El ¨¢rbol electoral se mueve
La entrada de euroesc¨¦pticos y neofascistas en el Parlamento europeo servir¨¢ de revulsivo
D¨ªa a d¨ªa vemos que la pol¨ªtica est¨¢ viviendo unos a?os que, sin temor a equivocarnos, podemos calificar de azarosos. La preocupaci¨®n de la ciudadan¨ªa con todo lo relacionado con la pol¨ªtica es grande y creo que esa inquietud ciudadana ha convulsionado la docilidad pol¨ªtica a la que est¨¢bamos habituados. Todos los partidos pol¨ªticos se han visto sorprendidos por los resultados electorales; algunos por la p¨ªrrica alegr¨ªa a la hora de conocer el dato de que la abstenci¨®n no ha aumentado todo lo que se hubiera esperado despu¨¦s de que el gobierno europeo y los gobiernos de los Estados miembros hayan adoptado una serie de medidas dif¨ªciles de digerir para la ciudadan¨ªa. Otras formaciones se han visto sorprendidas por el evidente descalabro recibido. El disgusto de otros partidos est¨¢ m¨¢s relacionado con la representaci¨®n parlamentaria que algunos grupos en teor¨ªa minoritarios han obtenido en la C¨¢mara europea.?
Desde una perspectiva de an¨¢lisis europeo, mi opini¨®n ante lo acontecido es positiva. Hago m¨ªas parte de las reflexiones de Winston Churchill, que ven¨ªa a decir que en la derrota es importante la resistencia y en la victoria es imprescindible la magnanimidad. Es cierto que, por una parte, es preocupante el aumento de la representaci¨®n de partidos pol¨ªticos euroesc¨¦pticos o/y de car¨¢cter neofascista. Pero ese dato lo valoro con optimismo porque entiendo que servir¨¢ de revulsivo para todos aquellos que creemos en la UE. Creo que la gran mayor¨ªa de partidos pol¨ªticos que creen en el futuro de la Uni¨®n tiene una buena oportunidad para hacer una apuesta clara por la democratizaci¨®n de las instituciones europeas, por la socializaci¨®n de las diversas pol¨ªticas en el ¨¢mbito de la Uni¨®n y por desarrollar una idea de ciudadan¨ªa europea desde el respeto a cada una de las identidades existentes en las diversas naciones que se encuentran dentro de los Estados miembro. Las pol¨ªticas de dureza y restricci¨®n hasta ahora desarrolladas han desembocado en la situaci¨®n que ahora vivimos: hay que cambiar el rumbo. Pero esto exige fortaleza por parte de los gobernantes. Es decir, exige generosidad y valent¨ªa para poder compartir diversos ¨¢mbitos hasta ahora enmarcados dentro del concepto de soberan¨ªa interna del Estado.
El bipartidismo ha perdido espacio, mientras que los dem¨®cratas europeos (ALDE) han conseguido mantener su cuota"
Aunque haya gente que vea en los resultados del domingo un debate entre izquierdas y derechas, entiendo que el debate no est¨¢ ah¨ª. La te¨®rica izquierda francesa ha sufrido mucho en los ¨²ltimos embates electorales, y en el Estado espa?ol la derecha tambi¨¦n ha sufrido. Pr¨¢cticamente en toda Europa los partidos que estaban en el gobierno han sufrido un descalabro importante. En ese sentido, Euskadi es una honrosa excepci¨®n. El Gobierno del lehendakari I?igo Urkullu ha demostrado que en tiempos de austeridad es posible compaginar un gobierno social con un gobierno componedor de acuerdos y hacedor de futuro.
Tambi¨¦n lo es el Gobierno del primer ministro italiano Matteo Renzi. Es cierto que Renzi todav¨ªa no lleva el tiempo suficiente como para que se puedan evaluar sus resultados, pero se intuye que trae un mensaje nuevo, fresco, que a la gente le resulta sugerente cuando menos. La ciudadan¨ªa aprecia los mensajes alejados del acartonamiento. La gente se ha posicionado de una manera clara. Ha decidido, ha apostado. La ciudadan¨ªa hace suyo el mensaje de Max Weber: "Toda experiencia hist¨®rica confirma la verdad de que el hombre no hubiera obtenido lo posible si no hubiera pugnado una y otra vez por alcanzar lo imposible". Las nuevas maneras de hacer pol¨ªtica, las nuevas tecnolog¨ªas, los medios de comunicaci¨®n han ayudado a propiciar un debate cuyo resultado conocimos el domingo.
El bipartidismo ha perdido espacio, mientras que los dem¨®cratas europeos (ALDE) han conseguido mantener su cuota de espacio y ser la tercera fuerza en el espacio europeo. Los j¨®venes vienen pisando fuerte. La gran mayor¨ªa de los partidos pol¨ªticos necesita flexibilizar sus maneras de trabajar para poder llegar de una manera m¨¢s directa a la ciudadan¨ªa. La historia se repite. No hay democracia que funcione lejos de la ciudadan¨ªa. Es hora de que rompamos la brecha que d¨ªa a d¨ªa se va acrecentando. El ¨¢rbol de la pol¨ªtica se mueve. Lo importante es que nos movamos con ¨¦l para que no se rompa.
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