El esp¨ªritu lorquiano en una obra de baile permanente
'Poeta en Nueva York', la mejor obra de Rafael Amargo, resiste el tiempo tras su estreno en 2002
La mejor y muy premiada creaci¨®n del granadino Rafael Amargo se mantiene y resiste el tiempo; fue estrenada en 2002. Poes¨ªa, modernidad visual, compromiso con la tradici¨®n y un gran sentido del todo esc¨¦nico, hacen que Amargo no abandonara esta pieza, sino que la paseara por el mundo, y ahora se decidiera a una esmerada reconstrucci¨®n, n¨²mero a n¨²mero, detalle a detalle. Quien vio Poeta en Nueva York anteriormente puede volver a verla con placer como quien se acerca a una pieza de repertorio que por sus valores y emociones merece el revisitado; quien no la ha disfrutado, debe verla. Es una manera ejemplar de acercarse a la obra del poeta Federico Garc¨ªa Lorca no desde una ilustraci¨®n literal y mec¨¢nica, sino muy creativa. La coreograf¨ªa arriesga tambi¨¦n al empezar muy arriba en cuanto a ritmo; luego una farruca templa en ambiente.
La osad¨ªa demostrada por Rafael Amargo entonces, en gran medida impelida por su car¨¢cter y por su juventud, hizo que Poeta¡ demostrada arrojo en cuanto a tratamiento pl¨¢stico. La contribuci¨®n de Juan Estelrich desde lo cinematogr¨¢fico y dramat¨²rgico, y en la t¨¦cnica de v¨ªdeo de Javier Ecay dan un empaque singular al total de la obra; hay lirismo, pero no es edulcorado; hay drama, pero no es grit¨®n. Amargo se expone a pecho descubierto (literalmente) y es verdad que ¨¦l ya no es el mismo. Su l¨ªnea f¨ªsica ha cambiado con los a?os y su baile, siempre expeditivo y directo, personal y no rebuscado, refugia en el canon expresivo y en la espontaneidad; m¨¢s que virtuosismo, hay una pujanza sangu¨ªnea, muy andaluza. No caricaturiza tampoco, un peligro siempre latente cuando se mira atr¨¢s en los registros propios, sino que se adapta a los tiempos.
T¨¦ngase en cuenta que la complejidad de Poeta¡ es m¨¢s teatral y esc¨¦nica que cor¨¦utica. Hay joyas dentro, como la recreaci¨®n folcl¨®rica de Manuel Segovia (En la caba?a de farmer) llevada al reglado actual con pericia y gusto; la escena tocada de patetismo de la bailarina entre cuerdas (Cielo vivo): un gui?ol surrealista que est¨¢ en la est¨¦tica de Federico; Muerte y ruina recitado por Cayetana Guill¨¦n Cuervo con concentraci¨®n cl¨¢sica, lo mismo que Cementerio jud¨ªo en una contenida y poderosa palabra de Marisa Paredes. El Peque?o vals vien¨¦s es un broche tenebrista que recrea el expresionismo. Las dos horas sin intermedio de la obra se pasan volando, y ahora Poeta¡ necesita asentarse de nuevo, tocar su techo estable y discurrir: cuesti¨®n de rodaje. Ya es mucho este escrupuloso trabajo de reposici¨®n que da al verano en la Gran V¨ªa un perfume de arte verdadero por encima de lo puramente comercial.
POETA EN NUEVA YORK.?Direcci¨®n: Rafael Amargo y Juan Estelrich; coreograf¨ªa: R. Amargo, M. Segovia y M. Maya; m¨²sica: E. Cort¨¦s, E. Salazar, Berrog¨¹eto y C. N¨²?ez. Teatro Compac Gran Via. Hasta el 17 de agosto.
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