Estafa emocional

La noche promet¨ªa, la luna llena brillaba sobre el Teatre Lliure, y numeroso p¨²blico con devoci¨®n acud¨ªa a la actuaci¨®n de una de sus compa?¨ªas favoritas, Les Ballets C de la B. Todo presagiaba una noche inolvidable. Alain Platel, fundador de este grupo de danza teatro, presentaba Tauberbach (Bach sordo), una obra estrenada en Munich el 16 de enero de 2014, y que inspira una mujer esquizofr¨¦nica que vive en un vertedero. Sin embargo la noche se torci¨® y la decepci¨®n inund¨® el patio de butacas. Tauberbach pec¨® de plana y snob. Si bien al final del montaje un sector de p¨²blico le dedico cortos pero intensos aplausos. Por el momento los mejores montajes que se han visto en Barcelona bailados por Les Ballets C de la B son los firmados por Sidi Larbi Cherkaoui, uno de los core¨®grafos surgidos de este colectivo belga.

A los espectadores que no les gust¨® Tauberbach pueden buscar en internet Estamira de Marco Prado, el documental que ha servido de inspiraci¨®n a Platel para este montaje y que cuenta la historia de una mujer que sufre de esquizofrenia y que vive y trabaja en un dep¨®sito de residuos s¨®lidos en Brasil. Ella ha desarrollado su forma particular de comunicaci¨®n con la peque?a comunidad que vive, dando lugar a la tem¨¢tica de la pieza: c¨®mo vivir o incluso sobrevivir con dignidad en circunstancias casi imposibles. Tras la breve proyecci¨®n se sentir¨¢n heridos por partida doble por la crudeza de la historia y por la banalidad como Platel ha recreado la historia de esta superviviente.

Puede ser que el creador belga haya querido huir del drama que muestra Prado, pero no ha sabido darle firmeza al contenido de su obra, la provocaci¨®n es efectista, arranca la sonrisa del espectador con gags utilizados en numerosos montajes y su danza bastarda en que los bailarines se contorsionan y se retuercen a trav¨¦s de un baile atrapado en una red de miedos y obsesiones mentales, aqu¨ª se muestra endeble, una pena porque los bailarines son magn¨ªficos.

La puesta en escena de Tauberbach result¨® espectacular visualmente. El escenario de Teatro Lliure se llen¨® de monta?as de ropa multicolor, mientras se o¨ªa el sonido insistente del revolotear de unas moscas mezclado con m¨²sica de Bach. Cinco bailarines m¨¢s la actriz, Elsie de Brauw, que interpreta a la mujer esquizofr¨¦nica, se revolcar¨¢n, se esconder¨¢n o jugar¨¢n por entre estas monta?as de ropa. Las barras de luces del teatro se convertir¨¢n en un elemento esc¨¦nico por donde los int¨¦rpretes trepar¨¢n y se colgar¨¢n. El fragmento en que los bailarines desnudos aparecen colgados de las barras resulta bello esc¨¦nicamente pero poco original. Elsie de Brauw es una actriz con registros, que logra convencer al p¨²blico de qu¨¦ es feliz viviendo en un vertedero. Su di¨¢logo con la voz de su mente es locuaz.

Por su parte los bailarines se mueven con independencia unos de otros. Es evidente que el baile de Tauberbach nace de la improvisaci¨®n de cada uno de ellos, por eso tambi¨¦n firman la autor¨ªa de la obra. Individualmente han creado su propio vocabulario gestual acorde con sus mejores condiciones como int¨¦rpretes. Una direcci¨®n les ayudar¨ªa a conseguir m¨¢s de s¨ª mismos y el trabajo coral tendr¨ªa m¨¢s fuerza. L¨¢stima que el baile de todos ellos sea breve y la mayor parte de los noventa minutos que dura Tauberbach lo pasen correteando por las monta?as de ropa.

Otra de las fuentes de inspiraci¨®n de Platel para esta obra ha sido una grabaci¨®n de Artur Zmijewski, Tauber Bach (m¨²sica de Bach interpretada por personas sordas), estas corales de Bach y un aria de Mozart son interpretadas brevemente en momentos puntuales por los protagonista de este montaje. Donde la m¨²sica no tiene el papel relevante que ten¨ªa en los dos trabajos que conocemos de este creador flamenco, Piti¨¦! que el p¨²blico pudo ver en el Mercat de les Flors en 2009 y que tampoco gust¨® y VSPRS que Les Ballets C de la B bail¨® en 2004 en el Festival de Peralada obteniendo una gran acogida de p¨²blico y cr¨ªtica.

Al final de Tauberbach Platel busc¨® el efecto f¨¢cil concentr¨® la luz sobre algunas escenas de grupo, que entonaron un canto, y el movimiento se volvi¨® m¨¢s fluido, pero ya era tarde.