?Puede Podemos?
Las europeas son percibidas como unas elecciones nacionales de segunda o tercera divisi¨®n, en las que no hay conciencia de que entre en juego una apuesta pol¨ªtica relevante, es de esperar que determinen un escenario en el que parece que protestar con el voto es gratis
A riesgo de suscitar conflicto familiar no me resisto a se?alar, de entrada, que en el complejo fen¨®meno que es la irrupci¨®n de la lista ¡°Podemos¡± no es oro todo lo que reluce, o, si se prefiere, que el brillo de un muy buen resultado no debe inducirnos a confundir el oro con la pirita (ya le dec¨ªa a Bogart su compadre que esta ¨²ltima era el oro de los tontos). Llevan raz¨®n los miembros de los ¡°c¨ªrculos¡± cuando se?alan que su ¨¦xito se explica porque han dado expresi¨®n pol¨ªtica a la ira de no pocos ciudadanos ante una situaci¨®n inasumible y una respuesta pol¨ªtica ortodoxa de la que mejor no hablar. Ahora bien, si ese juicio es acertado, y yo creo que lo es, habr¨¢ que aceptar como corolario que el ¨¦xito electoral tiene un muy importante componente de voto de protesta. Como las europeas son percibidas hoy por hoy como unas elecciones nacionales de segunda o tercera divisi¨®n, en las que no hay conciencia de que en ellas entre en juego una apuesta pol¨ªtica relevante, es de esperar que determinen un escenario en el que parece que protestar con el voto es gratis, y Podemos se ha beneficiado de ello.
Empero yo no creo que el ¨¦xito de Podemos sea explicable sin m¨¢s en t¨¦rminos de protesta m¨¢s o menos gratuita, el fen¨®meno en cuesti¨®n no es explicable si no se tiene en cuenta que en su rec¨¢mara hay una larga y paciente tarea de agitaci¨®n pol¨ªtica silenciada, que ha venido a discurrir en esencia en las redes sociales, y que ha generado el medio en el que los tertulianos televisivos han encontrado apoyos y recepci¨®n. Lo que implica que hay en este movimiento algo que no puede liquidarse como mera flor de un d¨ªa. Es posible que Podemos tenga un componente importante de flash-party, pero me parece razonable se?alar que no es solo eso.
Una lectura tranquila del programa postulado por el movimiento para las europeas, un texto en el que las frecuentes reiteraciones acreditan una insuficiente redacci¨®n, me parece muy ilustrativa, tanto por lo que dice cuanto por aquello que no dice. As¨ª, por ejemplo, llama la atenci¨®n que un europe¨ªsmo cr¨ªtico no diga una sola palabra significativa sobre el necesario redise?o de las instituciones de gobierno de la UE, por no decir ni siquiera dice que habr¨ªa que dotar al Parlamento de una legislaci¨®n electoral com¨²n, sino ¨²nica, en lugar de las veintitantas normas electorales existentes. En rigor el programa viene a acusar uno de los d¨¦ficits m¨¢s pronunciados que la cultura de la izquierda ha heredado del marxismo: la carencia de una teor¨ªa pol¨ªtica consistente. Solo as¨ª se pueden entender algunas medidas que suenan bien, pero constituyen errores de libro. Por citar solo dos casos: si los cargos p¨²blicos deben ser retribuidos con el salario medio ?c¨®mo vamos a reclutar el personal cualificado necesario?, si pagamos a la gente preparada menos que el sector privado o la burocracia esa gente que necesitamos para gestionar el inter¨¦s p¨²blico ?d¨®nde se ir¨¢?; o la limitaci¨®n de mandatos: si nadie puede desempe?ar m¨¢s de dos veces (se entiende seguidas) un mandato ?c¨®mo vamos a impedir que en el segundo mandato el electo haga lo que le d¨¦ la gana dado que no va a responder de ello? ?con ese formidable instrumento de destrucci¨®n de minor¨ªas que es la deposici¨®n?
La pol¨ªtica econ¨®mica que el movimiento ha propuesto es claramente una pol¨ªtica socialista en el sentido fuerte de la expresi¨®n. Como en ella la planificaci¨®n centralizada no aparece por parte alguna, no sin buenos motivos, por cierto, parece querer orientarse en el sentido de un ¡°socialismo de mercado¡±, pero eso no acaba de quedar claro y la terminolog¨ªa empleada en demasiadas ocasiones suena a proteccionismo y nostalgia del estado nacional, cuando no del ¡°estado comercial cerrado¡±. Aqu¨ª hay mucha tela que cortar y muchas piezas que pulir, si se desea una propuesta coherente y cre¨ªble, claro est¨¢.
En rigor Podemos se parece sospechosamente a lo que ser¨ªa una Izquierda Unida que dejara de empe?arse en parecer una imitaci¨®n de las facciones jud¨ªas de las primeras secuencias de la conocida pel¨ªcula de los Monthy Python, cuya principal dedicaci¨®n es el cainismo, dejara de lado la sacralizaci¨®n de la organizaci¨®n heredada del leninismo y que postulara un programa pol¨ªtico socialista de verdad. Que el acuerdo entre EU y el movimiento fracasara por la cuesti¨®n de las primarias no puede ser m¨¢s ilustrativo. Por ser semejantes hasta comparten la contradicci¨®n cultural de postular una ordenaci¨®n solidaria y colectivista de la sociedad, al tiempo que aceptan propuestas de una ¡°cultura liberal¡± rigurosamente individualista. Mas claro: una confluencia o acuerdo no es descartable y, probablemente seria la mejor manera de rentabilizar el 3% que, m¨¢s o menos, no es imputable al voto de protesta propiamente dicho.
Por cierto, yo dejar¨ªa de usar el t¨®pico italiano de ¡°la casta¡±, no sea que el periodista que la invent¨® les reclame derechos de autor, cuanto menos hasta el momento que el ministro de Defensa adquiera media docena de Masserati Quatroporte para el servicio de los altos cargos del departamento.
?Podr¨¢ Podemos?
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