Con la coleta lleg¨® el canguelo
Sab¨ªan que mientras los indignados solo estuvieran en las calles no pasar¨ªa nada
La mayor¨ªa de las cr¨ªticas que se est¨¢n haciendo a Podemos pasar¨¢n a los anales del marketing pol¨ªtico. Son tan histri¨®nicas y exageradas que dejan en evidencia a quien las hace y generan simpat¨ªa y cada d¨ªa m¨¢s apoyo electoral al partido de Pablo Iglesias.
La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, condenaba hace meses a quienes sal¨ªan a las calles para protestar por los recortes sociales y ped¨ªa que se presentasen a las elecciones. Pero ahora que lo hacen y obtienen un resultado inesperado los critica por hacerlo y dice que lo que buscan es levantar barricadas.
El presidente de Madrid, que no es capaz de explicar con claridad de d¨®nde ha salido el dinero para pagar sus propiedades, critica a Iglesias por cobrar 10.000 euros mensuales como eurodiputado, como si esa cantidad la hubiera fijado el l¨ªder de Podemos y cuando se sabe que ha anunciado que donar¨¢ casi las cuatro quintas partes de ese sueldo.
La vicepresidenta del Gobierno acusa a Podemos de debilitar la democracia y lo hace precisamente en los mismos d¨ªas en que su Gobierno aprueba un decreto tan antidemocr¨¢tico que concita el rechazo de toda la oposici¨®n o cuando presenta una aut¨¦ntica ley mordaza de la protesta ciudadana.
Va m¨¢s lejos Esperanza Aguirre. Call¨® cuando Aznar calificaba a ETA como movimiento de liberaci¨®n nacional y ha negado el pan y la sal a las asociaciones de v¨ªctimas del terrorismo con cuyos responsables no simpatiza ideol¨®gicamente, pero acusa a Pablo Iglesias de apoyar a ETA, a pesar de que Podemos ha condenado reiterada y expresamente el terrorismo. Y le pide que d¨¦ dinero a esas asociaciones, como si todas las dem¨¢s personas estuvi¨¦ramos obligadas a arreglar las cosas como en su partido, a base de sobres.
Incluso personas que se presupone inteligentes y bien informadas, como Felipe Gonz¨¢lez, asustan con el fantasma del bolivarianismo y se enredan con el tema de la casta, eso s¨ª, mientras saltan sin escr¨²pulo de un negocio a otro.
Se han asustado. Sab¨ªan que mientras los indignados solo estuvieran en las calles no pasar¨ªa nada. Carlos Menem lo dijo claro cuando hizo en Argentina lo que Rajoy aqu¨ª: ¡°Pueden hacer mil marchas, mil huelgas, nada cambiar¨¢¡±. Pero cuando los ven levantarse con votos detr¨¢s y dispuestos a entrar en las instituciones y a quitarles el Bolet¨ªn Oficial del Estado saben que su tiempo est¨¢ contado y pierden los nervios.
Con esas cr¨ªticas, Podemos casi no tiene ni que hacer campa?a. Le bastar¨¢, como en las europeas, con invitar a la gente a trocear embutido en las plazas. Aunque tenga que ser a palo seco porque en Espa?a no hay pan para tanto chorizo.
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