El hombre que no aguant¨® la presi¨®n

"Me siento con fuerzas para seguir liderando el PSC", proclam¨® Pere Navarro el 26 de mayo, apenas unas horas despu¨¦s de que los socialistas catalanes hubieran perdido 350.00 votos en las elecciones europeas y se quedasen con poco m¨¢s del 14% de los votos. Pero no era verdad, Navarro estaba entonces muy debilitado dentro del partido y personalmente.

"Los que le animaron a que se presentara para dirigir el partido lo han ido dejando solo", explican en su entorno. Y ya no solo son los dirigentes del sector cr¨ªtico los que cuestionan su liderazgo, sino los integrantes del llamado aparato. Navarro, por ejemplo, viene pidiendo desde hace semanas a Dani Fern¨¢ndez, exsecretario de organizaci¨®n, y a Montserrat Capdevila, que abandonen sus esca?os en el Parlament porque est¨¢n imputados en diversas causas judiciales, pero su reclamo ha ca¨ªdo en saco roto.

Jaume Collboni, el flamante ganador de las primarias de Barcelona que auspici¨® el aparato, tambi¨¦n ha alzado la voz contra Navarro y la direcci¨®n. Y los desplantes en el grupo parlamentario socialista son constantes. N¨²ria Parlon, por ejemplo, alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet se ausent¨® del pleno del Parlament en el que se vot¨® el proyecto de Barcelona World, porque no compart¨ªa que el PSC se alineara con CiU.

Solo Maurici Lucena, el portavoz parlamentario del PSC, ha mostrado su fidelidad inquebrantable a Navarro a cambio, eso s¨ª, de distanciarse de la inmensa mayor¨ªa de los diputados socialistas.

Pero m¨¢s all¨¢ de las razones pol¨ªticas y de la dif¨ªcil coyuntura que atraviesan los socialistas, existen razones de ¨ªndole personal. Navarro es un hombre muy vinculado a su n¨²cleo familiar, con una esposa y dos hijas que siempre han sido su apoyo para sobrellevar el desgaste de la pol¨ªtica. Y el primer secretario del PSC ha visto como de ser un alcalde respetado y querido por sus ciudadanos en Terrassa se ha convertido en un l¨ªder pol¨ªtico vapuleado d¨ªa tras d¨ªa por la postura de los socialistas con el derecho a decidir.

Esa cr¨ªtica continua ha hecho mella en su ¨¢nimo, de manera que afrontaba las sesiones de control del Parlament con pesimismo, sabedor de que Artur Mas lo derrotaba en cada envite. Y al final, ha podio m¨¢s la faceta personal y Navarro ha arrojado la toalla.