Wire, especialistas en ir a la contra
La banda brit¨¢nica es el ep¨ªtome del incornormismo. Son el modelo de decenas de grupos desde los a?os setenta y autores de discos hist¨®ricos que se niegan a tocar en directo para no vivir del pasado
Ojo a este cable (o alambre, en ingl¨¦s). No alude a la serie televisiva ni a la publicaci¨®n de vanguardia: Wire, sin art¨ªculo por delante, es una de las bandas brit¨¢nicas m¨¢s influyentes desde su advenimiento en tiempos del punk. Pese a su trayectoria interruptus y a que a su vocalista y compositor principal, Colin Newman (Salisbury, 1954), le chirr¨ªe: ¡°Desconf¨ªo al m¨¢ximo de los que enumeran sus influencias, porque muy a menudo la lista consiste en aquellos cuyo sonido intentan imitar¡±, confiesa antes de la actuaci¨®n del cuarteto londinense este mi¨¦rcoles en la sala Charada.
La gama de rendidos a su culto va desde Sonic Youth, REM o Johnny Marr (mitad creativa de The Smiths) a meteoritos del Britpop como Elastica (saldaron extrajudicialmente una acusaci¨®n de plagio por parte de Wire). ¡°Los mejor ¡®influidos¡¯ lo est¨¢n m¨¢s por nuestra actitud que interesados en sonar como nosotros¡±, precisa Newman. El enfoque del grupo radica en no dejar de mirar al frente e incluir el cambio en su esencia. ¡°Obedecer solo a nuestra dulce l¨®gica¡±, remacha el frontman. La que les hizo pasar, por ejemplo, una etapa electr¨®nica en la segunda mitad de los ochenta.
Wire luce plenitud de forma desde que regres¨® con el nuevo milenio haciendo otra vez del rock un arte. ¡°Hemos crecido como banda de directo en los ¨²ltimos tres lustros. Tend¨ªamos a hacernos de menos en eso, aunque ¨¦ramos bastante mejores de lo que imagin¨¢bamos¡±. Sin olvidar su racha actual en el estudio (¡°recuperamos la urgencia creativa, un ¨¢lbum cada dos a?os, el pr¨®ximo en 2015¡±) con aciertos como el reciente Change becomes us.
Dicho disco s¨®lo finge contravenir su sempiterna mirada adelante: recupera composiciones de 1979 y 1980 ni siquiera maquetadas entonces y reescritas como canciones nuevas. ¡°Por primera vez en un mismo a?o desde los setenta, en 2011 hicimos dos giras en el Reino Unido. Quer¨ªamos en la segunda ofrecer material diferente y acudimos a ese. Vista la acogida, optamos por grabarlas en el estudio¡±. Lo curioso es que los esbozos originales tambi¨¦n nacieron para el escenario, cuando se negaban a tocar sus hasta entonces tres excelsas entregas en largo, Pink flag, Chairs missing y 154.
Rebobinemos pues hasta el Electric Ballroom del Londres de 1980, con los chicos de Wire provocativos, juguetones y empe?ados en interpretar sobre las tablas esos temas desconocidos desde detr¨¢s de una sabana, para mosqueo del p¨²blico punk y sus botellas al vuelo: ¡°Se trataba de algo medio performance medio farsa del absurdo. No ¨¦ramos punks, solo sus compa?eros de viaje, y nos constre?¨ªa su ortodoxia, Ya en 1978, lo suyo era cambiar de tercio.
Y tras el minimalismo agreste de Pink Flag, el productor Mike Thorne les hab¨ªa ayudado, de hecho, a expandir su sonido con sintetizadores en el resto de la trilog¨ªa. La plasmaron y se disolvieron. Los conciertos contracorriente (publicados en el ¨¢spero Document and eyewitness, objeto el pr¨®ximo mes de reedici¨®n ampliada) quedaron como despedida de facto. ¡°A¨²n no se entiende por qu¨¦ lo dejamos. Hasta nosotros [sumen al bajista Graham Lewis, al guitarrista Bruce Gilbert y al bater¨ªa Robert Gray] diferimos hoy al respecto. Digamos que se debi¨® a un desacuerdo fundamental en el rumbo, sin que nadie nos pudiera dar consejo, despedidos por EMI [nunca han despuntado en ventas] y v¨ªctimas de un m¨¢nager inoperante¡±.
Retornaron para insuflar beats a su m¨²sica entre 1985 y 1991: ¡°Me encantar¨ªa recibir cr¨¦dito por haber influido en el minimal techno, pero creo que cualquier huella palidece ante la de Kraftwerk¡±. La segunda fase de Wire concluy¨® rebautizados como Wir por la marcha del baterista (¡°tecnol¨®gicamente, era muy dif¨ªcil incluir a la banda en la m¨¢quina¡±), que volvi¨® en 1999 para la tercera.
Y una vez ah¨ª, fue Bruce Gilbert quien abandon¨® tras un solo disco (le suple ahora el joven guitarrista Matt Simms). ¡°Intentamos evitar nuevos descontentos. Lo de Bruce, al que no culpo pues odiaba los directos y estar en una banda de rock, casi nos mata pero nos sirvi¨® a la postre de impulso¡±.
Wire se desenvuelve como ente at¨ªpico. Llev¨® hace a?os una banda de tributo como telonera para que fuera ella la que interpretara sus cl¨¢sicos. Firm¨® un ¨¢lbum, The drill, compuesto por una sola canci¨®n en m¨²ltiples versiones. Y recibi¨® uno de homenaje a otro de sus temas, Outdoor miner (¡°deber¨ªa sentirme halagado, pero ninguno de los grupos acert¨® con el estribillo¡±). Y lo m¨¢s importante, aunque se les describa como art-rock: ¡°Wire siempre suena a Wire, hagamos la m¨²sica que hagamos¡±.
Wire act¨²an el mi¨¦rcoles 23 de julio en la sala Charada, 20:30 h
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