Una cancha para articular Lavapi¨¦s
El proyecto vecinal de integraci¨®n social a trav¨¦s del baloncesto ha cumplido 10 a?os En el campo se citan jugadores de multitud de nacionalidades
Hace unas semanas, coincidiendo con la festividad de San Antonio, la cancha del Parque del Casino de la Reina bull¨ªa baloncesto por todos los poros de su suelo de cemento. Camisetas, sudor, driblings y una orquesta de zapatillas chirriando en rectificados contra el suelo: m¨¢s de cien jugadores participaban en una cita ya conocida por los vecinos del barrio: el campeonato Lavapi¨¦s Streetball Champs. una fiesta ciudadana que se celebra cada a?o desde 2009 y gira alrededor del basket, con dj¡¯s,numeroso p¨²blico y equipos venidos de todos los barrios de Madrid.
Pero la vida de esta cancha, situada al comienzo de la subida de la calle Toledo, comenz¨® hace 10 a?os, de una manera tan cotidiana como importante para la comprensi¨®n de lo que hoy es Lavapi¨¦s.
En 2004, en una ciudad cada vez con menos canastas por metros cuadrado, con el barrio convertido en centro de la inmigraci¨®n, ¡ªel 30% de los 35.000 vecinos censados pertenec¨ªan a 50 nacionalidades¡ª, con peticiones de papeles en cada esquina tras el atentado del 11-M, un peque?o grupo de vecinos cercanos al centro social La Tabacalera y a la casa ocupada El Laboratorio se pusieron en marcha. ¡°La cancha la abrimos un grupo de vecinos. En el 2004 se inaugur¨® el Parque del Casino de la Reina pero la cancha estaba cerrada y el Ayuntamiento no parec¨ªa tener intenci¨®n de abrirla. As¨ª que cogimos una cizalla, rompimos el candado y la inauguramos nosotros mismos¡±, explica Jacobo Rivero, madrile?o amante del baloncesto, educado en las canchas del Estudiantes en el Instituto Ramiro de Maeztu, donde fue entrenador de la cantera del club.
Hoy es periodista y escritor de t¨ªtulos como El ritmo de la cancha o Alt¨ªsimo, un viaje con Fernando Romay. ¡°Aquel acto tuvo un poco de repercusi¨®n y sirvi¨® para comenzar. Al principio ¨¦ramos un peque?o grupo de vecinos del barrio, m¨¢s espa?olitos que otra cosa, pero poco a poco fuimos siendo capaces de ir sumando. Lavapi¨¦s es un barrio con muchas nacionalidades y comenz¨® a llegar gente de Ecuador, Senegal, China, Rep¨²blica Dominicana¡ Muchos ven¨ªan de una vida diaria muy dura y la cancha era el ¨²nico sitio seguro, el ¨²nico espacio p¨²blico del barrio donde poder estar tranquilos y encontrarse¡±, comenta Rivero, que lleva a?os impulsando proyectos de inclusi¨®n social a trav¨¦s del deporte.
¡°Al comienzo est¨¢bamos todo el d¨ªa en la cancha. Pero decidimos marcar las tardes del martes y el jueves como fechas fijas¡ Nos dimos cuenta de hasta qu¨¦ punto era necesario contar con un espacio de tolerancia en el barrio. Adem¨¢s, no hab¨ªa que saber idiomas, tan solo era necesario tener ganas de jugar¡±.
La cancha era una excusa, asegura. La idea era crear una gran familia basada en el respeto, la diferencia y en la voluntad de generar calidad de vida. ¡°Lo importante para que la gente fuera acerc¨¢ndose era que notaran que ¨¦ramos sinceros. Entre los jugadores hab¨ªa periodistas, abogados o trabajadores sociales y empezamos a ayudarles con los papeles, los problemas de vivienda y trabajo, ¨ªbamos a visitarles a la c¨¢rcel o a los centros de internamiento de extranjeros donde eran recluidos¡±.
Recuerda Rivero que uno de los momentos m¨¢s emocionantes fue cuando una jugadora ecuatoriana celebr¨® la comuni¨®n de su hija en San Francisco el Grande. ¡°Y all¨ª fue todo el mundo, pod¨ªas ver en la iglesia a chinos y senegaleses, a abogados y ex-ocupas. A la ni?a le regalamos una camiseta de las New York Liberty, el equipo femenino de Nueva York. Fue un d¨ªa muy bonito¡±, explica. ¡°Otro de los momentos importantes fue cuando conseguimos parar una orden de expulsi¨®n de un chico de Camer¨²n. Ahora sigue viviendo en el barrio, ha construido una familia... ¡°.
De ese acto inaugural en el 2004 surgi¨® un equipo de baloncesto, el Club Deportivo Lavapi¨¦s ¡ª los Antiglobaltrotters¡ª, que durante a?os se integraron en los juegos deportivos municipales. El a?o 2009 comenz¨® el certamen callejero Lavapi¨¦s streetbasket Champ, que ya se ha asentado y entre cuyos patrocinadores de 2014 figura el ?rea de Participaci¨®n Ciudadana del Ayuntamiento.
El nuevo paso es la creaci¨®n de un equipo de f¨²tbol infantil: los Dragones de Lavapi¨¦s. ¡°Me interesa la capacidad del baloncesto y el deporte para construir comunidad sali¨¦ndose de los t¨®picos de la integraci¨®n. La cancha y el respeto creo que han conseguido en Lavapi¨¦s un proyecto ciudadano de integraci¨®n que funciona y es horizontal. Cada uno trae su manera de jugar, desde un chico de Ul¨¢n Bator que aprendi¨® con un entrenador sovi¨¦tico hasta un gallego que emula en cada movimiento al m¨ªtico James Worthy. Lo importante es que comienzas a jugar y se crea sinton¨ªa¡±.
Todo en una ciudad que ser¨¢ sede de la segunda fase del Mundial de baloncesto que comienza el 30 de agosto: ¡°Creo que el proyecto toma incluso mayor sentido. En Madrid est¨¢ desapareciendo el deporte de base y las infraestructuras. Las pocas que hay cada vez est¨¢n peor cuidadas. El deporte no es algo medi¨¢tico rodeado de dinero, sino algo que los ciudadanos pueden practicar, disfrutar y a partir de ¨¦l, construir¡±. En Lavapi¨¦s tan solo tienen que pasar por la cancha del Casino de la Reina y decir: ?se puede?
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