El sol de York no calent¨® lo bastante
Tras casi dos a?os de programar, una de las salas de teatro alternativo m¨¢s activas de Madrid se ve obligada a cerrar por falta de presupuesto
Cuatro actores ensayan en una peque?a estancia de paredes blancas. En la habitaci¨®n contigua, donde est¨¢ el patio de butacas y el escenario, se representa una obra ante unas decenas de espectadores. Mientras, Javier Ortiz, el gerente, vende entradas, ofrece bebidas y recibe a los visitantes. Todos lo hacen por ¨²ltima vez. Al menos en esta sala.
Sol de York cerr¨® sus puertas el domingo, despu¨¦s de casi dos a?os de andadura, por falta de presupuesto. ¡°No es que no crea en el proyecto. A lo mejor tendr¨ªamos que haber seguido invirtiendo m¨¢s tiempo, pero no hab¨ªa posibilidad material¡±, explica Jaime Amuriza, hijo de un enamorado de la cultura y el arte que permiti¨® a varios socios transformar un antiguo centro de egiptolog¨ªa, el aula cultural Isis, en un espacio teatral con clases, aulas de ensayos y un patio de 140 localidades en el coraz¨®n de Chamber¨ª.
¡°Javier ten¨ªa un proyecto y yo un local¡±, explica Amuriza. As¨ª de sencillo. ¡°Abrimos el 20 de diciembre de 2012, un d¨ªa antes de que se acabara el mundo seg¨²n la profec¨ªa maya¡±, rememora Amuriza. ¡°Cada uno aport¨® lo que pudo. Yo dije que iba a ser el programador ¡ªcuenta Ortiz¡ª otro que es especialista en eventos propuso que iba a poner el dinero para actos puntuales. Hab¨ªa un gestor, un arquitecto, un especialista en t¨¦cnica... ?ramos un equipo multidisciplinar que parec¨ªa estupendo, pero la vida ha hecho que las cosas sean imposibles¡±.
La sala de teatro Sol de York ha sido un trampol¨ªn para compa?¨ªas nuevas
¡ª ?Qu¨¦ ha fallado?
¡ª Muchas cosas. No hemos sabido contactar con determinado p¨²blico, hay una competencia brutal entre las salas peque?as, y la programaci¨®n, aunque creo que ha sido muy buena, a lo mejor hay gente que piensa que deber¨ªa haber sido m¨¢s interesante, no s¨¦...
Despu¨¦s de un momento de silencio, Ortiz, que cuenta con una dilatada experiencia como productor y programador de teatro, mira a su alrededor y a?ade: ¡°Pero sobre todo ha fallado que estoy solo. El equipo se ha ido cayendo y por mucho que quiera, una persona no puede llegar a todo¡±.
El gerente reconoce que no han sabido conectar con el p¨²blico lo suficiente
¡°Todo¡± en este caso significa ¡°programar, gestionar el alquiler de la sala, repartir flyers, redes sociales, poner carteles...¡±, enumera Ortiz. ¡°Menos la limpieza, que contratamos a una persona hace tres meses, todo¡±.
¡°Nos juntamos gente muy heterog¨¦nea. Y entre socios tiene que haber un m¨ªnimo de homogeneidad porque si no luego es muy dif¨ªcil que cuadre todo¡±, valora Amuriza, que se apresura en matizar que el problema del teatro no han sido las personas, sino la falta de capital.
Esper¨¢bamos que al menos no costara dinero, que llegara un momento en el que la sala se pudiera autofinanciar¡±, pero no fue as¨ª. ¡°La subida del IVA del 8% al 21% fue un golpe en la l¨ªnea de flotaci¨®n terrible¡±, abunda el empresario. ¡°En marzo solicit¨¦ una ampliaci¨®n de la l¨ªnea de cr¨¦dito poniendo como aval unos locales de la sociedad. Pero en unos meses nos hab¨ªamos comido todo el pr¨¦stamo. Ha sido duro tomar la decisi¨®n de cerrar despu¨¦s de 18 a?os dedicando este local a la cultura. Pero llega un momento en el que hay que decir ¡®hasta aqu¨ª¡¯. Perd¨ªamos unos 4.000 euros al mes¡±.
La sala de teatro Sol de York ha sido un trampol¨ªn para compa?¨ªas nuevas
Ortiz reconoce que sus mecenas ¡°han hecho lo que han podido¡±, pero es incapaz de ocultar su decepci¨®n. ¡°El chasco ha sido mutuo. Ellos pensaban que ¨ªbamos a ser capaces de generar m¨¢s dinero y yo cre¨ªa que iban a dar m¨¢s de margen¡±, reconoce.
La nariz roja de payaso que lleva horas sin quitarse le quita hierro a su expresi¨®n. ¡°No todo lo hemos hecho mal. Una de las cosas de las que me siento m¨¢s orgulloso es que durante el tiempo que hemos durado, hemos pagado a las compa?¨ªas lo que marca el convenio de la Uni¨®n de Actores. La crisis se est¨¢ llevando por delante la dignidad de muchas profesiones y la gente tiene que cobrar por su trabajo¡±, afirma rotundo. ¡°Ese ha sido un factor muy diferencial respecto a otras salas¡±, opina Jos¨¦ Padilla, premio Ojo Cr¨ªtico 2013. ¡°Javier me dej¨® una sala para que me metiera con cuatro actores a improvisar, con la ¨²nica promesa de que de all¨ª saldr¨ªa una obra. Se comprometi¨® a darnos un periodo de funciones sin que le contara el tema de la propuesta. Y vaya si lo cumpli¨®¡±. Hasta entonces Padilla solo hab¨ªa codirigido una obra en la Casa de la Portera, una vivienda reconvertida en peque?os espacios esc¨¦nicos. ¡°El Sol de York supuso un cambio en mi carrera¡±, asegura el dramaturgo. ¡°Como en la de muchos¡±.
El gerente reconoce que no han sabido conectar con el p¨²blico lo suficiente
Los aplausos marcan el final de la ¨²ltima obra que ver¨¢n las paredes amarillas del teatro, el color maldito para los int¨¦rpretes supersticiosos. El equipo al completo sube a las tablas y la directora, Laura Molpeceres, da un paso al frente. ¡°Gracias por alimentar nuestra lucha por el teatro. Aunque cierre el local, el Sol de York ¡ªque volvi¨® primavera el invierno, como reza el fragmento de Ricardo III de Shakespeare que dio nombre al teatro¡ª seguir¨¢ brillando¡±.
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