Sin prestaci¨®n por ir al colegio
Dos mutuas deniegan la jornada reducida a padres de ni?os enfermos tras interpretar una circular del Ministerio de Empleo
Llegar una hora tarde al trabajo cada d¨ªa le cuesta a Roc¨ªo Mart¨ªn 300 euros al mes. Pero la necesita para atender a su hijo Albert, de cinco a?os, con un 75% de discapacidad y el nivel tres de dependencia, el m¨¢s alto. Amortiza las ma?anas: lo despierta a las siete, lo viste, le da el desayuno, le conecta los implantes cocleares para que pueda o¨ªr, le pone las f¨¦rulas de los brazos y las piernas y, a menudo, le aplica nebulizaciones y le aspira las mucosidades. Los d¨ªas de escuela, con suerte, consigue llevarlo antes de las 10.00. Hasta el pasado lunes, contaba con dos horas y media m¨¢s que no le supon¨ªan ninguna reducci¨®n salarial. Era beneficiaria de la prestaci¨®n por cuidado de menores afectados por c¨¢ncer o enfermedad grave. La mutua Egarsat, de la empresa en la que trabaja Mart¨ªn, se la retir¨® el martes por dos motivos: el ni?o est¨¢ escolarizado y no ha sido hospitalizado desde junio de 2012.
¡°Me enviaron a finales de mayo un correo en el que dec¨ªan que deb¨ªa reincorporarme al trabajo el 8 de junio¡±, explica Mart¨ªn, que es enfermera y vive en Argentona (Maresme). La prestaci¨®n permite a los padres reducir su jornada laboral entre un 50% y un 100%. Ella ten¨ªa una del 53% ¡°para no abusar¡± desde junio de 2013. ¡°Dicen que Albert no necesita cuidado directo, continuo y permanente como pide la ley¡ ?Es insultante, no puede ni levantar su cabecita ¨¦l solo!¡±.
Las mutuas creen que si los ni?os van a la escuela precisan menos atenci¨®n
El peque?o padece tres enfermedades incluidas en el Real Decreto 1148/2011, que regula esta ayuda. Son incurables. Albert ya iba a la escuela cuando otorgaron la prestaci¨®n a su madre, por lo que nada ha cambiado desde entonces. Pero la mutua se ampara en una circular que envi¨® el Ministerio de Empleo y Seguridad Social en diciembre para endurecer los criterios y rechazar los casos que no incluyan una hospitalizaci¨®n. ¡°Es un requisito primordial y, al asistir al colegio, es obvio que no se cumple. Quiere decir que no necesita que uno de los padres est¨¦ de forma constante a su lado¡±, asegura Egarsat. el ministerio defiende que el documento responde a una consulta que hizo otra mutua sobre un caso puntual y que se ¡°limitaba a repetir¡± lo que dice el decreto.
El portavoz de Sanidad del PSOE, Jos¨¦ Mart¨ªnez Olmos, coincide con las mutuas en que la hospitalizaci¨®n es necesaria para recibir la ayuda: ¡°O una hospitalizaci¨®n domiciliaria. Pero esta no dura toda la vida. Te¨®ricamente, para esas situaciones, ya est¨¢ la Ley de Dependencia, aunque sea deficiente¡±. Mart¨ªnez fue secretario general de Sanidad en la legislatura anterior, que aprob¨® el decreto. ¡°En la hospitalizaci¨®n domiciliaria, el ni?o no es capaz de ir a la escuela, aunque s¨ª de recibir clases en casa¡±. Por eso, la norma exige que la prestaci¨®n se renueve cada dos meses.
Si bien esa fue la intenci¨®n inicial, el decreto fue redactado de forma que ha dado lugar a interpretaciones muy distintas por parte de la justicia, las mutuas y hasta el Gobierno. Egarsat cree que cometi¨® un error al conceder la prestaci¨®n a ni?os escolarizados, as¨ª que ha comenzado a revisar estos casos. Aunque ha asegurado que har¨¢ una consulta a Empleo sobre el caso de Roc¨ªo Mart¨ªn.
El ministerio, en cambio, asegura que envi¨® el viernes una circular a las mutuas en la que recuerda que la ley solo recoge como motivos de extinci¨®n la mejor¨ªa o la curaci¨®n del menor. El documento afirma que acudir a un centro no menoscaba la necesidad de la asistencia personal, continua y permanente y que ¡°podr¨ªa ser incluso una medida terap¨¦utica¡±, siempre que no implique una mejor¨ªa ¡°de entidad suficiente¡±.
Sentencias contradictorias
El decreto contempla dos supuestos para beneficiarse de esta prestaci¨®n: ¡°una hospitalizaci¨®n de larga duraci¨®n que requiera un cuidado directo, continuo y permanente¡± o ¡°el cuidado en domicilio tras el diagn¨®stico y hospitalizaci¨®n¡±. No menciona la escolarizaci¨®n.
