Fallece Francesc Vallverd¨², el socioling¨¹ista justo
Pionero de la disciplina, cuid¨® de la lengua de TV-3 y Catalunya R¨¤dio
Durante muchos a?os, el catal¨¢n que se ha usado y a¨²n hoy se usa en Catalu?a, moderno, vivo pero sin caer en lo excesivamente coloquial o claramente antinormativo, es en parte fruto de la labor y criterios de Francesc Vallverd¨² (Barcelona, 1935). Fue por su labor como asesor ling¨¹¨ªstico en Edicions 62, hegem¨®nica en el tardofranquismo, en la que entr¨® en 1963, y como jefe de los servicios ling¨¹¨ªsticos de la Corporaci¨®n Catalana de Radio y Televisi¨®n (1985-2006). Pocos lo saben porque, como era ¡°infinita y aut¨¦nticamente modesto¡±, como le defin¨ªa ayer su amigo el soci¨®logo Salvador Giner, nunca hizo lucimiento de ello. Con esa discreci¨®n llev¨® tambi¨¦n desde hace unos meses unos peque?os dolores en la espalda y una tosecita que finalmente fueron s¨ªntomas de un tumor mortal que se lo llev¨® el jueves, a sus 78 a?os, seg¨²n trascendi¨® ayer.
Igual la modestia, as¨ª como un alto grado de perfecci¨®n en el trabajo, creci¨® cuando de ni?o ten¨ªa que cruzar media Barcelona en bicicleta con las gabardinas mojadas a cuestas que su escrupuloso padre forraba y que, para que no quedara ni una arruga en ellas, le hac¨ªa llevar y tender a casa de su abuela.
Moderado en todo,
Con esa bonhom¨ªa pact¨® con su progenitor: el negocio textil no era para ¨¦l y har¨ªa Derecho, si bien hubiera preferido Letras. Formar¨ªa parte as¨ª de la llamada Generaci¨®n del Paraninfo (por la protesta estudiantil de 1957), que ¨¦l conformar¨ªa junto a los entonces jovenc¨ªsimos Giner, Jordi Sol¨¦ Tura, Luis Goytisolo y el futuro penalista August Gil Matamala, uno de sus mejores amigos y que le anim¨® a que esos versos en los que se entrenaba desde los 15 a?os los llevara a concursos. Tampoco hizo nunca gala de eso pero acabar¨ªa siendo un muy notable poeta, premiado ya con su primer libro, Com llances (1961). Estaban cargados de combate social y le llevaron al m¨¢ximo galard¨®n po¨¦tico en 1965, el Carles Riba, por Cada paraule, un vidre, que la censura fren¨® hasta 1968; despu¨¦s, lo l¨ªrico y metaf¨ªsico se fue imponiendo en una vertiente que cultiv¨® siempre (Leviat¨¢n, 1984; Encal?ar el vent, 1995...) y con la que acab¨® cosechando cuatro galardones, al que a?adi¨® otro como traductor de El Decamer¨®n. Moravia, Pavese, Sciasca o Calvino fueron otro italinos que verti¨® al catal¨¢n.
De aquellos a?os en la universidad es tambi¨¦n su moderado entusiasmo comunista que, acabada en 1957 la carrera, le llev¨® a entrar en el clandestino PSUC en 1959, donde sigui¨® mostrando ¡°una bondad y una buena fe escandalosas¡±, como cuando interced¨ªa infructuosamente ante la direcci¨®n del partido por cada expulsado.
Los primeros trabajos como abogado los compaginaba con la verdadera vocaci¨®n, las letras, realizando labores t¨¦cnicas en la editorial Alcides en 1960 y con el inicio en colaboraciones en publicaciones como Serra d¡¯Or y la clandestina Nous Horitzons, acabando siempre en altas labores de coordinaci¨®n y direcci¨®n. Le pasar¨ªa lo mismo cuando en 1963 dio el sorpasso profesional y salt¨® a Edicions 62: su despacho estuvo siempre al lado del de Josep Maria Castellet, con el que form¨® un t¨¢ndem t¨¦cnico muy notable.
