El puente que acerca las playas a Compostela

Parafraseando, aunque sin citarla, a la m¨ªtica orquesta de Noia Los Tamara, el presidente de la Xunta inaugur¨® esta ma?ana el costoso y pol¨¦mico puente que atraviesa una de las mayores despensas de berberecho y almeja con una solemne proclama: ¡°Hoy entregamos un puerto a Compostela y acercamos la r¨ªa a la capital de Galicia¡±. M¨¢s de una d¨¦cada de protestas, controversias y vaivenes, cuatro a?os de obras y casi 50 millones de euros costaron el contestado viaducto sobre la r¨ªa noiesa que permite acercar Santiago a las playas de esta localidad y de su vecina Porto do Son. Con esta nueva v¨ªa ya en servicio desde esta tarde, apenas se reduce en dos kil¨®metros y unos diez minutos el trayecto desde la capital gallega.

La contestada infraestructura arranca precisamente desde la autov¨ªa que une Santiago con Noia, en servicio en su totalidad desde hace ya m¨¢s de dos a?os, y acaba 4,9 kil¨®metros m¨¢s all¨¢, del otro lado de la r¨ªa, al t¨¦rmino del arenal de Testal, importante fuente de marisco y sede de la cofrad¨ªa, la mayor de Galicia. Se supone que desaparecen desde ya las largas filas de coches parados que se formaban a la entrada y salida del casco urbano de Noia cada vez que calienta el sol. Unos 5.000 coches, 8.000 en verano, dejar¨¢n de tener que sufrir atascos continuos -duran horas en verano- para cruzar la localidad costera. Pero es para muchos detractores de este viaducto, a¨²n muy cuestionado entre la poblaci¨®n noiesa, el ¨²nico beneficio real de un puente. Est¨¢ a¨²n por ver y demostrar que, como repiti¨® hoy Alberto N¨²?ez Feij¨®o, es una variante ¡°fundamental¡± y ser¨¢ ¡°un revulsivo econ¨®mico, tur¨ªstico y territorial para toda la comarca del Barbanza¡±.

Fue empe?o personal del presidente gallego retomar, nada m¨¢s ganar las elecciones de 2009 y tomar el mando de la Xunta, ese viejo y muy controvertido proyecto tal y como lo hab¨ªa dise?ado en 2004 siendo conselleiro de Obras P¨²blicas del Gobierno de Manuel Fraga. Feij¨®o no tuvo reparo para ello en tumbar la alternativa ya bastante avanzada del Ejecutivo bipartito PSOE-BNG, que hab¨ªa descartado la construcci¨®n de un puente por su elevado impacto sobre la r¨ªa, su riqueza marisquera y un espacio natural protegido de especial importancia como es el estuario del Tambre. El Gobierno de Emilio P¨¦rez Touri?o se decant¨® en 2008 por una variante por el interior pensada en articular las conexiones con todas las localidades del Barbanza.

Pero aquel trazado fue anulado y el equipo de Feij¨®o, con al frente el exconselleiro Agust¨ªn Hern¨¢ndez que el PP convertir¨¢ el martes en alcalde de Santiago, retom¨®, haciendo o¨ªdos sordos de todas las protestas en las calles e institucionales como la del Ayuntamiento de Noia, la construcci¨®n del viaducto sobre la r¨ªa. Ni siquiera consider¨® necesario realizar un nuevo estudio de impacto medioambiental por mucho que el redactado en 2004 por la Conseller¨ªa de Pesca del ¨²ltimo Gobierno Fraga, advirtiese que el puente tendr¨ªa ¡°un fuerte impacto sobre la calidad de las aguas, el sustrato y la fauna, con un prejuicio econ¨®mico permanente sobre el sector pesquero y marisquero¡±.

La Xunta acall¨® la oposici¨®n de la cofrad¨ªa de Noia con un millonaria indemnizaci¨®n para compensar posibles da?os. Hubo que sortear ¡°muchos obst¨¢culos para evitar¡± el impacto sobre los ricos bancos de marisco, record¨® hoy Feij¨®o. El viaducto representa 16 toneladas de asfalto sobre la r¨ªa, tres de acero y 20.670 metros c¨²bicos de hormig¨®n. Apareci¨® restos de un castro al pie de la playa de Testal durante la construcci¨®n, un patrimonio que fue desmontado y llevado para un museo de Santiago. ¡°Se construy¨® minimizando las afecciones que este trazado pueda causar sobre el principal recurso pesquero de esta comarca¡±, afirm¨® el presidente de la Xunta en el acto de apertura. ¡°No se puede precisar con la informaci¨®n disponible los efectos en los recursos marisqueros¡±, admit¨ªa en 2009 un informe de la Xunta cuando comenz¨® los tramites para esta construcci¨®n. El tiempo lo dir¨¢.