Egarsat defiende que existe jurisprudencia sobre la escuela como motivo v¨¢lido para denegarla y se?ala dos sentencias del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) del Pa¨ªs Vasco de septiembre y diciembre de 2013 a favor de Asepeyo. La primera afecta a la madre de una menor de seis a?os con tetraparesia (ausencia parcial de movimiento voluntario en las cuatro extremidades). El tribunal consider¨® que la ni?a, ¡°aunque siempre requerir¨¢ la atenci¨®n que se le presta, mantiene una esfera de desconexi¨®n con su madre que implica esa posibilidad de atenci¨®n indirecta¡±, en referencia al colegio.
La segunda desestima la denuncia del padre de otra menor con par¨¢lisis cerebral y una discapacidad del 91%. Concluye que, en caso de no haber una hospitalizaci¨®n larga, se precisa que la enfermedad haya sido diagnosticada tras un ingreso y que ¡°requiera de una atenci¨®n equiparable a la que se precisara de estar hospitalizada¡±. En ambos casos, las peque?as iban a escuelas especiales y los progenitores ten¨ªan una reducci¨®n de jornada del 100%.
El TSJ de Arag¨®n, en cambio, fall¨® en octubre de 2013 a favor del padre de un adolescente de 13 a?os con par¨¢lisis cerebral, hidrocefalia y epilepsia. Consider¨® que la hospitalizaci¨®n se dio a los dos meses de edad, cuando el joven tuvo la meningitis que caus¨® sus males y que su asistencia a un centro especial ¡°no equivale a una escolarizaci¨®n normal, sino que constituye una ayuda espec¨ªfica o tiempo de descanso de los padres respecto a su cuidado continuo¡±.
La prestaci¨®n entr¨® en vigor en 2011 con el fin de compensar la p¨¦rdida de ingresos de quienes se hacen cargo de menores enfermos. A finales del a?o pasado, 1.506 personas se beneficiaban de ella. Seg¨²n un estudio de la Federaci¨®n Espa?ola de Enfermedades Raras (Feder) publicado en 2011, el 37% de los familiares que cuidan a los afectados por estos males ha tenido que reducir sus horas de trabajo. Un 42% ha perdido oportunidades laborales y un 38%, de formaci¨®n. Como el padre de Albert, que es maestro y ha renunciado a su curso de verano para atender al ni?o durante las vacaciones.
¡°Si no fuera enfermera, tendr¨ªa que llevarlo a urgencias varias veces por semana para sus nebulizaciones. Y en invierno, a veces cada ma?ana. Llegu¨¦ a un acuerdo con el hospital para solventar los problemas que surjan en casa y evitar ingresos. ?Puede coger infecciones!¡±, dice Roc¨ªo.
Albert tuvo durante la gestaci¨®n el virus que causa la mononucleosis. Le dej¨® secuelas irreparables que le obligan a ver a 11 especialistas de forma regular. Su madre, que tiene otros dos hijos de ocho y un a?o, intent¨® negociar con Egarsat, pero solo consigui¨® que aplazasen su reincorporaci¨®n hasta el inicio de las vacaciones escolares. As¨ª que public¨® una petici¨®n en Change.org, donde reuni¨® m¨¢s de 200.000 firmas en solo una semana.
Olga Civit se encontraba en la misma situaci¨®n hasta hace dos semanas. Asepeyo le inform¨® en mayo por tel¨¦fono que le retirar¨ªa la prestaci¨®n. Civit tiene una jornada reducida al 50% para atender a su hijo de 10 a?os, que sufre de una atrofia muscular espinal. ¡°A Joel lo operan cada seis meses para desplazar unos tornillos y as¨ª aliviar la presi¨®n sobre los pulmones¡±, explica. ¡°Yo lo recojo del colegio a mediod¨ªa para cambiarle de postura y curar sus heridas. A veces est¨¢ tan cansado que no vuelve por la tarde¡±.
Civit acudi¨® a la prensa de Barcelona en busca de ayuda y la mutua dio un paso atr¨¢s. ¡°Su interpretaci¨®n de la ley era que, al estar escolarizado, no necesitaba curas¡±, recuerda. ¡°Me parece una barbaridad que se use la escuela como excusa. Es vital para que Joel socialice. Le encanta ir¡±.
Asepeyo, que se enfrenta a al menos otras dos denuncias similares en Madrid, no quiso dar su versi¨®n. El responsable del ¨¢rea jur¨ªdica de Feder, Fernando Torquemada, lleva ambos casos: ¡°La norma est¨¢ mal planteada y Asepeyo aprovecha para quitarse de encima a quienes vayan al colegio. Estos ni?os no asisten con regularidad porque tienen consultas con muchos m¨¦dicos. La prestaci¨®n protege a los padres en el trabajo para que los puedan llevar. Si los echasen por faltar mucho, ser¨ªa un despido improcedente. Sin ella, depender¨ªan de la sensibilidad de su empleador¡±.
¡°La dependencia es un derecho de los ni?os y la reducci¨®n de jornada, de los padres¡±, defiende Roc¨ªo Mart¨ªn. ¡°No es solo cuesti¨®n de dinero, sino de tiempo¡±.
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