M¨²sica para la piel
Jack Johnson, Macklemore y Kusturica triunfan en la segunda jornada del Cru?lla
Los placeres epid¨¦rmicos no dejan huella, pero resultan muy agradables. Esos placeres, m¨²sica entretenida que se consume con la alegr¨ªa de desenvolver un regalo, marcaron la segunda jornada del Cru?lla, festival que vio aumentar la cantidad de p¨²blico con respecto a la jornada precedente y de igual manera fue visitado por una asistencia que tambi¨¦n pareci¨® m¨¢s joven y que ya se encontraba en el recinto a hora m¨¢s temprana que en la tarde del viernes.
Sin duda la presencia de Jack Johnson cuando oscurec¨ªa y de Macklemore m¨¢s tarde fueron la causa de esa variaci¨®n ambiental, que dio a Cru?lla argumentos para seguir porfiando por un modelo de festival abierto y variado. Imelda May y Emir Kusturica con su No Smoking Orchestra fueron tambi¨¦n responsables de aumentar los sabores de este enorme gazpacho que la asistencia palade¨® con notables signos de satisfacci¨®n.
M¨¢s p¨²blico y menos sustancia musical. La dualidad que el Cruilla ha de gestionar
Degustar a Jack Johnson no es dif¨ªcil, ya que su m¨²sica es como esa foto bonita que hasta al m¨¢s pat¨¢n de los aficionados le sale una vez en la vida, una foto hermosa de cataratas, de nubes o de la misma luna llena que iluminaba la noche del F¨®rum. Son fotos de belleza tan expl¨ªcita como consabida, no hay nada m¨¢s de lo que se ve, no hay m¨¢s lecturas que la evidente ya que no son fruto de una mirada intencionada sino de una belleza que estaba all¨ª antes de la mirada. Esta mirada no construye. Johnson, un chico simp¨¢tico que hace m¨²sica agradable sin m¨¢s, tampoco, pues es ese fot¨®grafo que todos llevamos dentro, y su cancionero una colecci¨®n de im¨¢genes que sirven para acompa?ar un atardecer en la playa ilustrando campa?as publicitarias sobre las ventajas de la juventud. Bonito, reiterativo y soso. A la cuarta catarata s¨®lo hay agua.
El otro gran triunfador de la noche fue el recitador Macklemore, que concit¨® la atenci¨®n de las j¨®venes all¨ª presentes. No es guapo, su rostro recuerda al de Boris Becker con la mirada de Jim Kerr, pero mezcla con tino pop y hip-hop, lleva un espect¨¢culo de nivel, con bailarines, instrumentistas, serpentinas, confetis, fuego y humo, tiene lengua de tombolero colocando su ¡°chochona¡±, y cuenta con varios estribillos afortunados.
Ingredientes para triunfar en la epidermis que en el Cru?lla encontraron su contexto. No como Imelda May, esta irlandesa que evoca m¨²sica de ¨¦poca, rock and roll y rockabilly, pero que pierde algo de gas fuera de una sala, lugar que parece su h¨¢bitat natural. La juerga balc¨¢nica de Kusturika con su orquesta fue otro de los momentos de la noche, aunque qued¨® lejos del desparrame organizado por Goran Bregovic hace unos a?os en el mismo lugar. En suma, que la segunda jornada del Cru?lla tuvo menos sustancia musical pero m¨¢s p¨²blico. La eterna dualidad que el festival ha de saber gestionar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.