Dej¨® su semilla del consenso en la Ley de Normalizaci¨®n, entre otras iniciativas
Con esa modestia, bondad, poco af¨¢n de notoriedad y moderaci¨®n en todo orden de la vida (fue siempre mon¨®gamo y de novia formal de bien joven, Carmen, que acabar¨ªa siendo la madre de sus hijos), entr¨® tambi¨¦n en el campo de la socioling¨¹¨ªstica. Fue a trav¨¦s de su primer ensayo, L¡¯escriptor catal¨¤ i el problema de la llengua (1968), donde la experiencia de ver los originales de autores en catal¨¢n le permiti¨® dar un trato renovador al tema del biling¨¹ismo o a la evoluci¨®n de la lengua literaria. As¨ª fue como pas¨® a ser de los pioneros de un ¨¢rea que entonces apenas hab¨ªan tocado en Catalu?a fil¨®logos como Antoni Maria Bad¨ªa i Margarit o Llu¨ªs Aracil y que ¨¦l fue enriqueciendo con estudios ¡ªDues lleng¨¹es, dues funcions? (1970), El fet ling¨¹¨ªstic com a fet social (1973) o L¡¯¨²s del catal¨¤: un futur controvertit (1990), entre otros¡ª o con la fundaci¨®n del Grupo Catal¨¢n de Socioling¨¹¨ªstica en 1973.
¡°Nunca mantuvo una posici¨®n extrema, quiz¨¢ porque ven¨ªa del mundo m¨¢s pr¨¢ctico de los mass-media y del sector editorial: tend¨ªa, por ejemplo, a lo innovador pero sin que fuera un catal¨¢n demasiado coloquial¡±, le clasificaba ayer Isidor Mar¨ª, presidente de la normativa Secci¨®n Filol¨®gica del Institut d¡¯Estudis Catalans, donde Vallverd¨² ingres¨® en 2002. Esa postura de estar siempre en el fiel de la balanza le gener¨® tambi¨¦n, seg¨²n Mar¨ª, ¡°algunos malentendidos¡±, como cuando no defend¨ªa el uso del catal¨¢n como lengua ¨²nica en Catalu?a ¡°porque el contexto social entend¨ªa ¨¦l que compromet¨ªa el necesario equilibro con los inmigrantes¡±, contextualiza Mar¨ª. ¡°En Catalu?a, el 50% de los hablantes tiene el castellano como lengua habitual: dudo mucho que la situaci¨®n cambiara si declar¨¢semos el catal¨¢n como lengua oficial ¨²nica; generar¨ªamos m¨¢s conflictos¡±, dijo al respecto en 1999.
Tambi¨¦n consideraba peligroso la estrategia ¡ªen principio con voluntad de remover conciencias¡ª de aquellos que vaticinaban el fin del catal¨¢n ¡°porque desmotivar¨ªa y daba la imagen de una lengua sin perspectivas¡±, aclara Mar¨ª. Vallverd¨² lo escribi¨® en 1990 en este diario, El alarmismo, un recurso contraproducente, que le vali¨® el Premi Nacional de Periodisme.
Creu de Sant Jordi en 1986, plant¨® esa semilla innata del consenso en episodios hist¨®ricos como el clandestino primer Congr¨¨s de la Cultura Catalana de 1964 o la Ley de Normalizaci¨®n Ling¨¹¨ªstica de 1983 y, a otro nivel, dirigiendo la Enciclop¨¨dia de la Llengua Catalana (2001). ¡°La humanidad tiene capacidad suficiente para hacer sostenible el multiling¨¹ismo¡±, cre¨ªa firmemente Vallverd¨². ¡°Nunca tuvo un papel vistoso pero fue de una eficiencia probada; fue el hombre del punto justo¡±, le recuerda Mar¨ª. Y de la palabra.
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