respuesta. Porque no depende de ¨¦l. ?sta y todas las dem¨¢s cuestiones que afectan a la gesti¨®n de la costa espa?ola y andaluza dependen de decisiones pol¨ªticas. Es la conclusi¨®n que el catedr¨¢tico de An¨¢lisis Geogr¨¢fico Regional de la Universidad de C¨¢diz, Juan Manuel Barrag¨¢n (C¨¢diz, 1958), ha extra¨ªdo tras un cuarto de siglo estudiando la gesti¨®n del litoral en el mundo.
¡°A diferencia de otros pa¨ªses, en Espa?a esas decisiones no se explican. Tampoco se coordinan o se buscan propuestas basadas en la cooperaci¨®n. Y el problema es grave. El 50% de las costas est¨¢ ya destruido¡±, sentencia el profesor citando datos del Ministerio de Medio Ambiente. Cree que hay medidas para conservar lo que tenemos e incluso recuperar parte de lo perdido. Y los Gobiernos tienen en su poder la decisi¨®n.
Barrag¨¢n tiene tras de s¨ª 25 a?os de trabajo en 20 pa¨ªses diferentes. En su libro Pol¨ªtica y Gesti¨®n del litoral. Una nueva visi¨®n de la gesti¨®n integrada de ¨¢reas litorales (Editoral Tebar. 2014), presentado la semana pasada, ha querido resumir propuestas de cambio que sirvan para estudiantes, profesores, investigadores y pol¨ªticos. Un manual de buenas pr¨¢cticas. Porque cree que, sobre todo, en Espa?a faltan. ¡°Cuando empec¨¦ a estudiar pens¨¦ que la gesti¨®n del litoral era algo cient¨ªfico y acad¨¦mico, que la din¨¢mica natural era lo que marcaba la pauta y que despu¨¦s se tomaban decisiones pol¨ªticas. Quiz¨¢ todo era m¨¢s sencillo y no hab¨ªa que esperar 25 a?os, pero ahora estoy convencido de que la l¨®gica es la contraria. Son las decisiones pol¨ªticas las que han marcado la evoluci¨®n de nuestros ecosistemas¡±.
La opci¨®n de reinundar Las Aletas
El catedr¨¢tico Juan Manuel Barrag¨¢n cree que la situaci¨®n de destrucci¨®n de la costa tiene soluci¨®n si se aplican desde ya nuevas pol¨ªticas que vayan m¨¢s all¨¢ de detener el proceso de degradaci¨®n del litoral. Y pone ejemplos concretos: en la bah¨ªa de C¨¢diz el Gobierno central y la Junta tienen proyectado en unas marismas desecadas de Puerto Real el que iba a ser el segundo parque log¨ªstico m¨¢s importante de Andaluc¨ªa, Las Aletas.
Diversas sentencias lo detuvieron por no justificarse convenientemente la ocupaci¨®n de suelos de dominio mar¨ªtimo terrestre. "En pro del desarrollo se puede plantear que en 300 o 400 hect¨¢reas se quiera crear un pol¨ªgono industrial para crear empleo. Pero, ?alguien se ha planteado que tambi¨¦n ser¨ªa posible recuperar esas marismas? Adem¨¢s de esas hect¨¢reas, hay otras 3.000 que podr¨ªan reinundarse y volver a dar recursos de forma gratuita", propone. Ahora mismo Las Aletas es un terreno yermo junto a la autov¨ªa que la rodea. "Se desec¨® porque hace 50 a?os alguien pens¨® que all¨ª se pod¨ªa plantar arroz", dice. Entonces qued¨® un desierto al que se quiere dar un uso industrial.
¡°Aqu¨ª se ha dicho que si viniera dinero europeo se pod¨ªa plantear, adem¨¢s del parque log¨ªstico, un proyecto de reinundaci¨®n. Es decir, que solo si viene dinero de fuera nos hacemos cargo de este problema¡±, cuestiona.
