De Coltrane a Hiromi
Getxo Jazz ha rozado la perfecci¨®n, con un nivel jazz¨ªstico alt¨ªsimo
McCoy Tyner, Steve Davis, Elvin Jones y John Coltrane para un trabajo como My Favorite Things en 1961. Trane, quiz¨¢ demasiado pronto, nos dej¨® tirados sin esa parte del jazz enfermiza, personal y brillante que tanto lo caracterizaron en su carrera musical, como integrante de formaciones lideradas por terceros, y sobre todo, en formaciones con ¨¦l en primera persona. Han pasado casi cincuenta a?os de aquello y sin embargo su vigencia todav¨ªa es total.
El otro d¨ªa sobre el escenario de Getxo estaba Ravi, de apellido Coltrane, hijo de John y saxofonista. A veces no puedes ser honesto y te dejas llevar por el misticismo de la gen¨¦tica, por la sombra del mito, por c¨®mo incluso se parecen f¨ªsicamente¡ S¨¦ que no es justo, ni si quiera para el hijo de¡ pero es lo que hay. Seguro que para m¨¢s de uno el concierto de Jack DeJohnette fue un viaje en la m¨¢quina del tiempo para visitar a Trane. Detalles, frases y timbres de Ravi nos recordaron a su padre, sensaci¨®n potenciada si Jack DeJohnette, como era el caso, llevaba el pulso del concierto a la bater¨ªa.
La ¨²nica pieza que no encajaba con 1961 era la del bajo el¨¦ctrico. El, en este espect¨¢culo bajista el¨¦ctrico, Matt, tambi¨¦n hijo de Jimmy Garrison, era el ¨²nico nexo de uni¨®n entre el concierto y el presente del jazz contempor¨¢neo. Sin volverse loco Matt Garrison traz¨® un concierto seguro y sin estridencias preparando siempre el terreno tanto a Jack como a Ravi para que lucieran, para que desarrollaran libremente eso que ambos atesoran: talento innato.
Jack por su parte toc¨® como ¨¦l lo sabe hacer, luciendo pero ayudando a que los dem¨¢s tuvieran su escaparate, llevando las canciones estructuradamente y tambi¨¦n saliendo del pentagrama para destaparse. Es un placer poder escuchar, todav¨ªa en forma f¨ªsica plena, a alguien de su talla.
Bastante fr¨ªo con la actuaci¨®n de Natalia Dicenta abriendo el festival. En comparaci¨®n con el resto de conciertos en el escenario principal de Getxo Jazz, con diferencia, el ejercicio m¨¢s discreto y desencajado. Interpretaci¨®n esc¨¦nica y corporal perfecta, piano de Vicente Borland muy bueno y poco m¨¢s. Los programadores buscan satisfacer a todos los p¨²blicos y normalmente considero eso positivo, pero incluso mirando la venta de entradas, un dato un poco feo, el list¨®n queda desnivelado. Un concierto sin duda agradable pero que quiz¨¢ no tuviera la entidad suficiente para una apertura de festival en escenario principal.
Bastante fr¨ªo con la actuaci¨®n de Natalia Dicenta abriendo el festival
Y ya lo anunci¨¢bamos hace unos d¨ªas. Que viene desde Jap¨®n y que est¨¢ poniendo patas arriba el panorama jazz¨ªstico, aunque ni si quiera ella lo llame jazz. La pianista Hiromi Uehara tiene estrella. Hace poco le¨ªa que atesora mucha t¨¦cnica pero poca pasi¨®n y sentido, sin embargo creo que la t¨¦cnica que despliega est¨¢ a la altura, y le es necesaria (esa y no otra), de todos los sentidos y sentimientos que recorren alborotadamente la parte creativa de su cerebro.
Aunque sentado y transmitiendo cierta sensaci¨®n de debilidad Anthony Jackson (bajo el¨¦ctrico) recorre a la misma velocidad que Hiromi las partituras de los temas convirti¨¦ndose en el acompa?ante perfecto. Simon Phillips es el baterista de este tr¨ªo y juntos (The Hiromi Trio Project) llevan tocando por todo el mundo durante los ¨²ltimos a?os desplegando un nivel muy alto. Con Simon Phillips a la bater¨ªa puedes sentirte tranquilamente como en un concierto de Yes, Genesis o Pat Metheny, por eso, entre otras cosas, los conciertos de Hiromi saltan mucho desde el cl¨¢sico o el jazz hasta el rock y el pop. El aud¨ªmetro del p¨²blico no enga?a y Getxo Jazz aqu¨ª ha dado en el clavo.
Por lo dem¨¢s, me he quedado con las ganas de ver a El Cigala aunque he tenido la suerte de poder ver y escuchar parte del concierto en v¨ªdeo gracias al trabajo de la organizaci¨®n de Getxo Jazz. El Cigala tiene menos potencia que Camar¨®n de la Isla pero por m¨¦ritos propios se ha ganado el derecho a que lo comparen con el m¨¢s grande del cante flamenco. Menos potencia pero muchos m¨¢s registros y estilos musicales es capaz de desarrollar el cantaor madrile?o. Adem¨¢s, para mi grata sorpresa le acompa?aba una joven banda de jazz aportando al conjunto del concierto mucho valor de calidad instrumental. Espero que la pr¨®xima vez la agenda me conceda la oportunidad de ir.
En l¨ªneas generales el Getxo Jazz ha rozado la perfecci¨®n, con una venta de entradas en general muy alta, con una afluencia de p¨²blico excepcional, con un nivel jazz¨ªstico alt¨ªsimo y como adelant¨¦ hace unos d¨ªas, con una etiqueta nueva que desde luego nada tiene que ver con la de festival menor, de segunda o de aperitivo. Es el a?o en el que m¨¢s contra las cuerdas ha puesto a sus hermanos festivales de julio en el Pa¨ªs Vasco. A ver c¨®mo responden.
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