¡®Nadie sabe nada¡¯ y ¡®chorizo protege a chorizo¡¯
El autor defiende que hay que exigir a los partidos normas y actitudes claras contra la corrupci¨®n, as¨ª como castigar en las urnas a quienes culebrean en este tema.
Mi resumen de lo que he aprendido sobre la pol¨ªtica es el que se expresa en los dos lemas del t¨ªtulo. Si hay problemas, el pol¨ªtico contesta con ¡°Yo no se nada, yo no he sido¡±. Y si el asunto se complica y hay posibilidades de que alguien pague por ello, los chorizos se protegen entre s¨ª recurriendo a todo tipo de maniobras. No es por casualidad que las dos ¨²nicas v¨ªctimas por ahora del caso G¨¹rtel o Preferentes de Bankia hayan sido los dos jueces que se atrevieron a romper esta ley de la omert¨¢. Y si alg¨²n ciudadano se atreve a denunciar algo, la respuesta es contundente: de cada 9 denuncias solo una se transforma en sentencia, en decir, se enjuicia. El resto desaparecen, la mayor parte abortadas desde el momento cero, archiv¨¢ndolas tras una escas¨ªsima o nula actuaci¨®n judicial ¡°indagatoria¡±. En este subtramo caen la mayor parte de las denuncias de particulares contra el poder. Es verdad que hay excepciones que permiten albergar algunas esperanzas.
La G¨¹rtel, los EREs de Andalucia, los cursos de formaci¨®n, los mangoneos de la familia Pujol, los del matrimonio Urdangar¨ªn y una larga lista m¨¢s reflejan que una parte de la judicatura, fiscal¨ªa y polic¨ªa no traga con el lema ¡°chorizo protege a chorizo¡± y se empe?a en ejercer su labor sin someterse a las presiones. En Euskadi, donde tambi¨¦n tenemos nuestra dosis de comisiones y mangoneos, empezamos a o¨ªr que los fiscales reconocen que quiz¨¢s han pecado de inhibici¨®n. Por fin se ven iniciativas para enjuiciar casos tan graves como el de los 60 millones de subvenci¨®n otorgados, aparentemente sin mucho sentido, a Hiriko y Epsilon, o para aclarar por qu¨¦ hay que pagar 30 millones de multa a la UE, como consecuencia de la decisi¨®n pol¨ªtica de incumplir las sentencias de los tribunales europeos sobre las llamadas vacaciones fiscales. Tenemos poco tiempo para reaccionar y evitar que la corrupci¨®n se haga indestructible, como en tantos otros pa¨ªses.
Tenemos que exigir a los partidos normas y actitudes claras contra la corrupci¨®n, as¨ª como castigar en las urnas a quienes culebrean en este tema. Y creo que bastan pocas normas y sencillas, entre las que destacar¨ªa estas dos: a.- Que los procesos de contrataci¨®n de todas las administraciones y empresas p¨²blicas de derecho privado que viven de la subvenci¨®n se publiquen en la red, incluidos los informes t¨¦cnicos que justifican la elecci¨®n de un licitante frente al resto. b.- Que se castigue penalmente a aquel pol¨ªtico o funcionario que intente averiguar de d¨®nde han partido las filtraciones sobre chanchullos que hayan sido puestos en conocimiento de fiscales, prensa o similares. Es una medida que est¨¢ en vigor en los pa¨ªses n¨®rdicos y que es mano de santo: as¨ª como en toda administraci¨®n hay funcionarios que prefieren mirar para otro lado, tambi¨¦n es verdad que un buen pu?ado de buenos funcionarios que conocen lo que pasa y, si tienen seguridad de quedar impunes, no dudar¨ªan en filtrar los datos a quienes pueden y deben combatir las corrupciones.
Con esas normas ser¨ªa la hora de la sociedad civil. Son los empresarios y sus asociaciones quienes conocen mejor que nadie c¨®mo se ama?an los contratos y qui¨¦n cobra comisiones irregulares. Con publicidad total de los contratos y con las garant¨ªas penales de protecci¨®n a los informantes, la sociedad civil estar¨ªa en condiciones de ganar la batalla de la corrupci¨®n r¨¢pidamente y los corruptos quedar¨ªan limitados a su espec¨ªfico lugar: en las alcantarillas de las instituciones y no en su puente de mando. Buen verano.
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