Barrag¨¢n pone m¨¢s ejemplos de malos planteamientos: el r¨ªo Roche, en Conil, se termin¨® desecando por la construcci¨®n de un puerto pesquero. Se supone que esta infraestructura iba a ayudar al sector y, al final, le ha terminado perjudicando porque se ha eliminado un lugar rico de peces. ¡°Si los pescadores lo hubiesen sabido no habr¨ªan querido ese puerto¡±, explica Barrag¨¢n. Ahora la Diputaci¨®n tiene un proyecto para mejorar ese estuario.
Son las pol¨ªticas p¨²blicas, en palabras de Barrag¨¢n, las que han cambiado las cosas y las que han venido a agravar la situaci¨®n del litoral. Pero, ¡°aunque ning¨²n pa¨ªs es perfecto¡±, el catedr¨¢tico est¨¢ convencido de que en algunos estados s¨ª se ha empezado a actuar de manera m¨¢s efectiva para detener esta destrucci¨®n. ¡°La gesti¨®n del litoral debe enfocarse a c¨®mo se toman las decisiones. Si es algo pol¨ªtico, ?c¨®mo se puede hacer para encontrar la mejor decisi¨®n?¡±. En su recorrido por el mundo descubri¨® los casos de Australia, Estados Unidos o Sud¨¢frica. All¨ª se han creado ¨®rganos de coordinaci¨®n y cooperaci¨®n. ¡°El Gobierno central o federal se suele sentar en una misma mesa, en una especie de consejo costero, a todas las partes implicadas. Ah¨ª est¨¢n las regiones, los empresarios, los ecologistas. Y en ese marco se buscan soluciones y propuestas¡±.
Barrag¨¢n destaca las pol¨ªticas de transparencia de otros pa¨ªses donde las inversiones en la costa se explican y se publican para conocer por qu¨¦ se act¨²a en unos proyectos y otros no. ¡°En Estados Unidos el Gobierno federal financia las iniciativas cuando los estados presentan proyectos consensuados. Y, si decide acometer alguna inversi¨®n, pregunta a los estados qu¨¦ les parece. Es una aut¨¦ntica cultura federal. Y eso no existe en Espa?a aunque tengamos un sistema pol¨ªtico similar¡±.
Barrag¨¢n es muy cr¨ªtico con la ley de Costas espa?ola y con su m¨¢s reciente reforma. ¡°No incluye ni un solo medio de coordinaci¨®n, cooperaci¨®n o transparencia¡±, lamenta. Tambi¨¦n cuestiona el papel de la comunidad andaluza porque recuerda que, junto a Catalu?a, ya puede gestionar el dominio p¨²blico mar¨ªtimo terrestre, la zona posterior a la costa. ¡°Andaluc¨ªa deber¨ªa asumir m¨¢s responsabilidades. Cuenta con m¨¢s de 20 agencias u organismos con competencias en el litoral pero no ha creado ni uno solo para coordinarlos¡±. El catedr¨¢tico propone un consejo costero andaluz o un foro que permita divulgar aspectos de inter¨¦s como la subida del nivel del mar.
Y la destrucci¨®n de la costa no es balad¨ª. Lo resume en su libro recordando que el mar aporta gratuitamente servicios b¨¢sicos de abastecimiento (alimentos, madera¡), regulaci¨®n (las dunas frenan la erosi¨®n, las praderas submarinas protegen de los efectos de las tormentas¡) y cultura (las playas como zonas de ocio). Todo eso era gratis pero, al degradarse, los Gobiernos han tenido que invertir para compensar lo perdido. Barrag¨¢n advierte de que la artificialidad de la costa no es rentable y puede agotarse el dinero. ¡°Si acabamos con las playas, podemos construir piscinas. Si acabamos con los estuarios, podemos cultivar peces en piscifactor¨ªas. Pero vamos a pagar por lo que la naturaleza daba gratis¡±.
El catedr¨¢tico recuerda que gran parte de la destrucci¨®n de la costa se hizo en pro del desarrollo y el empleo. ¡°Un ejemplo. El litoral andaluz y espa?ol se llen¨® de apartamentos y casas a pie de playa para atraer millones de turistas. Y la conclusi¨®n es que medio siglo despu¨¦s la mitad de la costa est¨¢ destruida y hay seis millones de parados¡±.
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