Acampadas por sus ¨ªdolos

Las tiendas de campa?a y esterillas se han apoderado del per¨ªmetro del estadio Vicente Calder¨®n de Madrid. Las primeras comenzaron a llegar hace dos meses. Las cajas de pizza vac¨ªas se amontonan en los contenedores, las c¨¢scaras de pipas cubren la acera de gris y sobre el ruido de las conversaciones se puede escuchar alguna de las canciones de One Direction, la boy band brit¨¢nico-irlandesa que salt¨® a la fama gracias al concurso de televisi¨®n Factor?X.

Centenares de j¨®venes ¡ªen su mayor¨ªa chicas¡ª acampan a las puertas del Calder¨®n con la intenci¨®n de estar lo m¨¢s cerca posible de los chicos cuyas im¨¢genes cubren cada rinc¨®n de sus habitaciones. ¡°Niall, Zayn, Harry, Louis y Lyam¡±, recita de carrerilla Laura Prado, de 18 a?os. Lleg¨® al templo atl¨¦tico el 25 de mayo con tres amigas de Guadalajara y, a pesar de lo bien que dice hab¨¦rselo pasado durante este tiempo, reconoce que su entrega es ¡°una locura¡±.

Todo empez¨® con un mensaje indescifrable para no iniciados en la red social Twitter: ¡°Si sois directioners y vais al WWAT el 10 de julio en pista D seguid a @10dejuliopistaD para hablar de c¨®mo organizarnos y hacer turnos¡±. El WWAT es el Where We Are Tour, la tercera gira musical del grupo que comenz¨® el 25 de abril con un concierto en Colombia, que ayer pas¨® por Barcelona antes de recalar ma?ana y pasado en Madrid, y que est¨¢ previsto que termine el 5 de octubre en Miami.

¡°Mis amigas de toda la vida no entienden
que prefiera hacer cola a estar con ellas¡±

Ana Arrance, de 18 a?os, se encarga de pasar lista todos los d¨ªas para comprobar que cada grupo en la cola sigue guardando su turno . ¡°Si no, pasan al ¨²ltimo puesto de la lista¡±, aclara levantando los hombros. ¡°As¨ª son las cosas. Lo tomas o lo dejas¡±.

Los turnos tampoco se llevan a rajatabla. ¡°Hay gente que se queda m¨¢s horas o que hace noches y otros a los que sus padres no los dejan. Hoy cerramos el c¨®mputo y quien haya estado m¨¢s tiempo entrar¨¢ primero¡±, asegura. Aunque hay muchas que temen que el d¨ªa del concierto ¡°se cuele alguna lista¡± y les quite el sitio, uno de los empleados de seguridad contratado por la promotora Live Nation confirma que ya pr¨¢cticamente las conoce a todas y que no habr¨¢ problemas.

¡°Si nadie hubiera empezado habr¨ªamos venido solo 20 d¨ªas antes, como el a?o pasado¡±, asegura Arantxa sentada en la acera m¨¢s cercana a la M-30. Junto a ella hay otras 15 chicas formando un corro. R¨ªen, juegan a las cartas y cotillean rodeadas de bolsas de patatas y gusanitos. Parecen ¨ªntimas, pero la mayor¨ªa no se hab¨ªan visto nunca. Algunas como Laura, de 15 a?os, y Arantxa, de 18, se conocieron a trav¨¦s de Internet. ¡°Nos hicimos la cuenta de Twitter para seguir a Justin Bieber¡±, relata la m¨¢s joven entre risas. ¡°Empezamos a hablar y aqu¨ª estamos¡±, a?ade d¨¢ndole un abrazo a su nueva amiga.

Los grupos han ido aumentando en n¨²mero conforme pasaban los d¨ªas. Poco a poco, y a veces de golpe, van trabando amistades que ahora consideran eternas. ¡°Mis amigas de toda la vida no me entienden. Se enfadan porque prefiero estar haciendo cola para un concierto que de fiesta con ellas¡±, comenta Arantxa muy seria. El resto asiente con la cabeza. Piensan que no las comprenden y, lo que es peor, que no respetan lo que para ellas es algo muy importante.